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Casi 3.200 euros más pobres que la media

El menor crecimiento de la economía valenciana durante el último año agranda la brecha entre la renta per cápita de la Comunidad y la del resto del país

Casi 3.200 euros más pobres que la media

La Comunidad Valenciana acusó en mayor medida la desaceleración que sufrió la economía española durante el año pasado y que se hizo especialmente patente durante la segunda mitad del ejercicio, cuando las amenazas proteccionistas de Trump enfriaron el comercio mundial y, en el terreno doméstico, el aumento del consumo interno empezó a mostrar también signos de debilidad. De esta forma, si el PIB nacional pasó de crecer un 3% en 2017 a hacerlo un 2,6% en 2018, en el caso de la autonomía el frenazo fue bastante mayor: del 3,1% al 2,1%, de acuerdo con los datos de la Contabilidad Regional que ayer divulgó el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Así, la Comunidad Valenciana no solo pasó de crecer por encima de la media a hacerlo cinco décimas menos que el resto, sino que, además, se situó como una de las autonomías menos dinámicas, con una mejora del PIB tan solo superior a las de Extremadura, que avanzó un 2%, La Rioja (+1,6%), Melilla (+1,6%), Ceuta (+1,5%) y Murcia (+1,5%). Por el contrario, las regiones donde mejor se comportó la economía fueron Madrid, con un incremento del 3,7%, seguida de Cantabria (+3,4%), Navarra (+3%), Castilla-La Mancha (+2,8%) y Galicia (+2,7%).

Como consecuencia de esta mayor desaceleración, volvió a agrandarse la brecha que existe entre el nivel de riqueza de la Comunidad y el del resto del país, tras la ligera mejora que había experimentado este indicador en los últimos años. En concreto, la renta per cápita valenciana cayó hasta el 87,6% de la media nacional, tres décimas menos que un año antes y bastante alejada del 95,9% que llegó a alcanzar en el año 2001.

Hablando en términos absolutos, el PIB por persona de la Comunidad se situó el año pasado en 22.659 euros, 624 euros más que el año anterior, pero 3.195 euros menos que el conjunto nacional, donde la riqueza por persona alcanzó los 25.854 euros. El año anterior la diferencia era de 3.029 euros. Además, la autonomía está bastante más cerca de la región más pobre de España -un lugar que ocupa Extremadura, con un PIB per cápita de 18.174 euros- que de la más rica, que un año más es Madrid, con una renta por habitante que ya roza los 35.000 euros, según el INE. Entre las autonomías mejor situadas también repiten el País Vasco, con 34.079 euros de PIB per cápita; Navarra, con 31.809; o Cataluña, con 30.769 euros.

Poco gasto público

En cuanto a los motivos de la desaceleración, desde la patronal CEV señalan que la Comunidad, al igual que el resto del país, se ha visto afectada por «la pérdida de tono del consumo privado, el menor dinamismo de la demanda externa y la mayor incertidumbre», y recuerdan que la autonomía está más expuesta a los vaivenes de la situación internacional debido a su carácter exportador y al peso del turismo. En cualquier caso, se muestran convencidos de que el crecimiento continuará, aunque sea en menor medida.

Por su parte, el profesor de Macroeconomía de la Universidad de Alicante Alfredo Masó coincide con la CEV en que la mayor apertura de la economía valenciana la hace más sensible a estas oscilaciones, pero también apunta que el mayor freno de la actividad que reflejan las cifras del INE en la autonomía no acaba de cuadrar con la percepción que existe a pie de calle. Por eso señala a la economía sumergida como otra de las posibles causas de estas menores cifras.

Sin embargo, Masó cree que también existe otro hecho diferencial que justifica que la Comunidad Valenciana no acabe de «despegar» y es el menor gasto público que se ejecuta en la zona, fruto de la infrafinanciación que sufre la Generalitat y de la falta de inversión en infraestructuras por parte del Gobierno central. «La demanda del sector público es una pieza muy importante de la maquinaria económica y está claro que aquí no funciona igual que en otra autonomías», apunta, al respecto, el profesor universitario.

Freno en la industria

En la evolución por ramas de actividad que ofrece el INE, fue la construcción la que experimentó el mayor crecimiento en la Comunidad, con un avance del 7,4% sobre el año anterior, mientras que las actividades culturales y recreativas apenas mejoraron un 0,7%. Por su parte, la facturación del comercio y la hostelería apenas aumentó un 1,5% frente al 3,8% del ejercicio anterior, fruto de la ya citada ralentización en el consumo, mientras que la industria manufacturera solo sumó un 1% más a su producción, frente al incremento del 4,8% que experimentó en 2017.

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