La reducción de la siniestralidad laboral continúa siendo una de las asignaturas pendientes de los agentes sociales y las administraciones, a tenor de la tendencia al alza que siguen arrojando los balances de los últimos años en Alicante, muy marcados, además, por los aumentos de los accidentes en el sector de la construcción y de los de tráfico que se producen entre el trabajo y el domicilio, los denominados «in itinere». Especialmente trágica ha resultado la última semana en la provincia, ya que en el periodo de solo seis días tres operarios han perdido la vida en distintos accidentes registrados en Ibi, Alcosser de Planes y Alicante.
Con los datos oficiales hasta noviembre del pasado año, Alicante registró 14.654 siniestros laborales con baja, que no sólo significan un aumento del 5,3% con relación al mismo periodo de 2017, sino que también revelan que cada día más de cuarenta operarios sufrieron accidentes de trabajo de distinta consideración. De los más de 14.600 siniestros, la inmensa mayoría fue de carácter leve, pero en 107 percances los empleados resultaron con heridas graves, un 5,9% más que un año antes, y en 12 falleció el trabajador, dos casos menos que en 2017.
Se repiten las mismas causas
Contusiones o sobrecargas musculares suelen ser las patologías más comunes, entre los accidentes leves. Sin embargo, las caídas en altura, sobre todo en la construcción, «o quedarse atrapado al volcar una maquinaria, como ha ocurrido en el último accidente mortal en Alicante último accidente mortal en Alicante, siguen siendo cada año las causas más frecuentes entre los siniestros graves y mortales, lo que indica que las empresas siguen invirtiendo poco en prevención de riesgos laborales», advertía el responsable de Salud Laboral de CC OO en l'Alacantí-Les Marinas, Javier Pérez. Los sindicatos, además, relacionan el aumento de la siniestralidad en el trabajo con «el nuevo contexto de precariedad laboral surgido tras la crisis, con contratos de corta duración -de apenas semanas- y una elevada rotación en las tareas. Así, muchas empresas no ofrecen la formación y la información al trabajador sobre los riesgos laborales a los que están expuestos en las nuevas tareas, pese a que están obligados por ley», denunciaba Adolfo Durá, secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT en l'Alacantí y La Marina. Por eso, los sindicatos reclaman a la Administración que «se ponga el cerco sobre las empresas que no cumplen la normativa de riesgos laborales y no reducen los accidentes. Entre todos tenemos que hacer que cale la cultura de la prevención», añadía Adolfo Durá.
Los sindicatos exigen una mayor dotación de personal para la Inspección de Trabajo. Según CC OO y UGT, el número de inspectores supera por muy poco la veintena en Alicante. «Un número insuficiente para vigilar todos los asuntos laborales y de Seguridad Social de una provincia como la nuestra», inciden.
Aunque el mayor número de accidentes se registró en los sectores del comercio -con 2.509 hasta el mes de noviembre- y la industria -con 2.282-; la construcción comienza a disparar sus cifras de siniestralidad. Los 2.080 registrados en las obras en los once meses de 2018 representan un crecimiento del 16,3%. Los sindicatos insisten en que en la nueva etapa de recuperación económica, «en lo último en que invierten las empresas es en prevención laboral. Muchos de los equipamientos de las obras son los mismos de hace años», aseguraba Adolfo Durá.
Planes de movilidad
Por otra parte, de los datos de 2018, también llama la atención el aumento del 10,6% de los accidentes «in itinere». En concreto, hasta noviembre del pasado año se registraron 2.402, que añadidos a los otros 14.654 con baja suman 17.056. Es decir, que los percances de tráfico entre la oficina y el domicilio del trabajador suponen el 14% del total, poco más de uno de cada diez. Según Javier Pérez, en este incremento confluyen varios factores, «entre otros, los denominados riesgos psicosociales, como el estrés o una mayor carga de trabajo. Sin embargo, la Administración y las empresas suelen achacarlo a la mala conducción. Pero eso es no ver el problema en toda su amplitud», añadía Pérez. Los sindicatos plantean que se diseñen planes de movilidad, como el traslado de los trabajadores en autobús a los polígonos.
