Las empresas alicantinas destinaron el año pasado bastante menos dinero a reforzar sus recursos propios. En concreto, casi 200 millones de euros menos que en el ejercicio anterior, según los datos del Radar Empresarial que elabora la agencia de rating Axesor, lo que significa que las compañías de la zona tuvieron menos necesidad de enjugar pérdidas que en años anteriores pero, al mismo tiempo, que tampoco se atrevieron a realizar grandes inversiones. Todo un reflejo de la creciente incertidumbre que se vive en la mayoría de consejos de administración, donde no acaban de tener clara cuál será la evolución de la situación económica ante los múltiples riesgos que acechan en el mercado.
De acuerdo, con el citado informe, durante el año pasado el importe total de las ampliaciones de capital ejecutadas en Alicante ascendió a 496 millones de euros, una cifra que no deja de ser significativa, pero que supone un descenso del 28% sobre los 692 millones del ejercicio anterior. Se trata de una caída solo ligeramente inferior a la registrada a nivel nacional, donde el volumen de recursos captado por las empresas fue de 26.333 millones, un 34,9% menos que en 2017.
Por sectores, el mayor retroceso se produjo entre las firmas de actividades administrativas y de servicios auxiliares a otras empresas, donde el nuevo capital invertido pasó de los 106,6 millones de 2017 a los poco más de seis del año pasado. No obstante, en este caso hay que tener en cuenta que este epígrafe incluye también a las compañías de alquiler de coches, donde hace dos años se produjeron importantes movimientos corporativos, tras la entrada de Portobello y Europcar en el accionariado de Centauro y Goldcar, respectivamente.
Más allá de esto, también fue muy significativo el descenso en el importe de las ampliaciones de capital en los negocios relacionados con el ladrillo. Así, las inmobiliarias recibieron 164 millones frente a los 223 del ejercicio anterior, y las constructoras sumaron 76,8 millones frente a los más de 144 de un año atrás. Igualmente, también cayó la cifra en el comercio, la industria manufacturera, la agricultura o en el epígrafe de actividades profesionales, científicas y técnicas, que incluye desde los bufetes de abogados hasta las asesorías o los despachos de arquitectura.
La hostelería, al alza
Por el contrario, recibieron más recursos el sector financiero y asegurador -93 millones frente a 62 del ejercicio anterior-; la hostelería, que captó 38,9 millones, 20 más que en 2017; o el del transporte y la logística (8,2 millones frente a 2,6 del año precedente), sin duda por el auge que ha experimentado esta actividad con el aumento del comercio electrónico.
En este sentido, como explica el presidente del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues, las empresas suelen ampliar capital por dos motivos. O bien porque necesitan equilibrar su balance tras registrar pérdidas; o bien porque quieren reforzarse de cara a una expansión o una inversión importante. Y parece que en estos momentos no se da ni una ni otra circunstancia. «Después de varios años de recuperación, cada vez son menos las empresas que siguen en pérdidas, pero también es cierto que parece que en el último año se están frenando decisiones de inversión ante la incertidumbre que existe», apunta Menargues.
Por su parte, el director de estudios de Ineca, Francisco Llopis, resta importancia a las variaciones y apunta que lo importante es que Alicante se mantiene entre las provincias donde más dinero se inyecta a las empresas.
