El presidente de honor de BBVA, Francisco González, ha renunciado temporalmente a este cargo y a la presidencia de honor de la Fundación, un día antes de la junta de accionistas que la entidad celebra hoy, y mientras concluyen «las investigaciones en curso» del caso Villarejo. La repentina renuncia temporal de Francisco González a sus cargos quita presión a Carlos Torres Vila en la que será su primera reunión con accionistas desde que asumió la presidencia de la entidad, y en la que se abordará la propia renovación de Torres como número uno de BBVA.

En una carta remitida al presidente del banco, Carlos Torres, a la que tuvo acceso Efe, Francisco González explica que para evitar que se le utilice para «dañar a la entidad», ha decidido abandonar temporalmente ambos cargos. «Durante el último año hemos sufrido una larga y continua agresión mediática derivada de las investigaciones policial y judicial» en torno al excomisario Villarejo, afirma Francisco González, que señala estas circunstancias como las que le han llevado a tomar esta decisión. En cualquier caso, González se muestra orgulloso de todo lo conseguido en los 22 años en los que ha estado al frente del banco y de la «fortaleza» y el «prestigio» de BBVA, por lo que su decisión «ayudará a entender con qué rigor, falta de interés personal y compromiso» ha trabajado.

Asimismo, González hace un relato de las «hostilidades de grupos de interés» y «crisis muy dolorosas» en los años en que fue presidente de BBVA, entre las que cita las cuentas secretas del año 2000, el intento de Sacyr de «apropiarse del banco con la colaboración inexplicable del Gobierno» o la salida a bolsa de Bankia.

El nuevo presidente del banco, Carlos Torres Vila, aseguró a mediados de enero en una carta remitida a la plantilla que actuaría «con la contundencia necesaria» para investigar las relaciones del banco con el excomisario Villarejo, que se ha convertido en su prioridad y la de su equipo.

Torres Vila se mostró «escandalizado» con las informaciones que empezaron a aparecer en los medios el pasado 9 de enero, pocos días después de que él accediera al cargo, y añadió que «de ser ciertas» serían «conductas muy graves, deplorables» y «diametralmente opuestas» a los valores de la entidad.