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Y de empleo

Levantina es la punta del iceberg: el mármol pierde la mitad de firmas en 10 años

La crisis de la construcción y el desplome de la exportación han abocado al sector de la piedra natural a una situación difícil

Vista parcial de la cantera de Monte Coto, entre Pinoso y Algueña. áxel álvarez

El plan de reestructuración de Levantina, que va a implicar el despido de 274 trabajadores en el Medio Vinalopó, solo es la punta del iceberg de la crisis que arrastra el sector desde hace una década, pero que no ha emergido en su totalidad. Se ha ido visualizando parcialmente a golpe de algunas regulaciones de empleo, de cierres o absorciones empresariales, tras el ajuste del sector inmobiliario, y de la caída posterior de las ventas internacionales.

Unas circunstancias que, unidas a otros factores estructurales, no han hecho más que ir reduciendo progresivamente el tejido productivo y el empleo de esta actividad en la comarca, donde la industria extractiva y transformadora de la piedra natural es casi el monocultivo económico para, al menos, seis municipios de la zona. La merma, tanto de empresas como de mano de obra, ha sido drástica. Se estima que ahora hay la mitad de compañías y de empleo con relación al periodo precrisis, según las fuentes sindicales y empresariales consultadas. Son estimaciones, porque no se manejan balances estadísticos. En CC OO, calculan que el sector ha pasado de tener un empleo directo de más de 5.000 personas a unas 2.500 en la actualidad. Por su parte, el Colectivo de Trabajadores Asociados (CTA) maneja la cifra de 8.000 trabajadores directos en los tiempos de bonanza. Este es un dato del que se hablaba, incluso, en años precedentes a la crisis durante las negociaciones del convenio colectivo del mármol. En ambos casos, el número de empleos indirectos aumentaría ambas cifras.

Menos empresas y más pequeñas

En el caso del censo de compañías, tanto extractivas como transformadoras, talleres o comercializadoras, un indicador del adelgazamiento del tamaño del sector sería el descenso del número de socios de la patronal Mármol de Alicante, que ha pasado en diez años de contar con más de 100 asociados a los 46 actuales. Aunque hay otras fuentes que apuntan a que antes de la crisis esta industria tendría adscritas unas 120 empresas. En cualquier caso, es una disminución importante que ha colocado al sector en una situación de debilidad.

«Ahora, además, son firmas de menor tamaño», explicaba el presidente de la asociación Mármol de Alicante, David Beltrá. «De más de cien trabajadores solo quedan dos. Luego, se produce un salto de compañías que tienen entre 40 y 50 trabajadores, y las pymes, que llegan hasta diez empleados. En las comerciales, solo trabajan tres o cuatro personas», explicaba Beltrá. «El caso de Levantina, en realidad, es uno de los últimos episodios de la situación difícil y crítica por la que atraviesa el sector. Pero no es el único, antes firmas extractivas y transformadoras tuvieron que ir haciendo ajustes de producción o empleo, o cerraron por el desplome de las ventas», añadía Beltrá. Cierto es que una parte de empleados que se quedaron sin trabajo han creado microempresas, «pero apenas son dos trabajadores. Tienen un almacén y solo se dedican a la distribución, no a transformar», subrayaban otras fuentes empresariales. El mármol fue uno de los primeros sectores en advertir los síntomas del descenso de la actividad de la construcción, pero no en España, sino en EE UU. Entre 2006 y 2007 ya detectaron que vendían menos piedra natural a aquel mercado porque se construían menos viviendas.

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria tardó muy poco en llegar a España. Una paralización total de la construcción, a partir de 2008, que arrastró al mármol y que ahora no se ha podido reenganchar al periodo de reactivación, porque hay mayor demanda de productos sintéticos, de colores blancos, grises o negros, que son más escasos en Alicante, donde priman el crema marfil, el rojo Alicante o el marrón imperial. Tanto la patronal como los sindicatos inciden en que se necesita revertir la situación, acercándose más a la demanda, incorporando a los equipos técnicos arquitectos o diseñadores.

Reacción a la crisis exportadora

Pero, igualmente, se necesita una reacción a la crisis exportadora de los últimos años. Paradójicamente, el comercio exterior fue el colchón que en los primeros años de la crisis permitió a esta industria ir manteniéndose, frente al desplome del mercado doméstico. Pero en la segunda fase de la recesión, la exportación ha comenzado a fallar a la piedra natural por la brusca caída de mercados prioritarios como China, donde las ventas de bloques de mármol cayeron el pasado año un 46% con relación a 2017, mientras que las manufacturas lo hicieron en un 66%, según los datos de las cámaras de comercio. Los envíos de bloques a Arabia Saudí bajaron un 61% y las manufacturas, un 40%. A EE UU, sin embargo, los productos terminados subieron el pasado año un 10%. En general, las exportaciones provinciales de bloques disminuyeron un 25% en 2018, pero las manufacturas de piedra natural crecieron un 6%.

No obstante, expertos alertan de que el avance de las ventas internacionales se centró más en el mármol en bruto al principio de la crisis. Y, aunque fue una tabla salvavidas, era, en realidad, una salida muy coyuntural, dado que no se exportaba el producto transformado, que es el que aporta valor añadido. «Así, la actividad de la transformación se veía reducida y, por tanto su producción», incidía Martín Sevilla, catedrático de Economía Aplicada y miembro del Instituto de Economía Internacional de la UA. Además, el analista hacía hincapié en que, ante la coyuntura, «muchas empresas han competido en precios entre ellas. Pero, en realidad, eso no ha dado solución a los problemas del sector», concluía. Un extremo en el que coincidían sindicatos y algunas fuentes empresariales, que valoraban que competir en precios era una estrategia obligada, pero errónea, «ya las que empresas siguen teniendo mucho stock», subrayaban los sindicatos.

Los ingresos en Pinoso por la explotación minera de Monte Coto bajan un 35%

El drástico descenso de la actividad extractiva del mármol ha quedado reflejado en los datos del Ayuntamiento de Pinoso sobre ingresos por explotación minera en la cantera de Monte Coto. Los ingresos municipales por este concepto han registrado un descenso del 35% en los últimos cuatro años. Una caída fruto del descenso de la producción y de las ventas nacionales e internacionales del sector. Al margen de la recaudación municipal, el área de las canteras arrastra otros factores limitadores estructurales, como es el hecho de que hay concesiones de explotación en las que aún están pendientes de solucionar la delimitación de las propiedades, advertía Martín Sevilla. Una asignatura pendiente,de la que se queja el sector por la lentitud de la Administración en dar una solución a este bloqueo. Informan Rosa Carrizosa y Pérez Gil.

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