Unos 10.000 trabajadores alicantinos del sector agrario encuadrados en categorías no especializadas perciben aún un sueldo inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pese al incremento aprobado por el Gobierno en diciembre pasado y que elevaba la cuantía mensual hasta los 900 euros, según denunciaban ayer los sindicatos CC OO y UGT. El número de empleados agrícolas que se encuentran en esta situación representa el 66% de los alrededor de 15.000 trabajadores totales con que cuenta el sector en Alicante, según las estimaciones del sindicato CC OO. «Y en un 70% de los casos son mujeres», subrayaba Javier Galarza, responsable de la Federación de Industria de CC OO-PV.
Las organizaciones sindicales advertían de que, mientras la subida del SMI ha significado que empleados del campo cobren 6,99 euros por hora, «en Alicante, la categoría profesional que afecta al mayor número de personas aún percibe 6,63 euros por hora, con pagas extraordinarias, vacaciones y festivos incluidos, siendo este, además, el único convenio que se sitúa por debajo del SMI de los cinco que están en vigor en la Comunidad», aseguraba Galarza. Estos cinco acuerdos son los tres provinciales, además del de cítricos y el de envasado y manipulado de cítricos, ambos de carácter autonómico. En el sector agropecuario la jornada establecida es de 1.802 horas anuales.
Concentración
La subida hasta los 900 euros mensuales (12.600 euros brutos año) entró en vigor el 1 de enero, por lo que las organizaciones sindicales consideran que «han pasado ya más de cuatro meses, un tiempo suficiente para reclamar que el sector aplique la medida», manifestaba Adolfo Durá, responsable de MCA- UGT en l'Alacantí. Además, advertía de que los trabajadores alicantinos «se están viendo discriminados» respecto a los de otros empleados agrícolas en la Comunidad, «porque la patronal no quiere reconocer la adecuación salarial al decreto aprobado por el Gobierno». No obstante, como esta situación se repite en treinta provincias españolas, los sindicatos han convocado para hoy una movilización a nivel estatal.
En el caso de Alicante, delegados de ambas centrales se concentrarán este mediodía ante la sede de la patronal provincial Fexphal y está previsto que se manifiesten delegados sindicales tanto de Alicante como de Valencia y de Castellón, que vendrán en varios autobuses. Fundamentalmente, los trabajadores a los que todavía no se les ha aplicado el aumento del SMI son empleados fijos-discontinuos y temporales, «que se encuentran en una situación de gran precariedad laboral», añadía Adolfo Durá, quien añadía que en este tiempo se ha intentado llegar a acuerdos, a través del Arbitraje Laboral, con algunas empresas, «pero siguen sin aplicar la subida».
Al margen de los fijos-discontinuos, «que son los menos afectados», a los que más perjudica la no aplicación de la subida es a los temporales que están realizando tareas de recolección o empaquetado, explicaba Adolfo Durá.
No obstante, la movilización de hoy tiene una doble reivindicación. Además de exigir el cumplimiento del aumento del salario mínimo, UGT y CC OO van a reclamar que, al final, se negocie un convenio de carácter estatal, ya que en estos momentos están vigentes varias tipologías de acuerdos laborales: los provinciales y autonómicos, y, en algunos casos, incluso, los sectoriales. «Y, a veces, se da la circunstancias de que un mismo trabajador que ha participado en varias campañas de recolección distintas, se le ha aplicado un convenio diferente, dependiendo del producto que recogía», explicaba Javier Galarza. Los sindicatos creen que para homogeneizar la situación «es mejor tener un convenio estatal que lo regule todo», añadía Durá.
Por su parte, la patronal Fexphal aseguró ayer que «ha promovido y promoverá el cumplimiento más estricto de la ley». Y, en el caso del SMI, afirmó que las empresas asociadas lo han aplicado, atribuyendo a «casos excepcionales» situaciones contrarias, «de las que, lógicamente, no tenemos constancia», según fuentes de la patronal, que añadieron que el sector «hace esfuerzos para acometer la ley y no perder competitividad, ya que con los márgenes con los que se trabaja en el campo es difícil acomodar este tipo de cambios».
