n Además de las amenazas para el sector agrario alicantino y autonómico que suponen los listados de productos que elaboran las autoridades estadounidenses para imponer aranceles, la actividad del vino vive doblemente preocupada, ya que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también ha advertido por Twitter de posibles tasas a los vinos franceses, y por extensión a los europeos y alicantinos, ya que la política arancelaria de los países de la UE es comunitaria. En un reciente tuit, el inquilino de la Casa Blanca decía: «¡Siempre he dicho que el vino americano es mejor que el francés!». Un aviso a navegantes. Las organizaciones agrarias de la Comunidad interpretan que este mensaje de Trump implica la posibilidad de imponer tasas a los vinos franceses, pero también a los españoles y alicantinos, como respuesta al impuesto a los servicios digitales propuesto por Francia y otros países de la Unión Europea.

«Al final, si se cumplen las amenazas a Francia pueden ser extensibles al resto de vinos europeos», incidían fuentes del Consejo Regulador Vinos de Alicante. Y la preocupación es importante, ya que Estados Unidos es el tercer mercado para la provincia, después de Alemania y China. «Es un cliente maduro y su crecimiento viene siendo constante, al margen de que nuestros caldos son muy bien apreciados allí», añadían las mismas fuentes. De hecho, en la campaña pasada las ventas de vinos a EE UU desde la provincia registraron un incremento del 27,66%, el mayor aumento entre los cinco primeros clientes.

«Si sube el arancel, se reducirían las ventas en un mercado grande, serio, de calidad, que paga un precio correcto y que sabe lo que compra», apuntaba Gaspar Tomás, director de Bodegas Bocopa. Una empresa preterense que viene comercializando hace años en aquel país y que incide en que los consumidores norteamericanos «reconocen la calidad del producto y se fijan mucho en lo que reflejan las guías de vino especializadas americanas», añadía Gaspar Tomás. También Rafael Cañizares, enólogo manchego que impulsó en Pinoso el proyecto de Bodegas Volver, sin dejar sus viñedos de la Mancha (Cuenca), consideraba que esta situación hace «ponerse en alerta» al sector. Esta firma es una de las bodegas alicantinas que lleva desde 2011 comercializando en EE UU, un mercado que supone el 25% de sus exportaciones. E, incluso, tiene una oficina abierta en Miami todo el año.