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La oferta de empleo de la provincia no sale de la crisis

La contratación en Alicante se concentra en la hostelería, el comercio o en trabajos que no requieren alta cualificación, como antes de la recesión

Un camarero atiende a unos clientes en una terraza. I. Ramón

Casi todo cambió con la crisis y poco parece haber cambiado en el nuevo ciclo de recuperación económica. Al menos, para el mercado de trabajo de la provincia, donde el grueso de la contratación se sigue concentrando en los empleos que generan el comercio y la hostelería, además de la industria y la construcción, y los de las denominadas ocupaciones elementales o que no requieren una alta cualificación. Los mismos puestos que hace diez años, iniciado ya el periodo recesivo, dominaban la contratación en la provincia. Una similitud que induce a pensar que poco se ha aprendido de la crisis y que el cambio de modelo productivo que tanto se pregonaba entonces aún no ha llegado.

Un giro que, sin embargo, todos los analistas consideran ahora necesario para afrontar los retos que plantea la nueva economía, basada en la tecnología y la transformación digital, y dentro de un escenario más globalizado, donde la estrategia de competitividad son claves para las empresas de cara a mantenerse con fuerza en el mercado.

Pero el balance de la contratación del pasado mes de marzo en Alicante apenas arroja grandes variaciones con respecto a la radiografía de hace una década. El 63,5% de los 51.675 nuevos empleos creados fueron para ocupar, fundamentalmente, puestos de camareros y vendedores en tiendas (16.900) y de trabajos para los que no se necesita una alta cualificación (15.925). En una tercera posición se encuentran los trabajadores especialistas de la industria manufacturera y de la construcción, con más 5.700 contratos registrados en marzo.

Una proporción similar a las ofertas laborales de hace diez años. Entonces, la contratación de personal con perfiles no cualificados y los de trabajadores de hostelería y comercio representaban el 54% del total de los empleos generados en marzo de 2009, que fue de 28.974. Una cifra muy inferior a la de este año, pero es que en aquellos momentos la economía, las empresas y los trabajadores se enfrentaban a uno de los momentos más adversos de la primera parte de la crisis, con cierres de empresas, debacle de la construcción, altas tasas de paro, descenso brusco del consumo...

Salto cualitativo

Aunque con matices, los resultados que arrojan las estadísticas en el ámbito de la Comunidad Valenciana repiten similar tendencia, a excepción de las cifras más elevadas que presenta el empleo en el caso de la industria en Valencia, donde este sector tiene más peso que en Alicante. En este punto, cabe preguntarse qué se ha hecho en este tiempo desde la Administración y desde las propias organizaciones empresariales para poner los mimbres que permitan, ahora, dar el salto cualitativo que requiere la transformación digital. Y más, con el potencial que empieza a tener la provincia por el cada vez mayor núcleo de compañías que ya trabajan con sistemas o estructuras como el Blockchain, la Inteligencia Artificial o el Internet de las Cosas. Y con un Distrito Digital, ubicado en Alicante, que comienza a hacer hueco a las empresas nacionales e internacionales que aportan innovación a los procesos productivos. No se trata de reducir el empleo ni la contratación en los sectores que son el motor económico de Alicante, léase el turismo, fundamentalmente, así como la industria tradicional.

Actividades, además, que no sólo identifican a la provincia fuera de nuestras fronteras, sino que le han supuesto un importante colchón en los momentos más crudos de la crisis. A ellos se ha sumado en los últimos años una recuperada actividad de la construcción, que comienza a tener falta de mano de obra especializada.

Transformación

Se entiende que el desafío de los nuevos tiempos es dar un paso más. Y que, al igual que estos sectores tradicionales tienen que afrontar la transformación digital que les exigen los tiempos, las empresas de nuevo cuño tecnológico también necesitarán una mano especializada, ya sean procesadores, informáticos... Profesionales y expertos en unos sistemas que, además, tienen que acabar por situar a las compañías de la provincia de todos los sectores en el camino de la renovación tecnológica que le permita ganar competitividad.

De momento, la foto fija de la oferta laboral de marzo aún refleja bajos niveles de contratación de mano de obra especializada en áreas más tecnológicas. Los técnicos y profesionales científicos e intelectuales sólo representan el 5% del total y los técnicos de apoyo, el 6,2%. Unos porcentajes que a medio y corto plazo deberían ir aumentando -sin que se vea disminuido el empleo en los sectores del turismo y tradicionales-, a medida que, en realidad, el tejido productivo alicantino se vaya embarcando en el futuro que señala la revolución digital. Y, probablemente, también cambiará o se ampliará la nomenclatura de las contrataciones, con respecto a las estadísticas actuales. Este sería, incluso, un pequeño indicador de que el cambio de modelo productivo se está produciendo.

No obstante, para que eso ocurra, antes tienen que corregirse los actuales desajustes sobre los que vienen advirtiendo los propios empresarios entre sus demandas en materia de empleo, formación cualificada e innovación y la trasferencia de las mismas que son capaces de hacer las instituciones académicas o centros tecnológicos. La Formación Profesional cada vez se especializa y diversifica más, pero aún empresas y Administración no han resuelto el debate sobre la FP Dual. Tampoco habría que olvidar en este cambio de modelo acabar con el subempleo y rescatar a esos jóvenes, en muchos casos universitarios, que, por la crisis, se vieron abocados a trabajar en puestos básicos cuando su formación era superior. O a rebajar más la tasa de paro.

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