efe/e. p.

Las ventas de Huawei se desploman en España tras el veto de Estados Unidos a los productos de la empresa china. Los españoles dudan del futuro de los terminales de la marca, especialmente por el cese de sus negocios con ella que ha anunciado Google, lo que deja en el aire el futuro de las actualizaciones del sistema operativo Android. Otras grandes tecnológicas como Intel o productores de materiales semiconductores avanzados como Qualcomm (vitales para el negocio de Huawei) también se han sumado al veto.

Esto se ha traducido en un desplome en las tiendas. Según han informado distribuidoras como Amazon, El Corte Inglés, PcComponentes, Fnac, PhoneHouse, MediaMarkt o Worten, así como operadoras como Telefónica, Vodafone u Orange, los usuarios evitan los terminales de Huawei en las tiendas. Las cancelaciones de pedidos y devoluciones de terminales también se han multiplicado.

Huawei ha tratado de capear el temporal anunciando que implantará su propio sistema operativo para competir con Android, el HongMeng y asegurando que se sobrepondrán a la interrupción de los contratos de semiconductores avanzados de EE UU porque llevan «años» trabajando para afrontar un «escenario de supervivencia en condiciones extremas» con «planes de contingencia que podrían activarse de la noche a la mañana».

Mientras tanto, varios operadores de telecomunicaciones de Reino Unido y Japón han empezado a poner en cuarentena los móviles de Huawei. Washington ha dado tres meses a las empresas estadounidenses para que dejen de hacer negocios con Huawei, a la que acusa de pretender espiar a EE UU. En Reino Unido, dos grandes operadoras de telefonía móvil, Vodafone y EE, filial de British Telecom, han decidido prescindir de los dispositivos de Huawei en sus servicios 5G. En Japón, el principal operador, NTT Docomo, ha interrumpido los pedidos del Huawei P30, que la empresa iba a lanzar este verano.

Por su parte, el consejero delegado de Huawei España, Tony Jin Yong, confía en que la Unión Europea no imite a Estados Unidos y establezca unas reglas claras de juego para todos los fabricantes.