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«¿Qué pasa con mi Huawei?»

El anuncio de que Google suspende sus negocios con el fabricante chino provoca las primeras cancelaciones de reservas y devoluciones en las tiendas de telefonía alicantinas

El empleado de un comercio de telefonía muestra una de las terminales de Huawei que vende. pilar cortés

Muchas dudas y poca información. Es la situación que se vivió ayer en las tiendas de telefonía de la provincia ante las consultas de los clientes que querían saber qué iba a ocurrir con sus terminales Huawei, después de que Google anunciara que cortaba sus relaciones comerciales con el fabricante chino para cumplir con la orden de la administración Trump. Unas preguntas que llegaban, sobre todo, por parte de quienes acaban de comprar uno de los modelos de la firma originaria de Shenzhen, que en pocos años ha logrado situarse como la tercera más vendida en España y en todo el mundo, solo por detrás de Samsumg y Apple.

«La política de devolución es la misma que antes. Es lo único que nos han dicho desde la central», señalaba la dependienta de una conocida cadena especializada en la venta de móviles en el centro de Alicante, ante las llamadas de algunos clientes para saber si podían cambiar su terminal. De momento, ayer los establecimientos tuvieron que hacer frente a un goteo espaciado de casos -nada parecido a una avalancha, entre otras cosas, porque los lunes suelen ser un día bastante anodino en el sector- aunque los propios trabajadores reconocían su preocupación. «¿Qué pasa con mi Huawei?» vino a ser la pregunta más recurrente. «Verás a medida que se enteren de la noticia», señalaba el empleado de una de las operadoras con tienda abierta en la avenida de Maisonnave de Alicante.

Otros expresaban sus dudas sobre qué hacer si un cliente les solicitaba un terminal. «Si no me lo piden expresamente, no voy a ofrecerles Huawei», apuntaba otro empleado, en este caso, de la competencia. Y también hubo reacciones exageradas. «Esta mañana ha venido un señor que quería un Samsung cuanto antes porque decía que el suyo se iba a quedar para pisapapeles», aseguraba la trabajadora de otro comercio. También se anularon algunas reservas.

Ninguno de los consultados quiso aparecer con su nombre en este reportaje, como tampoco quisieron hablar las grandes cadenas de distribución consultadas por este diario. Al fin y al cabo, Huawei sigue siendo uno de sus principales socios, aunque la decisión del Gobierno estadounidense de incluir a la compañía en su lista negra puede suponer un golpe «muy importante para la firma, sobre todo de cara al lanzamiento de sus próximos modelos», que son los que sufrirán las peores consecuencias de esta ruptura de relaciones, como explica el director del Máster Universitario en Desarrollo de Software para Dispositivos Móviles de la Universidad de Alicante, Miguel Ángel Lozano.

Al respecto, tanto Huawei, como la propia Google dejaron claro en la jornada de ayer que los terminales que ya están en manos de los usuarios y los que permanecen en stock mantendrán el acceso a Google Play, a las actualizaciones de seguridad de sus aplicaciones propias y a todas las que realicen el resto de desarrolladores -WhatsApp, etc.-, ya que estas operaciones no suponen una interacción directa entre la firma norteamericana y la china, que es lo que ha prohibido la Administración de Donald Trump.

De lo que quedarán excluidos estos terminales son de las actualizaciones del propio sistema operativo que realiza regularmente Google de forma que, a la larga, cuando un desarrollador deje de ajustar su aplicativo para las diferentes versiones que tienen ahora instalados los Huawei, sí empezarán a tener problemas. Pero, como señala el profesor de la UA, «esto es algo habitual en los teléfonos Android», ya que la mayoría de fabricantes suele limitar las actualizaciones del sistema operativo para centrarse en sus nuevos modelos. Las compañías de software lo suelen tener en cuenta y permiten que sus programas puedan seguir funcionando con versiones antiguas del sistema durante dos o tres años, por lo que sería de esperar que la mayoría de los teléfonos actuales de Huawei no dieran problemas ya que ésa suele ser la vida media de un terminal.

Mucho más complicado lo tendrá el fabricante chino para lanzar nuevos modelos, sobre todo si aspira a mantener una cuota significativa. Como apunta Miguel Ángel Lozano, son varias las opciones que tiene la firma asiática y ninguna parece demasiado alentadora. La primera sería que sus nuevos terminales se basaran en Android Open Source Project o, dicho de otra forma, la parte pública del sistema que es de libre acceso para todos. El problema es que ésta no incluye los últimos avances, por lo que sus móviles serían menos competitivos que los de otras marcas. Aún así, hay quien ha tenido éxito con esta fórmula que, por ejemplo, es la que ha empleado Amazon en sus tabletas Kindle Fire, según el experto.

¿Un sistema propio?

La otra opción sería que Huawei creara su propio sistema operativo, algo que sus responsables ya anunciaron como «plan B» hace unos meses, si se cumplían las amenazas estadounidenses. Sin embargo, Lozano recuerda que otros gigantes tecnológicos ya fracasaron en este intento y cita el caso de Symbian -el sistema que desarrolló la otrora todopoderosa Nokia- o el Windows Phone, de Microsoft. La dificultad, en este caso, es alcanzar la masa crítica suficiente para que los desarrolladores decidan gastar su dinero y su esfuerzo en conseguir que sus aplicaciones funcionen con el sistema alternativo. «Es la pescadilla que se muerde la cola. Si hay pocas aplicaciones, la gente no lo quiere y, si no hay usuarios, los desarrolladores no crean aplicaciones», recuerda el experto de la UA.

No obstante, en este caso Huawei cuenta con la ventaja de su posición en el mercado chino, que le proporcionaría una base importante. Además, está por ver si el Gobierno de Pekín toma represalias contra otras firmas, como Apple. Las bolsas respondieron ayer con fuertes caídas frente a este recrudecimiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

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