A la hora de tratar que la compañía aseguradora se haga cargo de un estropicio que no le corresponde, los hombres son los reyes del fraude. Si se trata del seguro del automóvil, no hay discusión, porque ellos cometen más del 75 % del fraude. En algunas provincias de Andalucía y Castilla y León superan el 80 %. Donde menos, en las islas, rozan el 70 %. El predominio también se da en el ramo del hogar, pero en este caso los porcentajes varían sensiblemente, ya que los varones que defraudan suponen el 59 % del total, lo que indica que cuatro de cada diez fraudes los cometen las mujeres en ese ámbito. Así consta en el VI Mapa del Fraude en España elaborado por la aseguradora francesa AXA.
El documento detalla que su cartera tiene en la actualidad una proporción de un 68 % de hombres y un 32 % de mujeres. Uno de los resultados más sorprendentes es que el denominado fraude ocasional u oportunista, es decir cuando se comete introduciendo daños preexistentes o anteriores al siniestro, los llevan a cabo en un 73 % de los casos los hombres. Sin embargo, el 37 % de los supuestos en los que los daños reclamados son reales o ficticios, pero todos han sido planificados con antelación (fraude premeditado) han sido perpetrados por mujeres. Finalmente, el 74 % de los casos de tramas organizadas con protagonizados por hombres.
El documento advierte al respecto de una cierta profesionalización debido al incremento en el fraude premeditado. De hecho, el beneficio económico medio que se intenta defraudar en este supuesto es de 3.200 euros de media, frente a los 600 del fraude oportunista.
El informe pone de manifiesto que, lejos de aminorar con el tiempo, estas prácticas van aumentando. Así, el año pasado representaron el 1,88 % del total del volumen de negocio del sector, frente al 1,73 % de 2017. En 2012, en el momento cumbre de la Gran Recesión, ese porcentaje no llegaba ni al 1 %, concretamente, se quedaba en el 0,95 %. La mayor tasa corresponde a Cantabria, con un 3 %, y la menor a Madrid (1 %), País Vasco (1,32%), Castilla-La Mancha (1,54 %) y Cataluña y Aragón, las dos con un 1,73%. En una situación intermedia, por delante de estas últimas mencionadas y por detrás de Galicia (2,52 %), se encuentra la Comunitat Valenciana.
Por línea de negocio, el mayor porcentaje de fraude corresponde al seguro de auto, con casi el 50 %. No obstante, se ha producido una reducción, dado que en 2017 ascendía al 61 %. En el ramo de multirriesgos (hogar, comercio, oficinas y comunidades) se ha observado un aumento de diez puntos porcentuales, hasta alcanzar el 40 %.
Nuevos tipos
La compañía detalla, asimismo, algunas nuevas prácticas fraudulentas que ha detectado. Por ejemplo, los siniestros de empresas que activan su cobertura de responsabilidad civil de manera maliciosa. El cliente en estos casos es una gestoría o una asesoría fiscal que, en connivencia con su propio cliente, planean una estrategia para que este evada impuestos. Cuando la Agencia Tributaria detecta el fraude y sanciona a este último, el cliente aduce un supuesto error de cálculo del asegurado, es decir, la gestoría, para activar la cobertura de responsabilidad civil y que sea la aseguradora la que afronte los pagos. Una práctica similar la llevan a cabo algunas gestorías laborales. En este supuesto, la empresa calcula a la baja la indemnización de despido a sabiendas y, cuando el juez da la razón al exempleado, alega que el error lo cometió la gestora (el cliente del seguro) al no hacer un buen cálculo del finiquito. Otro caso lo ha encontrado AXA en las pólizas de caución. Se trata de una práctica que llevan a cabo algunas agencias de viajes que se liquidan pocos meses después de su creación. Se apropian de las cantidades adelantadas por los clientes y dirigen a estos a la aseguradora para que haga frente a los pagos.
