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El ladrillo adelanta a la hostelería

El repunte de la construcción en Alicante le lleva a registrar 2.900 cotizantes más en el último año, frente a los 2.300 de los negocios turísticos

El ladrillo adelanta a la hostelería PILAR CORTÉS

Marzo es, tradicionalmente, un buen mes para el empleo en Alicante. La inminencia de la primavera, que suele anunciar buenas temperaturas, y el hecho de que la Semana Santa se celebre en estas fechas lo convierten en el periodo en el que se suele dar el pistoletazo de salida a la campaña turística, impulsando, así, la contratación en los negocios de hoteles y de restauración. Y el pasado mes se cumplieron los pronósticos, pese a que este año las fiestas de Pascua se celebran en abril. Pero, en este escenario que domina la actividad de los servicios en la provincia, la construcción marcó la diferencia y se coló como el sector que experimentó el mayor crecimiento interanual en la afiliación a la Seguridad Social, con 2.904 nuevos cotizantes con relación a marzo de 2018.

Eso sí, el tirón de los servicios fue el que permitió que el pasado mes el paro bajara en Alicante en más de 2.890 personas con relación a febrero. Los negocios turísticos lograron reducir su bolsa de desempleo en más de 3.100 desocupados, compensando así el aumento en otros sectores como los de la industria, la agricultura o la construcción, aunque en este último caso ligeramente y respecto al mes anterior. En total, el número de parados se situó en 151.046, según los datos del Ministerio de Trabajo.

Pero, además de mejorar el paro, igualmente, aumentó la contratación en Alicante, con 6.336 formalizaciones mensuales más, al igual que la afiliación a la Seguridad Social, que registró 8.392 nuevos cotizantes, situando el total de trabajadores en alta laboral en 651.311 en la provincia. En gran parte, esta evolución al alza se ha producido por razones meteorológicas y por una mayor afluencia de visitantes. Las buenas temperaturas en Alicante desde comienzos de año han ido mejorando las cifras de empleo en la hostelería en el primer trimestre, según señalaron recientemente fuentes del sector. «Y, probablemente, se haya adelantado la contratación de cara a la Semana Santa para reforzar las plantillas», según apuntaba Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l'Alacantí-La Marina. De hecho, la hostelería sumó en marzo más de 4.000 nuevas afiliaciones a la Seguridad Social con relación a febrero, según destacó UGT. No obstante, esta evolución no debe sorprender, si se tiene en cuenta que los servicios son el principal motor de la economía provincial.

Pero si en marzo hubo un sector que destacó en la creación de empleo fue el de la construcción. En la comparativa interanual adelantó a la hostelería, al registrar 2.924 nuevos inscritos al sistema con relación al mismo mes de 2018, mientras que el crecimiento interanual entre bares, restaurantes y cafeterías fue inferior: 2.306 nuevos cotizantes. Esta especie de «sorpaso» del ladrillo se sustenta en la reactivación que viene registrando la construcción en los últimos ejercicios. Un repunte que se confirmó el pasado año, con un aumento de la edificación de nuevas viviendas, el negocio que más «cojeaba» dentro de un contexto de recuperación En 2018, la construcción de casas creció un 17%, al registrarse más de 7.500 unidades iniciadas. Y otro de los indicadores que apuntan a que la mejoría de la construcción se está consolidando son los referidos a la evolución de los precios de la vivienda. El último informe de la sociedad de tasación Tinsa reflejaba que en la Comunidad los precios de las casas habían subido en el primer trimestre un 6,4% en evolución interanual, mientras que en la provincia de Alicante el aumento había sido del 5,1%.

El modelo tradicional

Pero pese a este avance de actividad y valor de los inmuebles del ladrillo, en realidad, lo que está haciendo el mercado laboral de la provincia es volver a mirar a su modelo tradicional de desarrollo. El que venía manteniendo antes del gran desplome que supuso la crisis. Regresa a una economía sustentada en la actividad de los servicios, «con empleos estacionales, precarios y con contrataciones de corta duración», según reiteran los sindicatos, así como en una construcción que recupera el pulso y en una industria tradicional, que sigue moviéndose en su patrón de crecimiento: más empleo cuando tiene que cubrir la demanda que exigen las temporadas; y de descenso, cuando bajan los pedidos. Un trabajo, igualmente, estacional, aunque de más larga duración, como el de la agricultura, que depende de las campañas de recogida de los frutos.

Desde la patronal autonómica CEV se valora de forma positiva la evolución del paro en marzo en términos cuantitativos y cualitativos, pero se advierte de que los registros del desempleo, la contratación y, en menor medida, la afiliación a la Seguridad Social «confirman una trayectoria de ralentización del mercado laboral». Una idea que enlaza con la alerta que lanza José María Ruiz Olmos, desde el sindicato CC OO, que incide en que el recorte del paro «es el más bajo en un mes de marzo desde 2013». Tanto José María Ruiz Olmos como Yaissel Sánchez plantean que esta ralentización en la creación de empleo y la precariedad son argumentos suficientes para derogar la reforma laboral.

Además, la dirigente ugetista instaba a las empresas del sector servicios, «dado que es la actividad con más peso en Alicante, que se acoja a las ayudas que se ofertan desde la Generalitat, provenientes de fondos europeos, para dar una mayor estabilidad al empleo, lo que permitiría ir cambiando el modelo, además de mejorar la economía».

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