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La tecnología se adapta a los mayores

Dos laboratorios de I+D de la UA y Fempa colaboran en un proyecto para mejorar la calidad de vida de personas de más de 65 años

La «casa laboratorio» Testar y validar proyectos y dispositivos Álex Domínguez

«¿Qué medicación me tengo que tomar?» «A las 11.00 un comprimido de ....» «¿Te has tomado la merienda?» Estas son conversaciones imaginadas que una persona podría mantener con un asistente doméstico programado informáticamente. No son reales, pero serían similares a las que en un futuro próximo podría tener una persona mayor de más de 65 años de la provincia con uno de los denominados bots, adaptados y personalizados a sus necesidades con un diálogo inteligente que le ayudaría a mejorar su calidad de vida, en este caso, en el campo de la alimentación.

En ello están implicadas la Universidad de Alicante (UA) y la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), a través de un proyecto de colaboración. La iniciativa está muy avanzada y el funcionamiento de los bots inteligentes se prueba en la «Casa Domótica» de la patronal metalúrgica alicantina. Un espacio creado hace años por Fempa para impulsar la tecnología y la innovación, donde ya se han testado otros proyectos relacionados con la eficiencia energética, la accesibilidad, la vigilancia, la seguridad o el confort. «Pero el "Hogar MetalTIC", al final, también sirve como un espacio para poder transferir, después, la innovación a las empresas», señalaban el secretario general de la patronal metalúrgica provincial, Luis Rodríguez, y el coordinador del área de Innovación en Fempa, Sergio Gómez.

Tecnología adaptada

Tecnología adaptadaEl proyecto está dirigido a la población de más de 65 años. «El reto es mejorar la vida de las personas mayores, pero con la tecnología que ellas hayan decidido. Este es nuestro elemento diferenciador», subrayaba Loreto Maciá, directora del Laboratorio de Salud de la Unidad Científica de Innovación de la Universidad de Alicante (Ars Innovatio). Este departamento trabaja ahora mano con mano con otro de los cuatro laboratorios de esta unidad, en este caso el de Industria 4.0, que dirige Javier Fernández. Primero se analiza la situación de los mayores que han querido participar en el proyecto y se realizan los distintos informes.

Y, en un segundo momento, el departamento de Industria 4.0 es el que trabaja con dispositivos convencionales y programa un diálogo inteligente personalizado dirigido a cubrir las necesidades de alimentación de cada uno de los potenciales usuarios que interactuarán con el bot. Porque esta iniciativa no pretende ser una solución tecnológica innovadora de forma general, sino que quiere ser efectiva para personas reales y sus situaciones concretas.

Para ello, «también colaboramos con el grupo de gestión sanitaria Ribera Salud, que dirige los hospitales de Elche y Torrevieja. Y son los profesionales de sus centros de salud los que hablan con las personas que estén dispuestas a participar en el proyecto y firmen un consentimiento informado», añadía Loreto Maciá.

Evaluar la situación

Evaluar la situaciónEn el entorno sanitario se trabaja con la plataforma o dispositivo «Actúasalud», que permite evaluar y analizar varias de las dimensiones de fragilidad de las personas para recabar información sobre posibles déficits individuales. Probablemente, tras los trabajos en el campo de la alimentación vendrán otros relacionados con la movilidad, «ya que en las evaluaciones que estamos realizando, muchas personas coinciden en que son autónomos en movilidad. No obstante, nos dicen que se mueven bien, pero con dolor», añadía Loreto Maciá. La aceptación de los mayores de participar en el proyecto significa colaborar en la fase de experimentación y de evaluación de sus necesidades y tener, posteriormente, el asistente doméstico adaptado en su domicilio para que les ayude a mejorar su alimentación. Esta última fase es, realmente, el objetivo y la parte más importante, si se consigue que la tecnología se adecúe a personas de uno de los colectivos más sensibles de la población, como son los mayores de 65 años.

La primera fase del proyecto está muy adelantada. Ya hay un grupo de personas que ha decidido que en el futuro quiere tener uno de estos dispositivos en sus casas para mantener un «diálogo» en el que repasen o recuerden qué comida les toca ese día; las horas de la merienda o de la cena; qué alimentos deben incluir en su menú diario u otros similares.

