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La Cámara rectifica con las mujeres

La institución cameral alicantina abordará el lunes la modificación del planteamiento inicial, en la que las cinco personas designadas para el consejo autonómico eran hombres

Un pleno de la Cámara de Comercio de Alicante, en una imagen de archivo. álex domínguez

Una rectificación en la Cámara de Comercio de Alicante tras el tirón de orejas que le ha dado el Consell al detectar que no hay paridad en la propuesta de personas que representarán en el Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana a la entidad que preside Juan Riera. Eso es lo que se está fraguando y lo que, a priori, se llevará al comité ejecutivo y al pleno que se celebran el próximo lunes. Tanto es así que uno de los puntos del orden del día del órgano asambleario de la Cámara hace referencia al requerimiento de la Dirección General de Comercio al presidente del consejo autonómico, José Vicente Morata, y a la propuesta de designación de los representantes de la institución alicantina, junto a la modificación del acuerdo que se tomó el pasado mes de noviembre. Eso sí, del otro requerimiento, el enviado a Juan Riera, porque no hay ni una sola mujer en la actualidad en el comité ejecutivo no hay ni rastro -expreso- en el orden del día.

Todo comenzó a finales del mes de marzo. El director general de Comercio, Natxo Costa, enviaba un primer requerimiento a Morata. Le reprendía por la falta de paridad en el pleno del consejo autonómico, integrado por 20 vocalías, de las que cinco son de los presidentes de cada una de las cámaras de la Comunidad, y las 15 restantes son nombradas por los diferentes plenos. En este sentido, la alerta era clara: solo había cuatro mujeres, y, en concreto, una de Castellón y tres de Valencia. Ni una sola por Alicante, que proponía a cinco hombres para sus cinco plazas. Por eso, Natxo Costa le instaba a Morata a que modificara la designación planteada. Un par de días después, se enviaba un segundo requerimiento, éste a Juan Riera. Le afeaba que en su comité ejecutivo los hombres ocuparan las nueve plazas que hay, tras las renuncias de Isabel González y Rosana Perán, y le instaba a que modificara la composición de su máximo órgano de gobierno, para que, al menos, las mujeres representaran el 40%.

Estos puntos de partida son los que han acabado dando pie a los últimos movimientos, en parte parece que también forzados por el malestar que se hizo llegar desde el Consejo de Cámaras a Alicante. La operación, al final, iba encaminada hacia dos objetivos: ver qué nombres se caían de la lista y evaluar quién entraba.

La propuesta inicial lo que contemplaba es que, además de Riera, que entraba por ser el presidente de la Cámara de Alicante, estuvieran en el pleno del consejo de la Comunidad el vicepresidente primero, Antonio Arias; el vicepresidente segundo, Carlos Baño; el tesorero, Armando Sala; y Guillermo Moreno y José Juan Fornés, ambos vocales del comité ejecutivo. Ahora, tras el requerimiento del departamento de Rafa Climent, el planteamiento que a día de hoy parece cobrar más fuerza es el de que entren Pepa Garri -de la federación del comercio Facpyme- y Sonja Dietz -presidenta del Cercle Empresarial de la Marina Alta (Cedma)-, ambas en el pleno de la Cámara de Comercio por la cuota que tiene la patronal CEV. Saldrían, si al final esto no se frustra, Armando Sala y José Juan Fornés. De hecho, ayer había quien atribuía esta solución al juego de pesos y contrapesos que hay en la Cámara en función de si las afinidades están más próximas al sector CEV o al entorno de Riera. Se tocaría a Sala y a Fornés, después de que se le propusiera alguna otra de las personas y se negaran. No obstante, la última palabra la tendrán el comité ejecutivo y el pleno.

En cuanto a la composición del comité de la Cámara, en círculos empresariales ayer se veía complicado que se pudiera hacer algo al respecto. Entre otras cosas, porque los actuales representantes en el comité son vocales que han presentado su candidatura y que han sido votados por la asamblea. Con el matiz, recordaba alguien, de que en los dos últimos casos, el de Fornés y el de Miguel Quintanilla, que sustituyeron respectivamente a Isabel González y Rosana Perán, no hubo otras alternativas. Otra cosa es que cuando se eligió a Quintanilla se amagó con la presentación de otras personas, pero no llegó a cuajar nada. «Estamos en campaña electoral», decía con retranca alguien ayer por la mañana, tratando de buscar una justificación a la amonestación del Consell por la composición del comité ejecutivo.

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