CaixaBank ganó 622 millones de euros en el primer semestre de este año, un 52,1% menos que en el mismo período de 2018, al asumir en el segundo trimestre el coste del ERE pactado con los sindicatos, que afecta a 2.023 empleados y que supondrá un gasto de 978 millones para la empresa. Durante la presentación de resultados en València, el consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, aseguró que el banco no prevé reducir su actual plantilla de 35.000 personas al menos en el período comprendido entre 2019 y 2021, los años de su plan estratégico. En este sentido, afirmó que CaixaBank se ha adelantado al resto del sector y que las otras entidades, españolas y europeas, tendrán que hacer recortes de forma «inevitable», dado el «entorno difícil» que provocan los bajos tipos de interés.

Mucho más cuando el Banco Central Europeo se prepara para reducirlos aún más a la vuelta del verano. En relación con esto, Gortázar fue taxativo al afirmar que CaixaBank no cobrará a los clientes minoristas por sus depósitos, a diferencia de lo que ya está haciendo con lo que calificó de «grandes contrapartidas», es decir, firmas con saldos elevados, dado que el banco deposita esas cantidades en el BCE y este les está cobrando ahora por ello el 0,4 %, que en septiembre podría subir al 0,5 % o el 0,6%. La presión que la política monetaria está ejerciendo sobre los márgenes financieros, en su opinión, podría dar lugar en los próximos tiempos a una concentración de entidades «no solo en España, sino también en la eurozona». No obstante, dejó al margen a CaixaBank de esa dinámica: «Hemos elegido otra vía».

No a la burbuja

El consejero delegado de la entidad catalana reiteró a preguntas de los periodistas que el traslado de la sede social a València en octubre de 2017 por la deriva independentista es con «vocación indefinida». Tampoco eludió cuestiones sobre el fracaso en la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. A este respecto, admitió que la ausencia de un Ejecutivo «no es una buena noticia» y expresó su confianza y su convicción en que los dirigentes políticos trabajarán para resolver el bloqueo. Y de ahí no se movió ni un milímetro. Por último, Gortázar afirmó que no ve un sobrecalentamiento del mercado inmobiliario, pero recalcó que «se debe vigilar de cerca» porque «el riesgo de una burbuja inmobiliaria está ahí». CaixaBank comunicó ayer que en el segundo trimestre culminó su salida del capital de Repsol, al desprenderse del 1 % que aún tenía en la petrolera, con lo que se pone fin así a una histórica relación que empezó en 1996.

En cuanto al negocio, los recursos de clientes alcanzaron los 380.864 millones, con un aumento del 6,2 %, mientras que el crédito bruto a la clientela se situó en 230.867 millones, un 2,7 % más, gracias al tirón del consumo (+ 7,9 %), del público (+ 17,2 %) y de las empresas (+ 4,8 %), aunque el hipotecario cayó un 1,2 %.