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El mercado de las viviendas de lujo: más ventas y precios al alza

El segmento inmobiliario de alto nivel cierra 2018 con un incremento del 10% en el número de operaciones en la Costa Blanca y consolida su tendencia creciente de los últimos ejercicios

El mercado de las viviendas de lujo: más ventas y precios al alza

Aunque son otras zonas del país las que se llevan la fama, como Marbella o Ibiza, la Costa Blanca también cuenta con un importante mercado inmobiliario centrado en las viviendas de lujo. Áticos impresionantes frente al mar o amplios chalets en ubicaciones privilegiadas de la costa que cada vez son más codiciadas, a tenor de los datos que aportan las agencias especializadas. Así, según la información recabada por este diario, el año pasado se cerró con un incremento de más del 10% en el número de operaciones en este segmento, consolidando la tendencia alza que se registra ya desde, al menos, 2015.

«Ha sido un año muy bueno para el mercado de la vivienda de alto nivel y somos optimistas para 2019», asegura el responsable de Engel & Völkers en Alicante y El Campello, Roberto Botella, que, no obstante, reconoce que el crecimiento ha sido menor que en los ejercicios precedentes «pero es que entonces veníamos de años muy malos». En su caso, por su ámbito de actuación, el cliente nacional supone hasta un 45% de las operaciones pero en las zonas de costa los compradores extranjeros son los que acaparan masivamente este mercado, con más de tres cuartas partes de todas las operaciones, según apunta Ximo Ferrando, el licenciatario de esta misma red en Dénia y Xàbia.

Sin miedo al Brexit

Por nacionalidades, en el norte de la provincia son los alemanes, suizos, holandeses, belgas y franceses quienes más compran este tipo de viviendas de lujo, según Ferrando, mientras que los británicos tienen una presencia casi testimonial - «los ingleses compran en un segmento más bajo», señala el experto-, por lo que ni siquiera el Brexit amenaza la prosperidad de este mercado. «El cliente extranjero sigue confiando mucho en España y en la Costa Blanca», insiste el representante de Engels & Völkers.

En este sentido, Ferrando señala que, al igual que ocurre con el mercado inmobiliario general, el precio es una de las grandes ventajas de la provincia a la hora de competir, también en el terreno de la edificación de lujo. En especial en las Marinas, donde suelen llegar muchos compradores que antes han buscado casa en Ibiza o Mallorca y eligen la Costa Blanca al comprobar «que una vivienda que allí puede valer seis millones, aquí la pueden encontrar por dos millones y medio».

Aunque las cantidades que se solicitan en los anuncios siguen siendo las mismas desde hace un par de años lo cierto es que las ventas se cierran por más dinero, como explica el director de la agencia KN Elite, Ihor Katrych. «En este segmento es importante la negociación y que el comprador tenga la sensación de que consigue algo. Pero si hace unos años el vendedor estaba dispuesta a aceptar hasta un 20% de rebaja, ahora la cantidad se queda en un 5% o un 7%, como mucho», asegura Katrych. Eso sí, «el que sube el precio de partida, se queda sin vender», recalca el profesional del sector inmobiliario.

Alrededor de 1,6 millones

Según Luxury Estate, otro portal especializado, el precio medio de las propiedades de lujo en Alicante se sitúa en 1,6 millones de euros, mientras que los alquileres, que también van al alza, rondan los 4.200 euros mensuales.

En el caso del área metropolitana de Alicante, donde tiene su principal mercado KN Elite, Ihor Katrych asegura que se ha producido un cambio significativo en las compras que realizan los clientes de más nivel. «En 2017 se buscaban muchos edificios enteros para hacer apartamentos turísticos, el año pasado fueron áticos de lujo o chalets con piscina en zona de playa», señala. Por zonas, sostiene que los mayores incrementos de demanda se concentran en el Cabo de las Huertas, el PAU 5 o Vistahermosa, mientras que la zona del golf «parece que ha perdido fuelle».

En cuanto a las zonas de playa del resto de la provincia, Ximo Ferrando apunta que lo que más se valora -además de la cercanía al mar o las vistas- es «la privacidad» aunque los compradores también quieren que la casa esté en una zona urbanizada, donde existan servicios. «Lo de una casa aislada en medio de la sierra ya no es algo que se valore demasiado», sostiene el empresario.

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