Renfe cerró el año 2018 con un crecimiento de la demanda del 4%, de manera que llegó hasta los 507 millones de viajeros, con lo que el tren consigue recuperar 20 millones de viajes en un solo año y volvió a superar la barrera de los 500 millones de viajes al año, cifra que no se alcanzaba desde 2008 y, por tanto, desde antes de la crisis económica. El presidente de Renfe, Isaías Táboas, dio a conocer ayer, en el marco de Fitur, el balance provisional de viajeros correspondiente a 2018. El incremento se registró en todos los tipos de servicios de Renfe. «El ferrocarril va avanzando y es cada vez un medio más utilizado por los ciudadanos», destacó.

En general, los trenes de Cercanías y Media Distancia de todo el país, los considerados servicios públicos, vieron una mejora de su demanda de más del 4,1% y sumaron 474 millones de viajeros en 2018, es decir, 18 millones de viajeros más. «Esto demuestra que hay actividad y que la gente vuelve a moverse», dijo Táboas, agregando que la «confianza» de los ciudadanos depositada en los servicios públicos de Renfe es «un incentivo más para seguir trabajando en la calidad del servicio que prestamos».

Por otro lado, la demanda de los trenes comerciales, los de Ave y los de Larga Distancia, creció en el ejercicio un 4%, sumando 1,2 millones de viajes más para alcanzar los 33,6 millones de viajeros.