Los datos del Colegio Notarial también reflejan las preferencias de las distintas nacionalidades a la hora de elegir uno u otro municipio de la Costa Blanca para adquirir su segunda residencia, en la mayoría de los casos provocada por la presencia previa de importantes comunidades de su mismo país, lo que les hace sentirse más cómodos. Así, por ejemplo, los compradores británicos fueron los más numerosos el año pasado en Orihuela (uno de cada cinco ingleses que compró una casa en la Costa Blanca eligió esta población), El Campello, Xàbia, Teulada, Benissa o Pego. Por su parte, los suecos encabezan la clasificación en Torrevieja (este municipio acaparó 1.028 de las 2.339 casas que los súbditos del rey Carlos Gustavo compraron en la zona) y en Santa Pola.

En Guardamar, Calp y Altea son los belgas los que suman el mayor número de operaciones, mientras que los rusos son los ciudadanos extranjeros que más apuestan por Benidorm y La Vila. Y, como es de sobra conocido, los noruegos tienen su particular patria chica en l'Alfàs del Pi.

La situación cambia notablemente en las dos grandes urbes de la provincia y en las ciudades de interior, donde el mercado extranjero no está dominado por los turistas residenciales europeos, sino por los inmigrantes económicos. Así, en Alicante los más numerosos son los argelinos, mientras que en Elche, Elda Villena o Alcoy la lista la encabezan los marroquís.

Por lo que respecta al gasto de cada nacionalidad, los ciudadanos foráneos que más dinero invierten a la hora de comprarse un inmueble en Alicante son los suizos, con una media de 254.953 euros, seguidos por los holandeses, con 220.721. En el lado opuesto se sitúan los marroquís, con un presupuesto medio de apenas 32.108 euros, según los notarios.