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La crisis de la industria del mármol

Un sector falto de atención

Los ajustes en Levantina han hecho emerger las limitaciones que arrastraba la industria del mármol por la crisis en los últimos diez años

El Instituto Tecnológico del Mármol, una obra inacabada.

El sector del mármol provincial se iba desangrando poco a poco y los actores implicados miraban al corto plazo para intentar salir adelante en medio de una coyuntura que le era desfavorable por factores externos, como la crisis inmobiliaria y el desplome exportador en mercados prioritarios como China. Pero, también, por causas estructurales que siguen sin resolverse, como el agotamiento de los yacimientos por la tardanza de las administraciones estatal y autonómica en autorizar las aperturas de nuevas canteras. La reestructuración laboral planteada esta semana por la multinacional Levantina, con sede en Novelda y referente del sector a nivel nacional, no ha hecho más que emerger lo que venía sucediendo en el sector a lo largo de una década de crisis en la que ha ido desapareciendo un gran número de empresas de la piedra natural y de empleos.

Una situación que parecía vivirse en modo silencio por empresarios, trabajadores y municipios, que no han sabido o que no han visto la necesidad de visibilizar. El mármol avanzaba en la época de bonanza y luego se desangraba, pero ha sido una industria más desconocida que otras de la provincia. Incluso, su voz llegaba poco a Administración autonómica, salvo su lamento continuo por los problemas sobre la apertura de canteras.

Pero las cifras son contundentes, el tejido empresarial se ha visto reducido a la mitad durante la crisis, si se tiene como referencia el número de socios de la patronal Mármol de Alicante, que ha pasado del centenar de inscritos a los 46 actuales. De forma pareja, la mano de obra ha disminuido de los poco más de 5.000 empleos directos de hace una década a los 2.500 actuales, según estimaciones de CC OO. Otros como CTA apuntan a que en la época más potente del sector, la masa laboral directa alcanzaba los 8.000 trabajadores, cifra que se manejaba entonces en las negociaciones de los convenios colectivos.

Este progresivo deterioro también ha hecho mella en la situación económico-social de la comarca del Medio Vinalopó, que soporta el nivel más elevado de desempleo de la Comunidad, con una tasa de paro superior al 18%, y que ya presenta algunos síntomas de despoblación en algunos municipios, según han advertido los alcaldes.

Progresivo deterioro

Ahora, la crisis de Levantina, que ha anunciado 274 despidos en la zona y el cierre de una de las cinco plantas de Novelda, ha espoleado a empresarios, sindicatos y ayuntamientos donde se asienta la industria para intentar revertir este desgaste, aunque el empeño se presume titánico por la situación de progresivo deterioro en que ha ido entrando la actividad. Falta por saber la respuesta de la Administración autonómica, a la que apelan los seis municipios del Medio Vinalopó que han hecho un frente común para combatir la crisis del sector: Novelda, Pinoso, Monóvar, Algueña, Monforte del Cid y La Romana. Una alianza en la que también quieren participar empresarios y sindicatos. «El mármol tiene que entrar en la agenda del Consell» para dar una salida a esta industria, planteaba el presidente de la patronal Mármol de Alicante, David Beltrá. «Tenemos que ir todos juntos, las administraciones, los trabajadores y los empresarios para dar una solución y visos de futuro a la economía de la comarca», coincidían Miguel Ángel Mira, de CC OO, y Pascual Gosálvez, del colectivo CTA.

Todos los representantes sindicales se centrarán en el próximo mes en la negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Levantina para intentar reducir el número de afectados por la reestructuración anunciada: 168 despidos entre el personal de las cinco plantas de Novelda, y 106 entre el de la cantera de Monte Coto, además de intentar mejorar las condiciones laborales para los operarios que se queden trabajando. En estos momentos, la suma de los centros de Levantina en Novelda y la comarca es de casi 800 empleados, según estimaciones sindicales. Pero, al margen de esta negociación, los trabajadores insisten en la necesidad de unir fuerzas entre todos.

