Ellas siguen siendo más en la actividad de los servicios en la provincia. Son mayoritarias en la hostelería, en el comercio o en la limpieza, pero en los últimos años las trabajadoras asalariadas han ido bajando su presencia, mientras el empleo masculino ha ido ganando terreno en las distintas actividades de este macrosector. Si al finalizar el primer trimestre del año, eran 233.000 las ocupadas en los servicios, un año antes eran 4.600 más y en el mismo periodo de 2008, la cifra subía hasta las 245.500, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Por su parte, los hombres han pasado de los 188.900 de hace un año a los 202.700 actuales. En 2008, eran 169.000.
Una de las razones principales de este ligero retroceso se encuentra en que el paro femenino generado durante la larga etapa de crisis no se ha recuperado del todo con la reactivación. Pero, igualmente, los sindicatos atribuyen esta atonía a la evolución del empleo masculino, ya que durante la recesión parados de la construcción o de la industria «encontraron refugio en esta actividad y han ido consolidando sus trabajos», coincidían CC OO y UGT. «Tras años en las listas del paro, aceptan entrar en los servicios, aunque sea con un empleo más precario, antes de seguir en situación de desempleo», explicaba José María Ruiz Olmos, responsable de Empleo de CC OO en l'Alacantí-Les Marines.
Del ladrillo a los servicios
«Por eso, la construcción está teniendo ahora, con la reactivación del ladrillo, muchos problemas para emplear mano de obra cualificada, porque los que despidieron durante la crisis ya se han asentado en otros sectores, también en la hostelería», añadía Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l'Alacantí-La Marina. Aunque, igualmente, cada vez empieza a haber más presencia masculina en actividades tan tradicionalmente feminizadas como el comercio, sobre todo en establecimientos de franquicias o de grandes marcas, o entre las camareras de piso. «Y por parte de gente joven», subrayaban Yaissel Sánchez y Patricia Carrillo, responsable del área de Servicios en el sindicato CC OO. No obstante, tampoco hay que olvidar que en los últimos años el mercado laboral y el tejido productivo de la provincia ha incorporado nuevos actores y ha registrado el impulso de algunos ya existentes, como es el caso del transporte.
Un sector que está remontando la crisis y experimentando un empuje por la irrupción del comercio electrónico, al igual que negocios que antes tenían menos peso como el reparto de comida rápida, «actividades en las que en su mayoría trabajan hombres», reiteraba Carrillo. En este sentido, el profesor Hipólito Simón, profesor del departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante (UA) y miembro del Instituto de Economía Internacional de la misma Universidad, apuntaba que, en el contexto nacional, el empleo femenino en los servicios se ha comportando en el pasado reciente de forma más dinámica que otros sectores, habiendo recuperado niveles previos a la crisis. Sin embargo, apuntaba que la «atonía» en el caso de Alicante «podría estar provocada por un distinto peso de las ramas de actividad del sector servicios y una potencial dinámica distinta de estas». También desde CC OO aludían a que los ajustes en la actividad de la banca, «que han costado muchos puestos de trabajo. Habrían podido suponer más paro para las mujeres», planteaba Ruiz Olmos. Para Yaissel Sánchez, esta radiografía de la EPA sugiere «que en el empleo masculino se consolida más en el sector servicios, mientras que el femenino es más inestable y sigue siendo muy temporal».
Al margen de la comparativa de los primeros trimestres, en la que influye cuándo se celebra la Semana Santa, si se analiza el cierre de los años 2017 y 2018 también se observa un descenso, al pasar de 247.400 ocupadas en los servicios a 244.900.
