Alemania vuelve a ocupar la primera posición en el ránking de primeros clientes del vino provincial, después de que en la campaña anterior China le desbancara del primer puesto que ocupaba tradicionalmente. De hecho, el mercado germano, con los más de 9.160 hectolitros comprados a las bodegas alicantinas, representa el 22% del total de la exportación de los caldos con denominación de origen de la provincia, que en la campaña 2017/2018 se elevó a 41.556,03 hectolitros. Una cifra que representa un aumento del 15,11% con relación al año anterior, según los datos del Consejo Regulador Vinos de Alicante.

Así, Alemania vuelve a confirmar su fidelidad a los viticultores de la terreta. Al contrario que China, «que es un mercado más inestable y difícil. Unos años muestra picos de compra elevados para luego volver a bajar», según subrayaban fuentes del Consejo. Quizá, por eso, son muy pocas las bodegas provinciales que exportan a este destino, añadieron las mismas fuentes, aunque sin concretar la cifra. «Y si un año, uno de los exportadores no vende en aquel país, el balance global acusa más la caída», matizaban. Con los datos de 2018, las ventas a China de los vinos con sello de calidad de Alicante superaron los 5.730 hectolitros, que suponen un descenso del 18,67%. Una bajada provocada, fundamentalmente, por el retroceso de la exportación del producto embotellado.

El gigante asiático es uno de los mercados más codiciados por exportadores de todos los sectores, dado el potencial de consumo que representa, al contar con más de 1.300 millones de habitantes. Pero a una trayectoria de grandes fluctuaciones, el pasado año se unió otro factor limitador como es la debilidad de la economía y del consumo en la segunda potencia del mundo. Una circunstancia que también están constatando otras actividades provinciales, como es el caso del mármol. Aun así, mantiene la segunda posición entre los principales clientes de los caldos alicantinos.

En conjunto, las bodegas alicantinas comercializaron el pasado año más de 147.792,03 hectolitros, entre las ventas al mercado nacional y al exterior. Un volumen que representa un aumento del 10,48% con relación a la campaña anterior y en el que tienen un mayor peso las ventas en el territorio nacional, pese al avance a nivel internacional. Es decir, es un producto, al que aún le queda recorrido fuera de nuestras fronteras.

Más vino embotellado

De las 38 bodegas adscritas al sello de calidad Vinos de Alicante, 20 son exportadoras netas y de ellas, al menos, cinco se han decidido en los últimos años a intentar colocar sus marcas en el exterior. Según fuentes del Consejo, el envasado representa alrededor del 70% las ventas de los vinos. En total, el pasado año fueron más de 13 millones las botellas que se comercializaron, lo que supone un aumento del 11%.

Tras Alemania y China, EE UU completa el terceto de los principales clientes. Las ventas a este destino, considerado como «prioritario» por los exportadores alicantinos, crecieron el pasado año un 27,66%, lo que representa el crecimiento más significativo entre los mercados más estables. El incremento, además, se produce en un contexto marcado por la política proteccionista del mandatario estadounidense, Donald Trump, y de las «guerras comerciales» que mantiene con varios países, especialmente con China. No obstante, el avance en EE UU no se sabe si podrá mantenerse, en el caso de que el inquilino de la Casa Blanca decida en un futuro próximo aumentar las tarifas arancelarias a distintos productos europeos.

Francia, cuarto por los graneles

Por otra parte, Francia, el tercer productor de vinos en el mundo, por detrás de Italia y España, ocupa la cuarta posición del ránking de los principales clientes, pero por la compra de vino a granel. «Si fuera por la comercialización del producto embotellado, estaría en la décima posición», apuntaban desde el Consejo. El pasado año, al país vecino se vendieron 2.796,99 hectolitros, que representan una subida del 22%. Tras el mercado galo, Polonia ocupa la quinta posición. Un comprador tradicional y fiel a Alicante desde los años 70, al igual que los Países Bajos, Bélgica, Canadá o Dinamarca. No obstante, sus volúmenes son inferiores a los de otros destinos. A Polonia se vendieron el pasado año más de 2.042,75 hectolitros, un 44% más que la campaña anterior.

Con un salto importante en la tabla, Reino Unido ocupa la duodécima posición. En 2018, tan solo se vendieron 748,31 hectolitros, un 7,12% menos. En el contexto de este descenso se encontraría el efecto del Brexit, aunque el sector no muestra especial preocupación por el posible impacto del «divorcio» de Reino Unido de la UE, dado que «no es un destino prioritario, se considera complejo y son pocas las bodegas que exportan allí», explican. Al parecer, el consumidor británico se decanta más por los caldos procedentes de los países de la Commonwealth o de Argentina.