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Las pensiones van por comarcas

Siete municipios de la provincia, sobre todo de l'Alacantí, tienen una prestación media superior a los mil euros. Benifallim, con 1.301 euros al mes, registra la más alta

Imagen de archivo de una persona mayor sentada en un banco en la ciudad de Alicante. jose navarro

Al final de la vida laboral, cuando llega la hora de la jubilación, ese periodo de merecido retiro en el que muchos proyectan una dinámica con más actividades de ocio de las que realizaban mientras estaban trabajando, es una de las épocas de la vida en la que más cálculos hacen jubilados y familias en relación a sus ingresos. Porque, entre otras cosas, la pensión que se perciba va depender no sólo de las cotizaciones y de cómo se hayan realizado éstas, sino también del sector en el que se haya trabajado y de la zona donde se ha desarrollado la vida laboral.

Es entonces cuando muchos se chocan de bruces con la realidad. Se dan cuenta de que su prestación es más baja que la de jubilados de otras provincias o que está por debajo de la media nacional. Este es el caso de Alicante, que tradicionalmente ha registrado un importe de pensión por debajo del promedio estatal. Mientras en enero la cuantía media de los jubilados españoles se situaba en los 983,46 euros mensuales, la de los pensionistas provinciales bajaba hasta los 851,26. Es decir, 132,2 euros menos, según la comparativa de los datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Y es que en las pensiones, al final, cuentan la historia laboral que cada uno ha tenido y reflejan cómo influyen factores tan determinantes como el tiempo de cotización, la calidad de la misma, las retribuciones o el sector en el que se haya desarrollado la mayor parte de su etapa profesional.

Baja cotización y estacionalidad

En el caso de Alicante, tipos de contrato a jornada parcial, una estructura productiva con sectores estacionales y empleos, igualmente, temporales, unido a la forma de la retribución son causas relevantes que sitúan a la baja la prestación de la jubilación con relación a otras provincias y a la media española, según apuntaba Alfredo Masó, profesor titular del departamento de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Alicante. «Pero tampoco hay que olvidar que en nuestra provincia se arrastra un alto nivel de economía sumergida, ya sea a través de horas extra que no se computan, que suelen darse en hostelería, o bajas cotizaciones, pese a que los salarios reales son más altos, como ha ocurrido durante años en el calzado», advertía Yaissel Sánchez, secretaria territorial del sindicato UGT en l'Alacantí-La Marina.

Con estos antecedentes laborales, a día de hoy, en la provincia sólo hay siete poblaciones donde el importe medio de la pensión superan los mil euros. Un grupo en el que se encuentran tanto la capital (1.114 euros al mes) como grandes ciudades del entorno; pero también municipios con muy pocos habitantes. Unas prestaciones medias que, en su mayoría, se concentran en la comarca de l'Alacantí, donde hay más presencia de departamentos de la Administración pública, y donde se incluye la propia capital, San Vicente del Raspeig, El Campello o Mutxamel. Pero, curiosamente, entre estos últimos, Benifallim es el que el pasado año lideraba el importe medio de la pensión en la provincia, con 1.301 euros al mes. Cierto es que esta pequeña población, situada cerca de Alcoy, cuenta con 29 pensionistas y su población apenas supera el centenar de residentes. Sorprendido su alcalde, Jose Carlos Barrachina, por este destacado y desconocido posicionamiento, respondía rápidamente que en Benifallim «había mucho funcionario, médicos, enfermeras, maestros o empleados de la industria que trabajaban fuera, en ciudades cercanas o en la capital, y que hoy están jubilados aquí».

Este es su razonamiento para interpretar que el municipio encabece la lista del importe de pensiones en la provincia. La explicación estadística indica que un municipio con tan poca población (108 personas), con sólo 29 pensionistas que perciben cuantías altas eleva el promedio. Otra causa sería que residentes extranjeros, como ocurre en otras poblaciones de Alicante, hubieran decidido fijar su residencia en la localidad a la hora de su retiro. Pero es una posibilidad sólo teórica. En la práctica, según cuenta el alcalde, «debemos de ser de los pocos, sino el único municipio de Alicante, donde no residen extranjeros». Es una población a la que también salpica el mal del despoblamiento. A los pocos niños y adolescentes con que cuenta los recoge el autobús para ir a Benilloba. «El médico viene dos veces por semana. Si lo necesitas fuera de esos días, te vas al pueblo de al lado (Benilloba o Penáguila) porque sabemos dónde pasa consulta», incide Barrachina, explicando los servicios con que cuenta el municipio.

