La uva de mesa no tiene secretos para el noveldense Pedro Rubira Marco, al que los agricultores llaman «Doctor Aledo», porque es su variedad estrella. Se crío entre viñas y estudió Magisterio, pero decidió abandonar las aulas para dedicarse, por entero, al cultivo de la fruta más delicada y preciada del Medio Vinalopó. Quiso seguir la tradición familiar y se embarcó en una «aventura» de la que, con 61 años de edad, sigue sin arrepentirse.

¿Cómo han reaccionado los agricultores ante una subida del seguro que les va a suponer un coste adicional de entre 12 y 15 céntimos por kilo de uva?

Con mucho cabreo. La mayoría de los productores no van a contratar este año la póliza porque no pueden pagar tanto dinero y eso, ante un siniestro por viento, lluvia o granizo, traerá consigo la ruina total, porque se perderá la cosecha. Por eso, el ambiente está tan caldeado y los afectados estamos dispuestos a sacar los tractores a la calle para llevar nuestra protesta hasta donde haga falta.

¿Es el fin del seguro agrario en el Valle de las Uvas?

En las actuales condiciones desde luego que sí. El seguro agrario se creó en la época de Franco, y ahora da la sensación de que lo quieren fulminar imponiendo precios inasumibles, como ya pasó con el tomate.

¿Están solos en esta lucha?

No. La Conselleria de Agricultura nos apoya al igual que los alcaldes de los siete municipios productores, que son Novelda, Aspe, Agost, Monforte del Cid, La Romana, Hondón de las Nieves y Hondón de los Frailes. Y lo que deberían hacer los siete alcaldes es acudir todos juntos a Madrid para exponerle el problema al ministro de Agricultura y que Luis Planas le dé un tirón de orejas al presidente de Enesa.

¿Por qué siempre culpa a Enesa de esta situación?

Porque Enesa se ha cargado el seguro de la uva de mesa. Esta entidad estatal es la responsable de los seguros agrarios y debe actuar como un árbitro mediador entre los agricultores y las grandes compañías aseguradoras. Pero en este caso ha sido parcial porque nos ha despreciado y ha favorecido los intereses de Agroseguro.

¿Tanto encarece el coste final de la producción?

Pues sí, porque este año, con el incremento, el coste del productor por el seguro se va a ir al doble de lo que pagó el año pasado.

¿No cree exagerado calificar la situación de ruinosa?

Ya somos pobres y la subida del seguro para la uva de mesa nos lleva a la ruina. La uva no es un negocio porque los costes de producción han subido más de un 70% desde que entró el euro mientras el precio de venta se mantiene igual para quienes cultivamos la tierra. No hay relevo generacional y las explotaciones familiares van a terminar desapareciendo porque esto es una aventura. Y si encima nuestras viñas se quedan desprotegidas porque no podemos pagar el seguro, o bien porque ese seguro apenas cubrirá el 40% de las pérdidas, entonces apaga y vámonos. Por lo tanto: ¿es ruina o no es ruina?

Entonces, ¿qué futuro le espera al sector?

De no cambiar las cosas, al final van a sobrevivir cuatro empresas fuertes y eso significa pérdida de trabajo y riqueza para el Medio Vinalopó y para el conjunto de la provincia. Está en juego el futuro de 12.000 empleos directos e indirectos, una media de 60 millones de euros de facturación por campaña y 100 millones de kilos de uva de mesa de los que buena parte se destinan a Europa.

¿Quién aprovechará ese vacío exportador?

Italia, que es nuestro rival en los mercados de Francia y Alemania.

¿No hay solución?

El tema está francamente mal y no deberíamos haber llegado a este punto. Entre otras cosas porque nosotros estábamos dispuestos a aceptar una subida razonable del seguro. Así lo expusimos durante el periodo de negociación. Pero todo eso ya es pasado y la única opción que nos queda en el futuro es que impere el sentido común y Enesa dé marcha atrás.