Con los tipos por los suelos y la Bolsa que no levanta cabeza, el ladrillo vuelve a ser una de las opciones más atractivas para rentabilizar los ahorros. Más aún si el propietario decide aprovechar el aumento de la demanda de alquiler para ponerlo en el mercado. Así, según un estudio realizado por el portal Idealista, las ganancias medias que puede obtener el arrendatario de una vivienda en estos momentos en la provincia se sitúan en el 6,3% de la inversión realizada.

Son cuatro décimas menos que hace un año, debido al encarecimiento que han experimentado los inmuebles en este tiempo, pero, aún así, se trata de un rendimiento que supera ampliamente a la mayoría de productos de inversión. Por ejemplo, el propio portal recuerda que los bonos del Estado a diez años ofrecen en estos momentos un interés del 1,4%. Es decir, que las ganancias de invertir en alquiler multiplican por más de cuatro a esta alternativa.

Además, la rentabilidad puede ser aún mayor si se opta por otro tipo de inmuebles. Por ejemplo, en el caso de las oficinas puede obtenerse un 6,6%, mientras que los ingresos por el alquiler de locales comerciales alcanzan el 8% de la inversión realizada. Eso sí, en estos casos hay que tener muy en cuenta la ubicación, ya que la demanda se sitúa en el centro de las ciudades y en las principales arterias comerciales, mientras que en los barrios y las zonas periféricas resulta mucho más difícil encontrar inquilinos.

Por su parte, las plazas de garaje rentan una media del 4,8% en la provincia.

La más rentable de la Comunidad

En relación con el resto del país, la rentabilidad de los alquileres de viviendas en Alicante se sitúa algo por debajo de la media nacional -que al cierre de 2018 alcanzaba el 7,4%- pero supera a la que se registra en el resto de la Comunidad. Así, los propietarios de Castellón pueden lograr un 6,2% anual y los de Valencia, un 5,5%.

Entre las capitales españolas, Lleida es la que resulta más rentable, con un 7,6%. Le siguen Santa Cruz de Tenerife (7,2%), Huelva (6,8%) y Almería (6,7%). La caída del precio del alquiler en Barcelona ha reducido su rentabilidad hasta el 4,8%, mientras que en Madrid se ha situado en 5,1%.

Sin embargo, las rentabilidades más bajas de España son las que obtienen los propietarios de viviendas en alquiler en San Sebastián (4,2%), Ourense (4,3%), Pamplona y A Coruña (4,7% en ambos casos).