Casi el 23 % de la población valenciana se encuentra en riesgo de pobreza, un indicador relativo que estima la desigualdad social. No mide la pobreza absoluta, sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación con el conjunto de la población. El porcentaje es elevado, porque implica que uno de cada cuatro residentes en la autonomía tiene rentas muy escasas. Sin embargo, hay colectivos, singularmente las mujeres más jóvenes, entre los que la falta de recursos es ciertamente más acuciante que en la media, según la encuesta de condiciones de vida con resultados de la Comunidad Valenciana correspondientes a 2018 que acaba de publicar el Institut Valencià d'Estadística.
Los datos son concluyentes. El porcentaje de riesgo de pobreza más elevado en la autonomía corresponde a las mujeres de menos de 16 años, con un 35,1 % del total de este colectivo. Entre los hombres de la misma edad, sin embargo, el dato se queda en el 24,6 %. Diez puntos menos. La pobreza va disminuyendo conforme las personas van aumentando de edad, un factor que seguramente tiene mucho que ver con la precariedad laboral y los reducidos salarios que caracterizan la etapa inicial ?y no tan inicial en estos tiempos- de la vida laboral.
Sin igualdad
Si, como hemos dicho, las valencianas en riesgo de pobreza son el 35,1 % de las menores de 16 años, ese porcentaje baja al 28,5 % entre las que tienen entre 16 a 29 años y al 20,8 % entre las que están al borde de la jubilación, es decir, entre los 45 y 64 años. En conjunto, la pobreza afecta al 24,4 % de las mujeres, mientras que en los hombres baja al 21,1 %. Entre estos, la mayor tasa, con un 26,2 %, corresponde a los que tienen entre 16 y 29 años. Los que están entre los 45 y los 64 años bajan al 20,6 %. Este es el único colectivo en el que existe igualdad entre los dos sexos.
La encuesta también se detiene a analizar qué sucede en los distintos tipos de familias. La principal conclusión es que los hogares de tres o más adultos con hijos dependientes a cargo son aquellos en los que la pobreza es más elevada, con un 37,7 % del total de este colectivo. Tener descendencia penaliza, como prueba el hecho de que en estos hogares sin hijos el porcentaje baja al 13,8 %.A continuación aparecen las familias compuestas por un adulto con al menos un hijo dependiente a cargo, con un 35,8 %. En el otro lado de la balanza aparecen los mayores de 65 años, con solo un 7,5 % de riesgo de pobreza, seguidos por los hogares donde solo vive una persona. Si es hombre, la pobreza afecta al 14,5 % del colectivo y si es mujer, al 15,9 %. La nacionalidad también es una variable que marca sensibles diferencias. Así, la tasa entre los españoles es del 17,6 %, mientras que sube al 55,2 % si la persona pertenece a un país de fuera de la Unión Europea.
La renta media de los hogares valencianos fue de 25.207 euros anuales en 2017 y la renta media por persona, de 10.232, un 4,4 % superior a la registrada en 2016. Si se incluye el ingreso no monetario procedente de la valoración que hace del uso de su vivienda, cuando esta es de su propiedad o la tiene cedida gratuitamente (alquiler imputado), la renta de las familias sube a 29.408 euros y la personal, a 11.937. En el análisis por sexos, los hombres (10.497 euros) ganan un 5 % más que las mujeres (9.974). En este caso, los más damnificados son los hombres menores de 16 años (7.411), que están por encima de las féminas (7.536).
Por otro lado, la encuesta concluye que en 2018 el 21,4 % de los hogares de la Comunidad Valenciana llegó a final de mes con dificultad o con mucha dificultad. Se trata de un porcentaje inferior al registrado el año pasado, que fue del 28,9 %. El dato está por debajo del 26,3 % de España. El 40,2 % de las familias, asimismo, no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, casi diez puntos menos que en 2017. La cifra, sin embargo, es superior al 36 % del conjunto nacional. Por otro lado, el 36,1 % de los hogares de la autonomía no puede permitirse ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, tres puntos menos que en el ejercicio anterior.
