Un buen año acaban de cerrar los vinos de la Denominación de Origen (DO) Alicante, tras conocerse los datos del proceso de calificación de la añada 2018, que, al final, ha resultado ser «muy buena». Una valoración que se ha mantenido a lo largo de la última década, salvo las excepciones que representaron las cosechas de 2013, en que la calificación fue «buena», y la de 2016, cuando en la DO se consideró esta añada como «excepcional». Y, sumado a ello, los números de la campaña también contribuyen a completar un buen balance. La producción del pasado año alcanzó los 30,4 millones de kilos de uva para vinificación, lo que supone un aumento del 15% respecto a la temporada anterior. E, igualmente, las exportaciones registraron el mismo porcentaje (15%), teniendo como principales mercados Alemania, China, Estados Unidos, Francia y Polonia.

Por otra parte, apenas a unas semanas de que técnicamente comience la próxima campaña, el 1 de agosto, las expectativas son muy buenas. «Las cifras se pueden mover entre los 30 y los 33 millones de kilos », según fuentes del Consejo Regulador. Este volumen viene siendo la media entre las bodegas que pertenecen en la Denominación Origen, a excepción de 2017, en que la cosecha bajó a los 26,3 millones de kilos y la cifra mínima de 23 millones que se registró en 2013. En la Denominación de Origen también se confía en que la tendencia de las exportaciones siga al alza. Aunque en el contexto del comercio exterior, están en alerta por si, finalmente, se concretan las amenazas de aumento de aranceles lanzadas recientemente por el presidente norteamericano, Donald Trump, a los vinos franceses. En el ente regulador y en las bodegas provinciales que venden en Estados Unidos están preocupados por si estas amenazas se formalizan; y por si pueden tener un impacto en el sector europeo en general.