Miguel Martínez compraba ayer tomates, además de otras hortalizas y frutas, en un mercadillo de su localidad, Callosa de Segura, «porque me ahorro un 30%». Es jubilado, tiene 72 años, y ha aprendido en los últimos años de crisis y de mínimas subidas de las pensiones a economizar, porque, entre otras cosas, de su prestación también tiene que destinar una parte a «ayudar a mi hija, que está separada, tiene un niño de tres años y está desempleada», contaba Miguel, que también preside la Asociación de Exemigrantes Españoles Jubilados (Aexju).
En similar situación a la de este pensionista, que en su juventud trabajó en Francia, se encuentran en la provincia 12.900. Son hogares en los que alguno de sus miembros está sin trabajo y que se ven abocados a salir adelante con la pensión de los abuelos. Y la cifra ha vuelto a aumentar, pese a la mejora de la economía. Ahora son 2.700 hogares más que en el tercer trimestre de 2018, porque el paro repuntó en el último tramo del año, elevando la tasa del desempleo hasta el 15,63%. Cierto es que a finales de 2017 eran 14.300 las familias alicantinas con algún parado que intentaban llegar a fin de mes con la pensión de un familiar. No obstante, antes de que la crisis causara estragos en el empleo y en las economías familiares, solo eran 7.000 las viviendas de la provincia que se encontraban en esta situación, según la comparativa de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Desde entonces, la cifra evolucionó al alza, registrándose el pico más alto en el cuarto trimestre de 2010, cuando eran 18.400 las familias de la provincia que dependían de la prestación de los abuelos. Incluso, en 2016, ya iniciado el nuevo ciclo de recuperación, el número se situaba en los 17.200 hogares que se encontraban en similares circunstancias.
En paro o con trabajos precarios
«A pesar de que la economía ha mejorado, sigue habiendo muchos pensionistas que tienen que ayudar a sus hijos y nietos a salir adelante, bien porque están sin empleo o porque solo encuentran trabajos de corta duración», explicaba Francisco Ortega, miembro de la Plataforma de Pensionistas de l'Alacantí. Aunque «no me encuentro dentro de esos casos, sí conozco a muchos jubilados que ayudan a sus hijos a la hora de hacer la compra semanal, a afrontar los gastos para la manutención o colegios de los niños o para pagar la cuota de la hipoteca», añadía Francisco Ortega, cuya pensión roza los mil euros.
Una cantidad similar a la que percibe Miguel Martínez, quien, además de ayudar a su hija en los gastos de la cesta de la compra, también le paga el billete de tren a Alicante, hasta donde se desplaza su hija cuando encuentra algún trabajo, «pero son de corta duración. Los contratos por jornadas o por horas son una ruina para los jóvenes. Conozco a gente que un día está de camarero y al otro de repartidor. Este colectivo está en una situación de incertidumbre laboral continua», denunciaba Miguel Martínez, quien, además de salir a las calles con otros jubilados para exigir unas «pensiones dignas», también reclama «que se acabe con este tipo de empleo y se apueste por el trabajo estable, que permita a los jóvenes tener un sueldo para poder vivir». Una idea que, igualmente, comparte Francisco Ortega, quien con la Plataforma de Pensionistas de l'Alacantí se manifiesta todos los lunes en la plaza del Ayuntamiento de Alicante en defensa del sistema público de pensiones y para pedir que las prestaciones vuelvan a ligarse al IPC. En principio, la próxima protesta la realizarán este sábado en Alicante a las 12 horas. La manifestación saldrá de la plaza del 25 de Mayo (detrás del Mercado Central) y terminará en la plaza de la Montañeta.
Los jubilados de la provincia no llegan a los mil euros al mes
Poco más de 851 euros al mes es lo que cobran de media los pensionistas de la provincia. Una cuantía que, pese a la última subida del 1,6% aprobada por el Gobierno, no permite a los jubilados alicantinos alcanzar la condición de mileuristas. Ni tan siquiera, los jubilados, que suele ser el colectivo con las prestaciones contributivas más altas, al estar ligadas a los periodos de cotización. En este caso, la pensión es de 962,58 euros al mes, según los últimos datos de enero publicados por el Ministerio de Empleo, Migraciones y Seguridad Social. Las de viudedad, pese al aumento, no llegan a los 650 euros mensuales. En todos estos casos, las cuantías se encuentran por debajo de los promedios nacional y autonómico. En España, la pensión media se sitúa en los 983,46 euros al mes y la autonómica, en 906,07.
