Los resultados anuales de varias entidades bancarias marcaron ayer la jornada de la Bolsa española, que al cierre de la sesión perdía la cuota de los 9.100 puntos. El Ibex retrocedía un 0,41%, lastrado, sobre todo, por los desplomes de Sabadell, que se dejaba un 9,08%, tras presentar un beneficio de 328,1 millones, que representan un 54% menos que en 2017 debido a la limpieza del balance y a los costes que ha supuesto la migración de su filial británica (TSB).

Igualmente, la Bolsa castigó a CaixaBank, con una caída del 7,22%, pese a que el banco ha ganado 1.985 millones en 2018, un 17,8% más que el año anterior, gracias al crecimiento de los ingresos del negocio bancario, la mayor aportación del portugués BPI y la reducción de las dotaciones. Otras entidades también cerraron la sesión en terreno negativo, aunque con un descenso menos acusado. Bankia cayó un 2,36%, mientras Santander cedía un 1,51% y Bankinter, un 1,08%. Por su parte, el BBVA logró acabar la sesión en «verde», con un ascenso del 0,52%, tras anunciar un beneficio de 5.324 millones en 2018, un 51,3% más.

Sabadell: «Año con claroscuros»

«Transformacional», «diferente», «con claroscuros». Fueron algunos de adjetivos y giros que ayer utilizó el presidente del Sabadell, Josep Oliu, para definir el año que vivió la entidad. Y es que, lejos de los crecimientos que están presentando la mayoría de sus competidores, el banco con sede en Alicante vio recortado su beneficio más de un 59% -un 54%, si la comparativa se hace a perímetro constante, es decir, sin tener en cuenta lo que aportó en 2017 la filial norteamericana, que se vendió ese ejercicio-, hasta los 328,1 millones. La razones son dos. Por un lado, la decisión de vender aceleradamente casi todo el ladrillo que le quedaba para sanear su balance y, sobre todo, los problemas que surgieron con el cambio de sistema informático de su filial británica, TSB, que ha obligado al grupo a pagar una fuerte suma en compensaciones a los clientes.

En total, fueron 637 millones de costes extraordinarios que el banco no ha logrado compensar con otros ingresos ya que, por ejemplo, las plusvalías obtenidas con la venta de Solvia -138 millones- no se han podido contabilizar, ya que las autoridades aún no han dado su visto bueno definitivo.

No obstante, Oliu insistió en que los problemas han quedado atrás y que ahora el Sabadell está en disposición de recuperar rápidamente la rentabilidad perdida y de volver a alinearse con los objetivos de su plan de negocio, que prevén alcanzar los 1.000 millones de beneficios. Eso sí, será un año más tarde de lo previsto. Oliu y su número dos, Jaume Guardiola, destacaron los buenos datos del negocio puramente financiero, que presenta importantes crecimientos, lo que les hace ser positivos de cara al futuro. Eso sí, con permiso de las nuevas regulaciones que puedan llegar con nuevas exigencias de capital y, sobre todo, de las grandes compañías tecnológicas, que han puesto sus miras en el sector. Por otra parte, preguntado por la caída en Bolsa del banco, Oliu, admitió sentir «preocupación» , pero señaló que la baja cotización es algo que está afectando a toda la banca española, y lanzó un mensaje de confianza en la entidad que lidera: «Cada día que baja (la acción) es mejor inversión», dijo.

Por otra parte, para CaixaBank, la jornada de ayer fue desigual. A pesar del aumento de las ganancias, la entidad no cumplía las expectativas de los inversores, que preveían que superara la barrera de los 2.000 millones de beneficio, y los mercados respondieron con un desplome de la acción de más del 7 %.

En València, adonde trasladó su sede social tras el 1-O (1 de octubre), su presidente, Jordi Gual, restó importancia al revés bursátil, y aseguró que los inversores reconocerán a largo plazo la estrategia de la entidad. «Los acontecimientos a muy corto plazo del Mercado de Valores deben ponerse en su contexto relativo», subrayó. Gual calificó de «brillante» la ejecución del último plan estratégico, años en los que el banco ha logrado mejorar su rentabilidad o reforzar su liderazgo comercial.

Los buenos resultados de BBVA

Mientras, el Grupo BBVA ganó 5.324 millones en 2018, lo que supone un aumento del 51,3% respecto al ejercicio anterior, impulsado por la recurrencia en los ingresos, el control de los gastos y la plusvalía por la venta de BBVA Chile. «En un entorno complejo, hemos obtenido unos muy buenos resultados y una rentabilidad de doble dígito, al tiempo que hemos logrado importantes avances en el proceso de transformación», resaltó el presidente de BBVA, Carlos Torres.