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La conciliación laboral y familiar no es para todas las personas

Más de la mitad de los asalariados de la Comunidad asegura que no puede variar su horario de trabajo para cuidar a los hijos

La conciliación laboral y familiar no es para todas las personas

La Ley para promover la conciliación de la vida laboral y familiar se aprobó en 1999, aunque posteriormente ha sufrido distintas modificaciones para mejorarla, sobre todo a partir de la Ley de Igualdad de 2007. El último cambio fue el pasado mes de abril, cuando se introdujeron nuevos avances, especialmente, en lo relativo a los permisos de paternidad. Pese a que han pasado ya casi 20 años, y que en el mundo empresarial ha ido calando la necesidad de habilitar medidas de igualdad, incluidas las que favorezcan la conciliación, aún hay muchos trabajadores que no pueden tener la opción de modificar su horario para asumir las responsabilidades del cuidado de hijos o de familiares dependientes, «especialmente, en las pequeñas y medianas empresas», subrayan los sindicatos.

En la Comunidad Valenciana, más del 50% de los asalariados se ha encontrado en esta situación a la hora de plantear a sus jefes cambiar el inicio o el final de la jornada laboral, momentos que suelen coincidir con la entrada o salida de los menores de los colegios. Así lo reflejan los resultados de la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre conciliación entre vida familiar y personal de 2018. Un informe que, además, evidencia que a los trabajadores autonómicos les cuesta un poco más que a los de otras zonas, ya que en España la media de asalariados que no pueden conciliar es del 49,55%.

El horario escolar

En esta situación se encuentra Lucas, un alicantino de 47 años, viudo y que tiene a cargo a dos hijos menores que no superan los ocho años. A Lucas, nombre ficticio para no ser identificado, le resulta difícil poder llevar o recoger a sus niños del colegio por su horario laboral. Lo planteó en su empresa, acogiéndose a la normativa, y «la respuesta fue que me pidiera una reducción de jornada», comenta. Pero para él no era una solución, dado «que, en mi situación, no puedo permitirme una merma de mi salario y ni de mis cotizaciones, que es lo que representaría reducir el horario de trabajo», asegura. Ha tenido que contratar a una persona para que por las mañanas y por las tardes pueda llevar y recoger a los niños de la escuela, mientras espera la última resolución de la empresa, ya que, después de la primera propuesta, él pidió por escrito el cambio de horario para cumplir con estas responsabilidades con los niños, que comen en la escuela. En este caso, la empresa tiene 30 días para contestarle y argumentar, en su caso, la negativa a la flexibilidad horaria, de acuerdo con la ley.

Recurrir a los abuelos

Lucas se plantea cuestiones como: «¿Qué políticas de conciliación son las que hay, realmente, como las de la reducción de jornada, que suponen una merma de los salarios?» o «¿Por qué ante las dificultades para conciliar se tiene que dejar en manos de familiares, principalmente los abuelos, el cuidado y casi la educación de los hijos, y no se plantean medidas serias de conciliación?». Pero en su caso, además, tampoco puede recurrir a que los abuelos u otros familiares le ayuden en estas tareas, como sí le ocurre al 21,58% de los trabajadores de la Comunidad que deciden organizarse con la pareja o con los familiares ante la imposibilidad de contratar a profesionales externos para cuidar a los niños. El 47,76% organizan el cuidado solos o con su pareja y un 14% no necesitan contratar a un profesional para todos los hijos o estos se cuidan entre ellos. Los que en la Comunidad Valenciana sí pueden emplear a personas para estas tareas es el 15,37% de los asalariados, frente al 84,57% que no puede hacerlo, según la encuesta del INE, que recoge también un porcentaje mínimo que no sabe o no contesta.

María, sin embargo, no ha encontrado problemas en su empresa para reducir su jornada laboral para cuidar a su hijo y poder adecuar, incluso, las libranzas de los fines de semana para poder coincidir con su pareja, que es un trabajador autónomo. «Aunque he luchado mucho para lograrlo», destaca.

Un 46% sí concilia

María, también nombre ficticio para no ser identificada, se encontraría en el grupo de los trabajadores de la Comunidad que, en general, pueden conciliar los horarios laborales con los de la vida doméstica. Una situación en la que se encuentran el 46,14% de los asalariados, según el INE. Un porcentaje destacado, no obstante, si se tiene en cuenta la lentitud con que el mundo de la empresa suele asumir las modificaciones sociales, ya sea introducir en sus convenios o compañías medidas de igualdad o los nuevos modelos de familia que conviven en la sociedad. «En las grandes compañías es más fácil que en las más pequeñas», advierte Yolanda Díaz, de UGT.

Ahora, donde María encuentra las dificultades es en otro terreno. Y es que su salario de mileurista no le permite emplear a una persona para que atienda a su hijo de un año mientras ella y su marido trabajan. Como muchos trabajadores, tiene que recurrir a su madre para que durante su turno laboral su nene esté con la abuela. María tiene 42 años y ha ido retrasando su maternidad por motivos laborales. «Cuando eres más joven nunca ves el momento para tener un hijo, pero, una vez que llega, vienen los problemas de la conciliación, en general», explica. Ella ya piensa qué hará cuando su hijo vaya al colegio y tenga que compatibilizar sus horarios de trabajo con los escolares de su hijo.

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