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Dossier «La economía alicantina tras la Gran Recesión»

«Es preciso que el sector privado y el público aumenten el gasto en innovación»

El también catedrático de Historia Económica ha coordinado el informe sobre la recuperación que INFORMACIÓN presenta este jueves

Antonio Escudero, en la Universidad de Alicante.

En el dossier advierten de que salimos de la crisis con empleo de peor calidad, más desigualdad y que reproducimos el modelo de crecimiento con baja capacidad de innovación de antes de la crisis. ¿No hemos aprendido nada?

En 2017, España y Alicante alcanzaron el nivel de riqueza de 2008. Sin embargo, tres hechos empañan esa recuperación: productividad, empleo y desigualdad. Entre 2014 y 2018, la productividad ha crecido poco, lo que significa que, como la anterior, la nueva fase de crecimiento se sustenta en el aumento de las cantidades de trabajo y capital y no en la innovación. Es cierto que el paro ha disminuido, pero todavía estamos lejos del 8,2% que se alcanzó en 2007 y la proporción de trabajadores temporales ha aumentado, lo que nos convierte en el país de la Unión Europea con mayor tasa de temporalidad. También la desigualdad ha aumentado a pesar de la recuperación. Me pregunta usted si no hemos aprendido nada. Si uno mira el porcentaje del PIB español que se invierte en I+D+i puede llegar a esa conclusión. Sin embargo, hay sectores y también gobiernos autonómicos que están apostando por la Economía del Conocimiento. El Plan de la Generalitat para la transformación del modelo económico y la creación del Distrito Digital son por ejemplo buenas noticias.

Para corregir la situación, señala que hay que abrazar la Economía del Conocimiento. ¿Qué es lo que falla en este terreno?

Todos los estudios demuestran que la Economía del Conocimiento constituye el determinante fundamental del aumento de la productividad y que, en el medio y largo plazo, es ese aumento de la eficiencia económica lo que permite alcanzar mayores niveles de renta. A mi juicio, España cumple con una condición necesaria para aumentar la productividad, pero no con otra. Las cifras sobre años de estudios medios de nuestra población y las de investigadores y científicos por mil habitantes nos sitúan en una buena posición de partida. Sin embargo, en inversiones en I+D+i la distancia con los países más avanzados es muy grande.

¿Qué habría que hacer para cambiar el modelo productivo?

Un mayor gasto en I+D. Es preciso que el sector privado aumente su gasto en innovación y también el sector público. Un nuevo modelo de financiación autonómica contribuiría a lo segundo y lo primero es posible aunque el tamaño de las empresas cree dificultades para la innovación. Un informe de la Fundación para la Innovación demuestra que la mitad del gasto empresarial en I+D en España lo llevan a cabo pymes, de manera que el tamaño no es siempre un obstáculo para la innovación.

En la cuestión del empleo, alertan de las repercusiones de la temporalidad. ¿Cuál sería la solución?

Nuestro mercado laboral necesita reformas institucionales que mejoren la calidad de empleo ya que la elevada tasa de temporalidad tiene efectos negativos: presiona a la baja los salarios, desincentiva la formación de los empleados, lastra la productividad, ahonda el déficit del sistema de pensiones y erosiona la recaudación fiscal.

¿Por qué creen necesario aumentar la presión fiscal para acabar con la desigualdad?

La mayor desigualdad debe corregirse y ello exige un aumento del gasto público para redistribuir mejor la renta. También es preciso un impulso del gasto público en I+D. Nuestro gasto público se situó en 2017 en el 41% del PIB, mientras que el medio de la Unión Europea fue del 46%. Existe por lo tanto margen para aumentarlo, una decisión que exigiría incrementar los ingresos fiscales si se desea mantener contenido el déficit público. A mi juicio, España puede elevar la presión fiscal ya que en 2017 se situó en el 34% del PIB, mientras que la de Francia, Bélgica, Austria o Alemania ha estado por encima del 43% y la media europea en un 40%. Ahora bien, de elevarse la presión fiscal, creo que debe hacerse recurriendo a impuestos directos y no al IVA ya que el peso de éste en nuestro PIB es del 6,5% y el medio europeo del 6,9%, mientras que esa diferencia es mayor en el caso de los impuestos sobre ingresos y riqueza: 10% sobre el PIB en España y 13% la media europea.

Después del trabajo que han realizado, ¿cómo ven la economía alicantina? ¿Estamos mejor o peor que el resto de España y por qué?

Entre 2014 y 2018, el PIB de la provincia ha crecido más que el español y el valenciano según nuestra estimación. Sin embargo, tenemos los mismos problemas que la economía española, alguno de ellos acentuado. La productividad es baja. El paro ha disminuido, pero la tasa es todavía del 15% y no se han producido mejoras en la calidad de un empleo caracterizado por el peso de los contratos temporales de muy corta duración, por una estructura con muy poco peso de ocupaciones cualificadas y por un enorme peso del empleo a tiempo parcial no voluntario que se ha situado en un máximo histórico y superior al de España.

Cita para el mundo económico de la provincia en Orihuela

Los responsables de las principales instituciones empresariales y financieras de la provincia, además de los sindicatos y los representantes de las distintas administraciones públicas, están convocados el próximo jueves, 21 de marzo, a partir de las 10 horas, a la presentación del dosier «La economía alicantina tras la Gran Recesión», que organizan INFORMACIÓN y el Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante, con la colaboración de Caja Rural Central. En el informe se analiza de forma exhaustiva el periodo de 2014 a 2018, en que la economía regresó a la senda del crecimiento, y viene a complementar el informe «Crisis y recuperación de la economía alicantina» que se editó hace dos años. Coordinados por Antonio Escudero, hasta 21 reputados expertos del mundo académico han participado en la elaboración del dosier, que recorre los principales sectores de la provincia a lo largo de sus catorce capítulos.

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