Acercarse más a la demanda

En algunos de los aspectos en los que coinciden con la patronal es en la necesidad de que las compañías rediseñen sus estrategias y equipos para acercarse más a la demanda. También el actual presidente de la patronal cree que esta puede ser una de las vías de futuro. Beltrá aseguraba que las empresas «tenemos que hacer un examen para ver en qué tenemos que evolucionar. Aunque las administraciones nos tienen que ayudar en el proceso». Y una las iniciativas que planteaba con más fuerza es que las compañías avancen en la especialización. «Tenemos que ofrecer soluciones integrales y eso pasa por incorporar a nuestros equipos perfiles como los de arquitectos, decoradores o ingenieros, que son los que más conocen la demanda». Además, desde el mandato del anterior presidente, Eugenio Arques, la asociación tiene el proyecto de convertir la zona en «un polo de atracción comercial, como los hay en China, Italia o Turquía, con oferta de todo el mundo y que sea capaz de captar compradores internacionales», añadía Beltrá. Una idea más sobre el tapete para intentar dibujar un futuro más esperanzador. Aunque en este punto, los sindicatos critican el fuerte componente comercializador que ha ido adquiriendo la industria y advierten de que se tiene que volver a proporciones más equilibradas con la actividad transformadora para elevar el valor añadido del producto y la rentabilidad.

Más elaboración

Incluso, los sindicatos plantean que la Administración exija «que una parte de la extracción se destine a la elaboración», apuntaban desde CC OO. También esta era una de las cinco medidas que los seis ayuntamientos del mármol reivindicaron en la reunión de urgencia que celebraron el pasado jueves ante la grave crisis de esta industria. Planteaban que la reinvención de la actividad también necesita que se «apueste por un sector sólido, y que parte de la piedra natural que se extrae de las canteras locales se elabore en nuestras poblaciones para que el beneficio económico repercuta directamente en la comarca», destacaban los munícipes. No obstante, para avanzar en la modernización y tecnificación, las empresas también necesitan apoyo financiero para afrontar nuevos proyectos, subrayaban los alcaldes. Un respaldo desde la Administración autonómica, pero también por parte de los bancos, que deben mejorar el acceso a los créditos, según incidían. Los regidores, igualmente, reclamaban del Consell que apoye la reindustrialización de la comarca. Desde la patronal, señalaban que la Conselleria de Industria ha ayudado este año a las compañías en la promoción de sus productos en las principales ferias internacionales. «También se han planteado subvenciones a las empresas para la modernización en bienes de equipo, pero parte se ha quedado sin cubrir, porque muchas firmas no pueden plantearse proyectos en estos momentos de crisis», lamentaba el presidente de la patronal.

Con todo, uno de los aspectos que más preocupan a los empresarios es el bloqueo de la apertura de nuevas canteras, uno de los factores que más constriñen a esta industria. «¿Desde cuándo no se abre una cantera en la zona? Hace mucho tiempo. Medio Ambiente ha puesto unas normativas tan duras que son difíciles de poder cumplir», coincidían Amador Poveda y Juan Antonio Santo, empresarios marmoleros. Ambos insistían en que esta situación condiciona mucho la actividad, así como la posibilidad de ampliar la oferta.

Canteras en otras provincias

Canteras en otras provinciasPoveda, incluso, advertía de que la tardanza por parte de las administraciones en autorizar nuevas canteras ha provocado en estos años que las empresas busquen en provincias cercanas nuevos yacimientos. Sin embargo, este problema que arrastra el sector no parece que pueda tener una solución inmediata. Al margen de los requisitos que impone Medio Ambiente, en este tema también está pendiente por determinar la competencia de la delimitación de la propiedad, en el caso de Monte Coto. Y según advertía Martín Sevilla, catedrático de Economía Aplicada y miembro del Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante, la solución es complicada porque intervienen varias administraciones y muchas partes. «Pero, hasta ahora, nadie ha dado un paso adelante», subrayaba.

Al margen de ello, el experto incidía en que otra limitación derivado de la crisis ha sido la debilidad del asociacionismo en el sector, que, como se sabe, ha ido perdiendo inscritos. Por contra, la patronal cerámica de Castellón, con mayor fortaleza, ha hecho más visibles sus reivindicaciones ante la administración autonómica.

El Instituto Tecnológico del Mármol, una obra inacabada.

Este proyecto era una de las grandes esperanzas para el avance investigador del sector. Llegó a operar en Novelda en una sede provisional como Unidad Técnica del Mármol durante doce años, con proyectos punteros. Pero los problemas económicos del Instituto Tecnológico de la Construcción (Aidico), del que dependía, forzaron su cierre, y las futuras instalaciones del centro tecnológico de mármol se quedaron en la estructura, hasta hoy.

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