Probablemente, la primera parte sea la más ardua y laboriosa. Es la de la evaluación, los informes y la de la elaboración de pautas. Luego, los expertos informáticos tendrán que programar los diálogos inteligentes para los dispositivos. Una tarea que, en este caso, desarrolla Manu Platero, informático e investigador de los dos laboratorios que trabajan en la iniciativa. Pero antes de personalizar el aparato «el sistema elabora un estudio sobre el estado de fragilidad de cada persona y este se contrasta para ver si coincide con el informe de la percepción que ha tenido el evaluador sanitario. Si es así, el estudio se envía al domicilio del usuario», explicaba Loreto Maciá.

Estudio personalizado

Estudio personalizadoLos pasos de este proceso pasan por la obtención de los datos, su introducción en un programa estadístico, que arroja una serie de puntuaciones, a tenor de los 275 items o preguntas planteadas en trece escalas validadas. Después, la información es sometida a un examen en el que se miden las dimensiones de la fragilidad de cada persona, ya sean en actividades básicas de la vida diaria, de la alimentación, los estados emocionales, los miedos a las caídas, el dolor, la movilidad, e, incluso, si hay percepción de soledad, entre otras. Y tras ese análisis, es cuando se elabora el informe sobre el estado de cada persona.

«Lo que se evalúa son los riesgos o si tienen alteradas algunas de las dimensiones planteadas. El análisis estadístico que hemos realizado nos ha apuntado problemas en la alimentación», añadía Maciá. Posteriormente, es en el Laboratorio de Salud, con el asesoramiento de la nutricionista María Tormo, cuando se empieza a trabajar más intensamente con el de Industria 4.0 para adaptar y dar las soluciones, a través de la tecnología, a los problemas con la alimentación detectados en cada una de las personas. Durante el proceso, acuden con frecuencia a la «Casa Domótica» de Fempa, que recrea estancias reales de un hogar, para testar los dispositivos: conexiones, lejanía, mejor ubicación del dispositivo en la casa, ruidos...

También participa la familia

También participa la familiaEn otro momento del proyecto, «este espacio también va a servir para formar a parientes y cuidadores, ya que el familiar podrá hacer desde su móvil un seguimiento. Es importante esa comunicación (interfaz) entre la necesidad de la persona mayor con el centro de salud. Así, el familiar puede saber cómo están su padre o su abuela, si utiliza bien los dispositivos o si en algún momento tienen que avisarle por algún problema», explicaba Javier Fernández , responsable del Laboratorio Industria 4.0 de la UA.

El dispositivo puede comunicar al familiar si su madre o padre, por ejemplo, no se ha tomado la medicación o no ha ido a la consulta médica. «Y eso es un aspecto muy importante», subrayaba el experto Javier Fernández.

Ahora, aunque la «Casa Domótica» haya sido un campo de experimentación, el proyecto pasará la prueba definitiva cuando el aparato se teste en las casas de los usuarios para ver su nivel de adaptabilidad a esta tecnología. Incluso, antes. Cuando ya se conozcan a las personas candidatas a recibir los bots en sus domicilios, tras un análisis entre el grupo de profesionales médicos y técnicos, se trabaja con ellas para ver las posibilidades que tienen, a nivel general, para comunicarse con estos aparatos, a qué horas y durante cuánto tiempo los utilizan. Superado este paso, es cuando, realmente, se programan para el dispositivo los diálogos inteligentes enfocados a la alimentación. «Lógicamente, evaluamos el proyecto antes de ponerlo en práctica, pero también después para ver si ha sido eficaz. A los seis meses comprobaremos si el asistente doméstico ha resultado útil. Si el usuario ha pasado de comer tres veces al día a cinco, por ejemplo. Si no es así, tendremos que mejorarlo», aseguraba Loreto Maciá. En estos momentos, el Laboratorio de Industria 4.0 trabaja para programar los diálogos inteligentes con las prescripciones del Laboratorio de Salud, explicaba Javier Fernández. Y es el propio departamento el que está desarrollando esta programación de forma individualizada. Si todo va bien, el aparato puede estar en las casas de los usuarios en noviembre próximo.

Estas son las previsiones que manejan los impulsores del proyecto. Ellos programan los diálogos inteligentes. Pero como todo proyecto tecnológico que se realiza en el ámbito universitario la colaboración y la transferencia al tejido empresarial para impulsar la innovación también es una prioridad.

