Hace dos años el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, llegó a vender su desembarco en Alicante como la punta de lanza de lo que iba a ser el futuro Distrito Digital, pero lo cierto es que la finlandesa Fun Academy, la «spin-off» educativa que pusieron en marcha los creadores del popular videojuego Angry Birds -la compañía Rovio-, nunca llegó a instalarse en Ciudad de la Luz. Tras pasar una temporada en el centro de coworking ULab, trasladó a sus trabajadores a un despacho de la avenida de Maisonnave hasta que, finalmente, decidió cerrar su delegación y replegar velas sin haber llegado a asentarse. Así, el Boletín Oficial del Registro Mercantil publicaba ayer la disolución voluntaria de la sociedad que habían constituido para operar en España -Fun Academy Spain S. L.- y el nombramiento como liquidador del mismo de Matti Honkanen Jyri, que ya era el administrador único de la firma.
Según explicaron a este diario fuentes oficiales de la compañía finlandesa, el motivo de su marcha es el giro estratégico que ha dado a su actividad y que la ha llevado a abandonar la producción de videojuegos educativos y de herramientas digitales para centrarse en la formación del profesorado en el método educativo que han desarrollado y en la venta de paquetes para aplicar este método en escuelas infantiles y jardines de infancia. Un cambio que, según las mismas fuentes, pretende centrar los esfuerzos de la firma en aquel apartado donde tiene su «mayor fortaleza». En este sentido, el proyecto que la startup aseguró que quería desarrollar en Alicante era la creación de una plataforma digital para que los niños pudieran desarrollar en sus casas lo aprendido en la escuela, lo que ya no tendría cabida dentro de su nueva orientación de negocio.
Lo cierto es que en el último año Fun Academy ha sufrido cambios importantes, entre ellos la salida de Rovio de su accionariado, que colocó el aproximadamente el 20% de las acciones que conservaba al resto de copropietarios, según recoge en su informe del tercer trimestre del año pasado la compañía creadora de los Angry Birds.
En su día, la firma finlandesa justificó su llegada a Alicante por las buenas condiciones que ofrecía la provincia para atraer a compañías digitales, entre las que citó las conexiones de El Altet con la mayoría de capitales europeas, la disponibilidad de trabajadores cualificados o los costes de vida muy por debajo de la mayoría de «hubs» tecnológicos. Unas condiciones que también parecen apreciar las más de 70 compañías que sí han apostado por instalarse en el Distrito Digital.
