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La innovación del proceso productivo como una asignatura pendiente

Una tesis de la UA sostiene que los institutos tecnológicos deben adaptarse a los nuevos retos globales

María Núñez, ayer, a las puertas de la Facultad de Económicas.

Parece que los nuevos y constantes retos globales y tecnológicos que marca el contexto internacional abocan a los centros o institutos que desarrollan sistemas de I+D en España y en la Comunidad a dar un salto cualitativo en sus objetivos para acercarse más a lo que en la actualidad demandan las empresas.

Desde sus inicios, allá por los años 80 del siglo XX, los institutos tecnológicos, de carácter privado, pero que reciben apoyo público, además del de las propias empresas asociadas o colaboradoras, se vienen centrando más en la innovación del producto, «mientras que las empresas lo que buscan en estos momentos es que les ayuden a mejorar y hacer más eficientes los procesos productivos». Entre otros aspectos, mejorar estructuras de costes, medioambientales o tener mayor conocimiento de tecnología con el fin de ganar competitividad, según sostiene María Núñez, autora de una tesis doctoral presentada recientemente en la Universidad de Alicante (UA) con el título «La percepción empresarial sobre el proceso innovador: el papel de la cooperación con centros tecnológicos españoles».

Núñez, de 28 años, que hizo Economía de la UA y tiene un máster en Economía Aplicada, también es concejala de Comercio del Ayuntamiento de Xixona. La ya doctora universitaria ha dedicado los últimos cuatro años de estudios a esta tesis, centrada «en la percepción de las empresas en el campo de la innovación», que es lo que aportaría de novedad su trabajo. La entonces doctoranda consideraba que había que insistir en este aspecto porque «las políticas tecnológicas deben ser medidas para saber si han cumplido sus objetivos y mejorarlas, en su caso», apuntaba María Núñez.

Entre otros motivos, porque la «innovación se asocia a incertidumbre, a inversión y a "efecto derrame" en el territorio. Además, aplicar un nuevo uso, siempre tiene el objetivo de mejorar la competitividad de las empresas», subrayaba. En su trabajo ha manejado multitud de fuentes, incluidas las recomendaciones europeas en esta materia y los informes del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre innovación empresarial, y ha analizado su evolución desde 2004 a 2014. Estas estadísticas están basadas en las repuestas de una amplia muestra de compañías de toda España. De ellas, Núñez ha contactado con un grupo importante de firmas españolas, pero sobre todo de la Comunidad Valenciana, para conocer «si estos espacios han alcanzado los objetivos para los que se crearon».

Entre otros aspectos que destacan de su tesis, la autora ya detectó en una primera aproximación que las compañías colaboradoras con estos centros piden más innovación en la mejora de los procesos productivos, sin aparcar las novedades de productos. Y son las empresas más grandes las que se ven más respaldadas y ven más ventajas en la cooperación. A juicio de la autora, «a veces, no es necesario tener el mejor artículo innovador, sino el mejor proceso». Esta demanda proviene, sobre todo, de las compañías más grandes. ¿Por qué? Porque las firmas de mayor tamaño ya tienen estructura que dedican a la innovación, al contrario de lo que ocurre con las pymes. Estas se beneficiarían de ese «efecto derrame» al estar en contacto con el agente innovador y el conocimiento generado, señalaba la autora de la tesis.

En su trabajo, también ha detectado que las firmas más internacionalizadas muestran preocupación por encontrar un déficit de información en términos de innovación o tecnología sobre el mercado donde están o tienen puestas sus miras. «Y esta podría ser otra vía de mejora de los centros tecnológicos», apuntaba Núñez, quien matiza que en su tesis no se plantean propuestas, sino que se detallan las necesidades o preocupaciones de las compañías en términos de innovación en su relación con los centros tecnológicos, de los que en España hay 63 y en la Comunidad están en funcionamiento once, de los que cuatro están ubicados en Alicante (Inescop, Aiju, Aitex e ITE). Estas son algunas de las principales conclusiones de su tesis doctoral.

«No por anunciar más presupuesto se va a generar innovación»

María Núñez señalaba que los centros tecnológicos «deberían actuar como motor de las empresas». Los polos de innovación de estos institutos en España los conforman Madrid, Navarra, País Vasco, Cataluña y Comunidad Valenciana. En materia de presupuesto, en España de 2009 a 2016 se redujo el gasto público un 9,1%. No obstante, la autora cree que «no por anunciar más fondos se va generar innovación. Lo que hay que hacer es diseñar medidas y proyectos y ejecutar el presupuesto».

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