Hace siete años, cuando celebró en València su primera junta tras la refundación, Bankia llenó dos salas del Palacio de Congresos. La principal, donde se desarrolló el acto propiamente dicho, y una de tamaño algo más reducido donde se acomodó a las cientos de personas que no cupieron en la primera. Tal fue la expectación y el malestar entre accionistas y preferentistas. Ayer, la entidad financiera con sede en València se conformó solo con la segunda. Con la senda de conflictos prácticamente despejada, no se esperaban avalanchas ni polémicas. Y así fue. Calma chicha. La ausencia de manifestantes en la puerta del recinto, a eso del mediodía, ya era un indicativo de que Bankia ha entrado, en lo que a juntas se refiere, en la normalidad de otras tantas empresas.
Aun así, dos docenas de personas tomaron el turno de palabra tras las intervenciones iniciales del presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, José Sevilla. Con absoluta corrección. Lejos han quedado las palabras desabridas de antaño. Algunos de ellos, viejos conocidos de anteriores juntas, como les recordó este en su turno de réplica. Cuatro de los intervinientes representaban a Adicae. Otros tres de los cuatro que finalmente renunciaron a hablar también pertenecían a esta asociación de usuarios.
Quejas habituales
Expresaron las quejas habituales y Goirigolzarri no se anduvo con contemplaciones con ellos: «Ustedes quieren publicidad gratuita y no estoy dispuesto a que la obtengan a costa de Bankia». Ahora bien, no desaprovechó, como el año pasado, la ocasión de lanzarles un dardo. De los nueve procedimientos colectivos presentados contra la entidad en asuntos que en otros casos se resolvieron con arbitrajes, se han producido dos sentencias favorables al banco. «Sus representados hubieran recuperado el dinero hace cinco años, mientras que ahora no lo han recuperado y tienen que cargar con las costas», remató.
Además de la ya tradicional comparecencia de un activista contra la financiación de empresas armamentistas -Goirigolzarri negó que Bankia realizara estas prácticas- y de un accionista que le reprochó haber intentado «salvar al soldado [Rodrigo] Rato» durante su declaración como testigo, el pasado miércoles, en el juicio que se sigue en la Audiencia por la salida a Bolsa del banco, el grueso de los intervinientes fueron representantes sindicales. Todas las siglas hicieron uso de la palabra, incluido un representante de una central balear, herencia del absorbido banco BMN.
Paridad
Los sindicalistas, entre otras cuestiones laborales de índole interna relacionadas con el último ERE, denunciaron que el banco no es suficientemente paritario. El presidente les respondió que no está nada «satisfecho en igualdad de género», pero añadió que este año el número de directivas subirá del 35% al 40% y renovó su compromiso en que en 2020 al menos el 30% del consejo de administración esté integrado por mujeres. Y el consejero delegado añadió que en la actualidad el 56% de los profesionales del banco son féminas.
No faltó quien aprovechó la junta para hacer una defensa cerrada de la banca pública. Como en años anteriores, Goirigolzarri volvió a defender que Bankia, pese al control del 60% por parte del Estado, se gestiona como un banco privado y se mostró de nuevo firme en la privatización del mismo, para que el proyecto no acabe en «la mediocridad y el rescate» y para que no sea utilizado como «instrumento de política económica».
Por último, se trasladaron quejas por la evolución de las acciones : el presidente del banco comparó la trayectoria de las mismas con el sector desde 2013 y dijo que las de Bankia han subido un 3% mientras las de sus homólogos europeos han caído un 16%. Asimismo, algún accionista reprochó al consejo que no haya invertido desde hace tiempo en la compra de títulos del banco. Goirigolzarri recordó que él ha destinado el equivalente a tres anualidades de su sueldo.
Goirigolzarri augura un nuevo ciclo financiero
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, auguró ayer que en este 2019 el banco ha entrado en «un nuevo ciclo desde el punto de vista financiero». En su opinión, los bajos tipos de interés y el desapalancamiento de su deuda por parte de empresas y familias «han provocado una continua presión sobre nuestros ingresos recurrentes. Pues bien, creo que este año 2019 puede marcar una ruptura de esta tendencia, aunque somos conscientes de que no vamos a contar en el corto plazo con un cambio en los niveles de tipos de interés».
