Pese a su poderío económico y a figurar como la cuarta autonomía en términos de PIB, la Comunidad Valenciana no es un territorio que destaque precisamente por la proclividad de sus ciudadanos a depositar su dinero en fondos de inversión, un instrumento financiero que comporta todo el riesgo del que carecen los depósitos bancarios. El patrimonio invertido en esos fondos se situó el año pasado en la autonomía en los 18.022 millones de euros, un 7% del total nacional. El porcentaje es idéntico al de 2017, aunque en ese año el importe era ligeramente superior: 18.497 millones. Lo que tampoco cambia es que dos autonomías con menor peso que la valenciana -País Vasco y Castilla y León- la superan. A nivel de provincias, Valencia es la quinta, por detrás de Madrid, Barcelona, Vizcaya y Guipúzcoa. Con 9.280 millones, acapara el 3,8% del total español. Por detrás están Alicante, con un 2,4% (6.127 millones) y Castellón, con un 0,8 % (2.149).

Cuenta partícipes

Estos datos forman parte del informe que ayer hizo público la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) y que incluye la evolución de los cuenta partícipes, es decir, los inversores que destinan su dinero a esos fondos, en ocasiones a más de uno de ellos. En la Comunidad Valenciana había el año pasado un total de 829.469, el 7,4% del total de España, en este caso superados por catalanes, madrileños, vascos y andaluces. Son casi 50.000 más que en 2017, cuando representaban el 7,5% y se veían superados también por los aragoneses. Como el patrimonio ha descendido en un año en casi 500 millones, la cantidad correspondiente a cada cuenta partícipe también se ha reducido, concretamente ha pasado de 23.758 euros de media a 21.736. Casi dos mil euros menos. Del citado 7,4%, 4,1 puntos corresponden a València (464.577), 2,3, a Alicante (258.935) y 0,9, a Castellón (105.611).

Ahorro bancario

Los ciudadanos de la Comunidad Valenciana, sin embargo, se encuentran entre los que menos invierten en fondos si tenemos en consideración el volumen de depósitos, lo que indica su menor propensión al riesgo. Y es que solo destinan a estos instrumentos el 17,7% de sus ahorros bancarios, lejos del 22% de la media nacional ó del 42% de los navarros y el 39% de los riojanos. Si la comparación se hace con el PIB, el panorama es casi idéntico. Un 16,1% en el caso valenciano frente al 41% de riojanos o el 37% de vascos.

Los ciudadanos de la autonomía tienen un perfil de riesgo medio a la hora de invertir. En la distribución de su patrimonio, el 14,7% del mismo se encuentra en los instrumentos referenciados a la renta variable, considerada como la más osada (o temeraria, según se mire). Es, prácticamente, el mismo porcentaje que la media española (14,8%). El 34,2%, solo superior a Asturias, Ceuta y Cataluña, corresponde al perfil bajo, es decir, el más seguro, donde figuran los fondos monetarios, de renta fija o garantizados. El 51% restante pertenece al término medio, con fondos mixtos, globales y de retorno absoluto. En el primer caso, los alicantinos, con un 16,9%, son menos prudentes que valencianos y castellonenses, ambos con un 13,6%.