Participación empresarial

Participación empresarialDe hecho, a las pruebas que se realizan estos días en el «Hogar MetalTIC» de Fempa asiste un fabricante de robots en Alicante, José Manuel del Río, fundador de Aisoy Robotics. Su firma fabrica «robots emocionales porque reproducen la forma de interaccionar que tienen las personas», indicaba Del Río. Su producto está dirigido a niños, aunque aseguraba que puede encajar en este proyecto para este proyecto para personas mayores.

La alianza con el mundo empresarial es clave, porque, al final, que las soluciones tecnológicas que se desarrollen pasen al mundo de la industria y, al final, al mercado es el gran objetivo. En este sentido, está previsto celebrar reuniones con representantes del tejido empresarial. La patronal metalúrgica ha organizado varias jornadas técnicas en su sede para informar a aquellos instaladores y empresas interesadas en estos temas.

Por otra parte,entre otros aspectos que destacaba el secretario general de Fempa, Luis Rodríguez, sobre la participación de la entidad en este tipo de proyectos es que, además, sirven para ampliar la formación y la cualificación de los técnicos, instaladores o montadores, según sea el contenido de la iniciativa, del sector metalúrgico. Y para la patronal sectorial, esta es una forma muy importante de impulsar y extender los avances que se producen en innovación entre los profesionales de esta industria.

El «Hogar MetalTIC», espacio para testar soluciones habilitadoras

El «Hogar MetalTIC», espacio para testar soluciones habilitadorasEl «Hogar MetalTIC» de Fempa es una vivienda de unos 50 metros cuadrados que cuenta con las estancias de una casa habitual. En ella, se ha integrado todas las tecnologías de la información, la comunicación y el control más recientes e innovadoras. Su construcción en la sede de la propia entidad se puso en marcha en colaboración con expertos de la Universidad de Alicante y en él se han testado ya proyectos de eficiencia energética, vigilancia o confort, entre otros.

Nuevo impulso al Clúster de Empresas Innovadoras del sector metalúrgico

Nuevo impulso al Clúster de Empresas Innovadoras del sector metalúrgicoLa apuesta por la innovación ha sido, tradicionalmente, una de las prioridades de Fempa. Y más con los continuos avances que hay en nuevas tecnologías y en la transformación digital. El objetivo de la patronal metalúrgica es doble. De una parte, propiciar mayor cualificación a sus asociados de colectivos como el de instaladores o mantenedores de domótica para poder dar respuesta a la demanda, al margen de ampliar la formación a otros de esta industria para los que las nuevas tecnologías forman parte ya de su trabajo diario. Pero, igualmente, con el objetivo de que las empresas del sector no se desmarcaran del escenario de la nueva economía, hace unos años creó el Clúster de Empresas Innovadoras del metal para impulsar, precisamente, el I+D. Aunque desarrolló varios proyectos, incluso, se lograron algunas patentes, la crisis bajó su actividad. Ahora, «el proyecto se ha retomado con fuerza», afirmaba Luis Rodríguez, secretario general de Fempa. Y dentro de este espíritu por formar parte de la innovación, se encuentran los distintos proyectos de colaboración que desarrolla con varias instituciones, además del propio «Hogar MetalTIC», como laboratorio y espacio de innovación para mejorar las condiciones del hábitat y la calidad de vida de los usuarios y su posterior transferencia a las empresas.

Asistentes domésticos. Buscar el diseño más cercano al usuario

Los técnicos del proyecto programan diálogos inteligentes personalizados sobre alimentación para dispositivos convencionales para los potenciales usuarios de más de 65 años y consideran interesante que el diseño sea lo más cercano o «amigable» para la persona que lo vaya a utilizar. En el Laboratorio de Industria 4.0 de la UA están programando sus bots, a raíz de dispositivos convencionales, pero también testan propuestas empresariales con robots, como los de la firma Aisoy.

La «casa laboratorio». Testar y validar proyectos y dispositivos

En el «Hogar MetalTIC» de Fempa se testan o validan proyectos y dispositivos con tecnologías aplicables en distintos ámbitos como el desarrollo de «inferfaces» (comunicación) para la mejora de la salud de las personas mayores o dependientes. Pero también se prueban proyectos de ahorro energético, seguridad o de confort. En la imagen, participantes de los dos laboratorios de la UA en el proyecto de alimentación, con el secretario general de Fempa y el coordinador de innovación de la entidad.

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