n «Cuando abres la persiana cada día, sabes los vencimientos de compras y gastos que tienes, el coste de la luz, el agua, los impuestos... pero no sabemos lo que vamos a vender», lanza Pepa Garri, que regenta una herboristería en Santa Pola desde hace 31 años. Al igual que Utrera, hace referencia al encarecimiento de los precios de los alquileres de los locales comerciales y de cómo se contrae el consumo por la incertidumbre política, pero también pone sobre la mesa que, tradicionalmente, los meses de enero y febrero «son malos para el comercio, después de las fiestas de Navidad». No obstante, asegura que «en el sector llevamos dos años de bajadas de ventas», una situación que no es fácil de soportar para un pequeño comercio «que tiene muchos gastos e impuestos que pagar», añade Garri, quien también preside la Asociación de Comerciantes de Santa Pola. Y, en este sentido, critica la peatonalización de la zona centro realizada por el Ayuntamiento, «que nos ha perjudicado mucho. Se cierran más tiendas que se abren», añade. El comercio tradicional está en un periodo de transición en el que tiene que dar el salto a la venta online, y afrontar la competencia «de los grandes».