Juan Fornés Fornés, la mayor de las cuatro cadenas de supermercado que operan bajo la marca Masymas en toda España, encadenó en 2017 su tercer ejercicio consecutivo de crecimiento, aunque no logró que la mejora de la facturación se trasladara a los resultados, según la propia compañía, debido a las amortizaciones y a las mayores inversiones realizadas. De esta forma, de acuerdo con las cuentas que la sociedad acaba de depositar en el Registro Mercantil, la compañía con sede en Pedreguer obtuvo una cifra de negocio de 254 millones de euros durante el citado ejercicio, lo que supone ocho millones más que en 2016 o, lo que es lo mismo, un incremento del 3,2%. Una cifra que fuentes de la mercantil elevan hasta los 285 millones, si se contabiliza el IVA.

Así, la cadena consiguió beneficiarse de la mejora del consumo que se registró ese ejercicio pero también aumentó sus ingresos gracias a la expansión de su red. En concreto, la cadena abrió en 2017 cinco nuevos establecimientos «sin haber cerrado ni traspasado ningún supermercado», según recalca en el informe de gestión de sus cuentas, con lo que ya dispone de 130 puntos de venta en la Comunidad Valenciana -donde se consolida como la tercera cadena de distribución alimentaria- y Murcia, donde ya tiene siete establecimientos.

La cadena también obtuvo 39,3 millones de euros en otros ingresos de explotación mientras que en el apartado de gastos destacan las compras de mercancías para abastecer sus tiendas por valor de 207,1 millones (8,5 millones más) y los 44 millones que destinó a los sueldos y las cotizaciones sociales de sus trabajadores. Al respecto, Masymas cerró el ejercicio con una plantilla de 2.399 trabajadores, un centenar más que en 2016. De ellos, más de tres cuartas partes son mujeres.

Fruto de todo ello, la compañía anotó un ebitda de diez millones de euros, mientras que el resultado final de ejercicio se situó en 1.033.406 euros, lo que supone un decenso del 36,2% sobre los 1.617.963. Desde la firma que dirige Juan José Fornés restaron ayer importancia a este descenso, que atribuyeron a las amortizaciones y, sobre todo, al esfuerzo realizado en las nuevas aperturas. El propio informe cifra en 9,2 millones de euros las inversiones efectuadas a lo largo del ejercicio.

En continua expansión

De cara al futuro, la sociedad prevé continuar «con la senda de crecimiento» de los últimos años «a través de la apertura de nuevas tiendas y a la mejora de la eficiencia en las existentes. Asimismo, se espera un incremento de ventas en los próximos ejercicios ante la expectativa de aumento del consumo», apunta la mercantil en sus cuentas, aunque el propio Fornés reconocía hace unos días en declaraciones a este diario que la recuperación de este indicador se había ralentizado a lo largo de 2018.

En este sentido, el propio informe destaca que la cadena aspira a consolidar sus posiciones en la Comunidad Valenciana y Murcia y apuesta por el trato «personalizado y cercano» como estrategia para diferenciarse de la competencia. Además, la cadena también quiere reforzar su especialización en producto fresco y la variedad de su surtido, donde la marca blanca sólo representa un 25% del total.

En cuanto a la distribución de los beneficios, la firma sólo destinará a dividendos un 10% mientras que el resto irá a reservas.