Las hermanas María del Mar, Fuensanta y María Antonia Sala Martínez no están logrando sacar demasiado partido al cuantioso patrimonio con el que se quedaron tras el acuerdo al que llegaron con su hermano, Vicente Sala Martínez, para repartirse la herencia familiar. Un acuerdo por el que las hijas del expresidente de la CAM Vicente Sala y su mujer, María Antonia Martínez -que falleció asesinada el 9 de diciembre de 2016-, recibieron el grueso de las propiedades inmobiliarias de la familia a cambio de ceder al primogénito la titularidad del negocio industrial, dedicado a la comercialización de polímeros
La sociedad en la que agrupan estas propiedades, Compañía Española de Resinas, anotó el año pasado unas pérdidas de 454.107 euros ya que los ingresos que obtuvo -unos 601.000 euros procedentes, básicamente, del arrendamiento de las citadas naves- no lograron compensar los gastos de explotación, personal y las amortizaciones que se anotó la mercantil. Con todo, la cifra supone una notable mejora con respecto al ejercicio anterior, cuando la mercantil perdió 648.160 euros; o en relación al año 2016, cuando los números rojos ascendieron a 46 millones, fruto de la retasación de los bienes que los Sala decidieron realizar para clarificar el importe de su herencia -la valoración de los inmuebles no se había actualizado desde 2011- ante la disputa que mantenían por la misma.
En cualquier caso, las pérdidas del año pasado apenas harán una muesca en las cifras de la firma, que acumula un activo de 30,1 millones de euros y no tiene ninguna clase de deudas con las entidades financieras. Es decir, que los inmuebles que forman parte de la misma están pagados, por lo que cualquier venta que decidan efectuar las hermanas Sala será todo beneficio.
