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El recorte de empleo de la banca supera las 4.500 personas en la provincia en once años

Los nuevos ERE del Santander y de Caixabank volverán a elevar la cifra en los próximos meses

La antigua oficina del Banco Popular en la Rambla de Alicante, ya con el rótulo del Santander. rafa arjones

La sucesión de Expedientes de Regulación (ERE), prejubilaciones silenciosas y salidas individuales pactadas se ha cobrado ya más de un tercio de todo el empleo que el sector de banca y seguros llegó a tener en la provincia de Alicante. Unas cifras solo superadas por la debacle que vivió la construcción, que en los años posteriores al estallido de la burbuja destruyó más de dos terceras partes de todos los puestos de trabajo que aportaba a la economía local, pero con una importante diferencia: mientras la obra empezó a recuperar ocupación a partir de 2015, la banca no ha dejado de perderla ni un solo ejercicio, aunque en los últimos años lo haga a un ritmo menor.

Basta con comprobar lo ocurrido desde abril de 2017 hasta hoy. Si el conjunto de la economía alicantina ha creado más de 34.000 nuevos puestos de trabajo por cuenta ajena, de acuerdo con las cifras de la Seguridad Social, la banca y las aseguradoras reflejan una caída de más de un centenar de cotizantes.

De esta forma, la pérdida total de empleos en el sector desde el inicio de la crisis supera ya los 4.500, al pasar de los 13.419 cotizantes del año 2008 a los 8.884 con que se cerró el mes pasado. Aunque las cifras incluyan también a las aseguradoras, lo cierto es que son las entidades financieras las principales responsables de estos números y el ajuste parece lejos de acabar, como demuestran los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que tienen abiertos CaixaBank y Santander, que contribuirán a agrandar este número.

El primero, sobre el que ya se ha alcanzado un acuerdo con los sindicatos, supondrá la salida de unas 60 personas en la provincia, aunque la cifra final dependerá del volumen de voluntarios que se presente en cada demarcación, ya que la entidad se ha comprometido a no realizar bajas forzosas. En estos momentos, se está a la espera de que se abra el período de adhesiones en los próximos días para conocer el resultado final.

Más provisionales todavía son las cifras de afectados del Santander. Por ahora, la entidad presidida por Ana Botín solo ha trasladado que en el conjunto de la territorial que abarca la Comunidad Valenciana y Murcia estima un excedente de 301 trabajadores sobre un total de 2.513 que hay en la zona. Si se mantiene la proporción, en Alicante podrían salir entre 75 y 80 personas, ya que la plantilla del grupo en la provincia roza los 790 empleados. En este caso, la entidad ya ha comunicado a los representantes de los trabajadores que pondrá en marcha un plan de recolocaciones en otras empresas para el 100% de los empleados que se vean afectados y que quieran continuar trabajando.

Ahora el objetivo de los sindicatos es recortar el número total de bajas propuestas -3.713 en toda España- y que el 100% de las mismas sean voluntarias, como señala Yolanda Sánchez, de CC OO, quien asegura que hay «plantilla suficiente para hacerlo todo con prejubilaciones». Una exigencia que también comparte el responsable de banca de UGT en la provincia, Eloy Gonzalo, que recuerda los 7.810 millones que el banco ganó el año pasado.

Donde parece que no hay mucho margen para la negociación es en el número de oficinas que el Santander quiere cerrar. La entidad ya ha informado a las centrales sindicales que su intención es suprimir 36 de las 137 sucursales que tiene en Alicante, es decir, un 26% de la red, para acabar con las duplicidades actuales. Al respecto, cabe recordar que el ERE es consecuencia de la absorción del Banco Popular por parte de la entidad presidida por Ana Botín en junio de 2017. El ajuste, previsto desde entonces, se ha retrasado hasta ahora a la espera de que se unificaran los sistemas informáticos, un proceso que ya ha finalizado en Alicante, lo que ha llevado a que se hayan empezado a cambiar también los primeros rótulos en algunas antiguas oficinas del Popular. Además, la entidad también ha clausurado este mismo mes la antigua dirección regional de esta entidad y las dos oficinas especializadas en gestión inmobiliaria, según Gonzalo.

En cualquier caso, los sindicatos se muestran convencidos de que los ERE de CaixaBank y Santander no serán los últimos y de que el goteo de salidas no se frenará. El sector vive un momento complejo, acuciado por los bajos tipos y la nueva competencia digital.

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