Y al igual que hace años, el grueso de la población activa de Benifallim la conforman trabajadores del sector público que trabajan, pero fuera, en hospitales cercanos, como bomberos o en Correos. «De la agricultura no se ha podido vivir nunca. Siempre ha ido ligada a otros oficios», añadía el alcalde de este municipio del interior de Alicante.

El «club de los mil euros»

Obviamente, la capital, con una mayor representación de todos los servicios públicos centrales y autonómicos, que habitualmente generan remuneraciones estables y más elevadas, ocupa la segunda posición entre las poblaciones con el importe medio más alto de esta prestación. Es de 1.11 euros al mes y cuenta con 53.909 pensionistas, que representan el 16,2% de su población total, que supera los 331.570 habitantes. De forma paralela, otras localidades como El Campello, San Vicente o Mutxamel, en l'Alacantí, se encuentran en el «club de los mil euros», en el que también se cuelan Aigües o Alcocer de Planes, con menos población. Estas se encontrarían entre las zonas a las que suelen retornar, como funcionarios jubilados, originarios de la zona.

No obstante, el número de pensionistas no sólo se refiere a personas jubiladas. Dentro de las pensiones contributivas también se incluyen las de viudedad, incapacidad permanente, orfandad o a favor de familiares. Además, una persona puede recibir hasta tres prestaciones.

Por otra parte, en el lado opuesto, se encuentra Llíber, donde con 91 pensionistas y 1.051 habitantes, la pensión media es la más baja de la provincia, al situarse en los 639 euros al mes. Junto a ella, Murla, cuya actividad principal también es la agricultura, cuenta con 87 pensionistas y 493 residentes y la prestación media es de 670 euros al mes, según los datos del Instituto Valenciano de Estadística (IVE).

Turismo e industria

Sin embargo, en las grandes poblaciones, donde hay una mayor implantación del sector privado, ya sean comarcas industriales o las más vinculadas al turismo, se encuentran muy pocas diferencias en las cuantías de las prestaciones medias. En Elche, tercera ciudad de la Comunidad (230.625 habitantes) y con 36.082 pensionistas, el promedio de la pensión es de 863 euros al mes, con datos del pasado año. Una cuantía similar a las de zonas del litoral. En Benidorm, la capital turística de la Costa Blanca, con 10.518 pensionistas y 67.558 residentes, la pensión media es de 964 euros al mes. Y en Torrevieja, al sur la provincia, también volcada al turismo, el promedio es de 879 euros al mes. Tiene 10.932 perceptores de una pensión y 82.599 habitantes. Esta cierta equiparación entre comarcas, ya sean industriales o turísticas, con relación a la percepción de las prestaciones está muy ligada a la reflexión que hacía el profesor Alfredo Masó sobre las retribuciones y la forma de cotizar durante la etapa activa, sobre todo en la época del desarrollismo, a partir de los años 50 y 60 del siglo XX. Al igual, Yaissel Sánchez, de UGT, recordaba que, en aquel tiempo, «en muchos casos, había sueldo que se cobraba fuera de la nómina, por lo que el efecto en el futuro era que la pensión se veía reducida». Es lo que el profesor Masó llama la «miopía económica». El trabajador tiene más dinero en el bolsillo durante su vida laboral, pero ignora si eso le puede reducir sus ingresos futuro.

Alicante gana población pero el salario no se recupera

De momento, Alicante no ha modificado su estructura productiva, en cuanto al peso que tienen los sectores tradicionales, con una actividad estacional, ni tampoco el modelo de pequeñas empresas. Un patrón a destacar, no obstante, «porque lo conforman pymes que han sobrevivido sin ayudas», apunta el profesor Alfredo Masó, quien añade que tradicionalmente la provincia «no se ha destacado por la implantación de grandes multinacionales», que suelen tener políticas retributivas más elevadas. De ahí que el denominador común de los salarios en Alicante sean bajos, con un importante peso de las jornadas parciales y de la temporalidad. Y la época de la crisis no ha mejorado el panorama. Incluso, derivó en una bajada o congelación de los sueldos «que ahora se recuperan lentamente, por lo que la posibilidad de generar una pensión y tener capacidad de ahorro no es mucha», señala el experto. No obstante, Yaissel Sánchez, de UGT, alerta de que «la labor inspectora en los últimos tiempos ha ido reduciendo la incidencia de la economía irregular. Aunque aún hay que poner más medios para combatirla», algo en lo que coincide Masó. Del otro lado, el profesor lanza datos que pueden compensar una percepción pesimista del futuro. «La economía crece, la provincia está ganando población y tenemos la esperanza de que la gente joven preparada que se incorpore al trabajo mejore la situación».

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