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Cooperativas que aúnan esfuerzos

El aceite se concentra en la Comunidad Valenciana

La iniciativa de una docena de pequeñas cooperativas para integrar su producción y comercialización da sus frutos

El aceite del grupo cooperativo apuesta por las variedades autóctonas. Perales Iborra

El aceite de oliva es un producto caro que no está en las despensas de la mayoría de los hogares de España a pesar de ser el mayor productor del mundo y aunque tenga que competir con Italia, Marruecos, Grecia, Túnez o Turquía. Como en los cítricos, vaya. A pesar de las bondades de este producto tan característico de la dieta mediterránea, su consumo ha disminuido un 20% en esta última década, quizás por los efectos de la grave crisis económica de 2008, la subida continuada de su precio y los cambios en los hábitos de consumo de la población más joven. En busca de soluciones para garantizar las actividades agrarias vinculadas con el oro líquido, una docena de cooperativas de la Comunidad Valenciana consolida su proyecto integrador de producción y comercialización. Se trata de Mediterranean Gourmet Olive Oils (MGOO).

En un panorama de mercado complicado, y ante las masivas importaciones, iniciativas como la puesta en marcha por estas firmas ofrece soluciones empresariales muy válidas para garantizar su futuro en el largo plazo y garantizar la renta de los agricultores. Cuenta Paloma Aparicio, gerente de Campo Enguera, que las pequeñas cooperativas «por sí solas no pueden competir». Al unirse, han aprovechado sinergias, reducido costes, aumentado su volumen de producción y también consiguen llegar a las estanterías de grandes cadenas de distribución como Mercadona o Consum, entre otras. En la actualidad, exporta alrededor de un 10% de las ventas a Japón, Francia y Alemania. Y en breve llegará a las tiendas de Polonia o Estados Unidos.

Para el desarrollo de Mediterranean Gourmet Olive Oils, que adopta experiencias en la integración de cooperativas del sector del vino de Requena-Utiel, ha sido clave el período de formación y de desarrollo de negocio impulsado desde la Federación de Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunidad Valenciana. Nació tras agrupar a siete entidades: Campo Enguera, Socama (Muro de Alcoi), La Viña (Font De La Figuera), Coop. Beniatjar Oli Del Benicadell, Cooperativa Agrícola De Villar, Cooperativa Comarcal La Vall D'Albaida (Quatretonda) y Les Coves (Castelló). Después de la creación de este grupo se fueron sumando al proyecto otras cooperativas. Se trata de la Bodega Nuestra Señora De Las Virtudes (Villena), San Pedro Apóstol (Moixent), Agrícola Católica (Cocentaina) y San Cristóbal (Cañada, Alicante).

En busca de sinergias

El aceite de oliva no supone una gran producción si se compara con otros, pues el de soja, seguido por el de palma, acaparan la mayor producción mundial. Sin embargo, apostar por variedades autóctonas para producir una aceite de oliva extra para los paladares más exquisitos tiene su nicho de mercado. Según Paloma Aparicio, la «gama premium abre canales de venta en el exterior y en el doméstico». Para ello usan la marca La Almazahara, de la que ya producen 8.000 kilogramos de aceite. También comercializan la enseña de aceite virgen Olé Oleo. La suma de estas pequeñas almazaras ha permitido molturar casi 20 millones de kilogramos de olivas, lo que generará 3,5 millones de kilos de aceite durante la campaña 2018-2019. Cuenta la responsable de la cooperativa de Enguera que la «privilegiada situación de la Comunidad a orillas del Mediterráneo nos permite disponer de una gran riqueza varietal», que identifica y marca la diferencia en nuestros aceites por las esencias, aromas de nuestras sierras elaborados con variedades de olivas que van desde la Villalonga, Alfafara, Farga y Serrana, hasta la Blanqueta, Changlot Real Farga Real de Espadán, Cornicabra y Aberquina.

Esta interesante iniciativa puesta en marcha por cooperativas emprendedoras se produce en un contexto de cierta ralentización del consumo del mercado doméstico. Así las cosas, las firmas orientadas al exterior manejan claras perspectivas de aumentar su negocio en los próximos años. El estudio «El sector oleico. Datos de la campaña 2019», elaborado por EAE Business School, constata que las exportaciones de aceite español -principal país productor del mundo con un promedio del 45 %- alcanzarán cifras récord por las bajas cosechas en Grecia e Italia (un país azotado por la devastadora bacteria Xylella fastidiosa) debido a las adversas condiciones climatológicas. En estas tres últimas décadas la producción mundial ha crecido el 50% por su fama de producto saludable

¿Qué piensan los productores? Pues que el olivar es un cultivo delicado, que requiere agua suficiente en primavera y otoño, calor no excesivo antes de mayo (de lo contrario cae la flor y las aceitunas no salen o son muy pequeñas) y un golpe de frío sin heladas en invierno. La Comunidad, junto con Andalucía, son áreas geográficas perfectas por su desarrollo de terrenos arcillosos e inviernos fríos. Pero la campaña 2018-2019, en vísperas de concluir, será sensiblemente inferior a la anterior. Lo confirma el productor de una explotación de 50 hectáreas en el Alt Maestrat y responsable del sector del aceite de la Unió de Llauradors, Hilari Jaime. El dirigente agrario sostiene que la cosecha global valenciana será un «desastre en cantidad y por las plagas. Los árboles sufrieron mucho en la campaña anterior porque en primavera no llovió y en plena floración cayeron lluvias y no polinizaron bien. Así se ha llegado a esta situación», lamenta.

Con unas explotaciones de reducido tamaño y muy poco extendidos los cultivos de regadío en comparación con Andalucía, los agricultores valencianos -entre 2010 y 2016- lograron una cosecha media anual de 22.682 toneladas de aceite en las 90.000 hectáreas de cultivo, una cifra que subió durante la campaña 2017-2018 a 35.503 toneladas, según cifras del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, esta ultima cantidad disminuirá en un 43% en Alicante, un 40% en València y en Castellón habrá una merma del 70%, según las previsiones que maneja la Unió de Llauradors.

En la Comunidad Valenciana se producen 60.000 toneladas de aceite de oliva, pero se consume el doble, con lo que el resto hay que importarlo.

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