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Cobo: «El Banco de Inglaterra ha dejado claro que no dejará que la libra colapse»

El experto todavía espera que se alcance un acuerdo para una salida ordenada del Reino Unido de la UE

Roberto Cobo, en el centro de banca de BBVA en Alicante. pilar cortés

P ¿Se atreve a aventurar cómo se resolverá el tema del Brexit

R Nuestro escenario base es que se va a alcanzar algún tipo de acuerdo para que el Reino Unido siga teniendo acceso al mercado único. Digamos que lo más parecido sería la unión aduanera, que es la situación en la que están países como Mónaco o Turquía. Ese sería el escenario más factible. Lo que no creemos es que vaya a haber una salida desordenada de la Unión Europea, aunque tampoco es descartable, tal y como se están sucediendo los hechos. En cuanto a la libra, dado el comportamiento que ha tenido desde que se produjo el referéndum, creemos que si se produce una salida desordenada habría una depreciación y podría llegar a niveles cercanos 0,95 euros, que es el máximo que ha alcanzado desde que se celebró el referéndum, pero, más allá de esos niveles, nos parece poco probable. Primero, porque la libra ya está infravalorada; segundo, porque la economía británica lo ha hecho mejor de lo que se esperaba en un principio; y, tercero, porque el Banco de Inglaterra ha dejado bien claro que no va a dejar que la libra colapse. El traslado que hay entre la depreciación de la libra y los precios finales en Reino Unido es muy elevado, por lo que creemos que el Banco de Inglaterra tomaría cartas en el asunto y sacrificaría crecimiento para contener la inflación.

P Aunque no haya un colapso, ¿esa depreciación de la que habla afectará a las exportaciones alicantinas y del resto de España o a la compra de casas por parte de los británicos?

R Claramente, si hay una caída del poder adquisitivo de los británicos, y también la propia incertidumbre de lo que sucederá, tendrá consecuencias sobre la demanda. Digamos que la economía española, y por ende la economía alicantina, sobre todo las empresas exportadoras que tengan como mercado el Reino Unido, como el sector agroalimentario, se verán afectados. Y ya no sólo por el tipo de cambio, sino por los aranceles o contingentes a los que se podrían ver sometidas esas exportaciones que, en un entorno de ausencia de acuerdo, se verían afectadas por las normas de la Organización Mundial del Comercio, que son normas mucho más restrictivas.

P El otro foco de preocupación que hay es la guerra comercial entre Estados Unidos y China. ¿Cómo puede afectar a Alicante esta batalla?

R El análisis de esta situación es bastante complejo. Lo que está claro es que este enfrentamiento tendrá un impacto en la economía global porque, al final, China es una economía netamente exportadora y las economías que están relacionadas comercialmente con ella se verán más afectadas. Ya lo hemos visto en la evolución del dólar australiano, el peso chileno o el real brasileño, que son divisas que se ven muy afectadas por la incertidumbre porque sus países exportan mucho a China. Por lo que respecta a Europa, nos preocuparía mucho más que la administración americana decidiese implementar tarifas a las importaciones desde la UE, como parece que quiere hacer con los automóviles. No obstante, con un frente abierto en China, no sería el momento para enfrentarse también a Europa, como muestra el hecho de retrasar hasta noviembre la decisión sobre el sector automovilístico programado para el mes de mayo.

P Si se mantiene acotada esa guerra a un conflicto bilateral, ¿podrían llegar a beneficiar a las exportaciones españolas hacia Estados Unidos?

R Habría que analizarlo sector a sector. Lo que generan estas guerras comerciales suele ser una desviación de las cadenas de producción hacia zonas que no se vean afectadas por las tarifas -ya hay fabricantes que están llevándose la producción a Vietnam, por ejemplo-, pero también es cierto que la demanda de ciertos productos tanto en Estados Unidos como en China puede rotar, por así decirlo. Le pongo un ejemplo: China lleva bastante tiempo amenazando con reducir sus pedidos a Boeing (norteamericana) y comprar más a Airbus (europea). Si a eso se suma que el euro está bastante infravalorado, en nuestra opinión, hay sectores que podrían beneficiarse y aumentar sus ventas en estos países.

P Durante la última crisis muchas veces se temió por la continuidad del euro, ¿se ha hecho todo lo que se tenía que hacer para garantizar que sobreviva?

R Evidentemente, la eurozona es un proyecto a completar y la unión bancaria sería uno de los pasos pendientes a corto y medio plazo. Pero yo personalmente, y esto es una opinión muy personal, estoy totalmente de acuerdo con lo que ha declarado Mario Draghi durante toda la crisis: el euro es irreversible. Él lo dejó bien claro en julio de 2012 cuando dijo que el BCE haría lo que fuera necesario para defenderlo. Con el paso del tiempo lo hemos visto: implementaron un programa de compra de activos que era impensable antes de la crisis, y llevaron los tipos al terreno negativo, lo que también era impensable. Por mucho que desde el otro lado del Atlántico o incluso desde el otro lado del Canal de la Mancha se ataque al euro, nosotros no vemos marcha atrás porque las ventajas que tiene son claramente superiores a los inconvenientes que para algunos gobiernos genera la ausencia de soberanía monetaria.

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