La dirección de CaixaBank aceptó ayer renunciar a las salidas forzosas de trabajadores para cubrir las 2.157 bajas que prevé llevar a cabo para reestructurar su plantilla, con la condición de que los sindicatos acepten el resto de cuestiones que están sobre la mesa de negociación.

El sindicato CC OO, con mayoría en el comité de empresa, aseguró que la dirección ha asumido esta petición de los sindicatos en el transcurso de la cuarta reunión del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) impulsado por el banco. Fuentes de la entidad indicaron que esta renuncia sólo se materializará si se llega a un acuerdo sobre otros temas pendientes de negociación, como la ampliación de la movilidad de los empleados a escala provincial o la extensión del modelo de oficinas «Store». Pese a valorar este paso, desde CC OO subrayaron que es «insuficiente» para llegar a un acuerdo, por lo que instó a la entidad bancaria a renunciar también a la movilidad forzosa.

Según esta central sindical, la dirección de CaixaBank mantiene sus propuestas de ampliar las oficinas Store, más grandes y enfocadas al asesoramiento, así como eliminar las subdirecciones y prolongar hasta los 36 meses el tiempo requerido para consolidar un cargo, entre otras medidas.

Ante esta situación, el sindicato instó a toda la plantilla y a los otros sindicatos a manifestarse en contra de los traslados forzosos el próximo 24 de abril ante todas las direcciones territoriales y los servicios centrales.

En paralelo, pidió a toda la plantilla que conteste una encuesta para conocer su opinión sobre la negociación del ERE, que continuará el 24 de abril con una reunión en Madrid.

Durante la pasada junta de accionistas, el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, justificó la necesidad del ajuste de personal para preparar a la entidad de cara al futuro y garantizar su continuidad en el mercado.