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De tú a tú con el hombre más rico de España

Tempe nació tras un encuentro casual entre el ilicitano y Amancio Ortega, y es la única sociedad en la que el gallego no tiene mayoría

Vicente García, en una imagen de mayo de 2016. Antonio Amorós

Pocos flashes y menos saraos, el empresario ilicitano Vicente García es enemigo de cualquier ostentación pública. Es la discreción personificada. Sin ir más lejos, la visita de incógnito del president Puig y del alcalde de Elche, Carlos González, a sus instalaciones en Elche Parque Empresarial en mayo de 2016 hizo que al Gobierno local ilicitano le cayera alguna que otra crítica por falta de transparencia en su agenda. Sin embargo, el industrial ilicitano lo había dejado claro: visita sí, pero nada de cámaras. Al fin y al cabo, aunque de trato cercano en las distancias cortas, y ahí coinciden todos los que lo conocen, está cortado por el mismo patrón que su socio, Amancio Ortega. Es más, es de los pocos que se pueden dar lujo de tratar de tú a tú al hombre más rico de España. Sólo un dato: Vicente García sería el único que podría presumir -si no fuera por la humildad que cuentan que le caracteriza- de estar en la única sociedad en la que el de Arteixo no tiene mayoría: el 50% de Tempe es de uno y el otro 50% de otro.

«Lo que sea de la mar todo es azar», reza un dicho marinero. Y el ilicitano bien debe saberlo, no sólo como buen hombre de mar que es, sino también porque fue el azar el que hizo que se acabara cruzando con Amancio Ortega allá por la década de los años ochenta del siglo pasado. Parece que debió ser un vuelo de ida, puede que de vuelta, a alguna feria, probablemente alemana. «Yo me dedico a la industria textil», bien pudo decir el único español que está en el top ten de los más ricos del mundo. «Yo me dedico al calzado», contestó quizás el industrial zapatero cuya familia ya levantó en los años sesenta el grupo Garvalín, especializado en calzado infantil. «Pues yo estoy buscando incorporar una línea de zapatos», es posible que respondiera el cerebro de Inditex, dejando entrever una idea no poco atrevida para una época como aquella -la de aunar textil, calzado y complementos-, aunque hoy bastante común a fuerza de verla en todas las cadenas. Nacía así lo que hoy es el gigante Tempe, el mayor productor de calzado de España y uno de los primeros en todo el mundo, y que surte de zapatos y complementos a todas las marcas de Inditex: desde Zara a Massimo Dutti, pasando por Pull&Bear, Bershka, Oysho, Lefties, Stradivarius o Uterqüe.

Si el apego de Amancio Ortega a Arteixo y a Galicia en general es por todos conocidos, el de Vicente García a Elche no lo es menos. Y todo hasta el punto de que si bien es verdad que el domicilio social de Tempe está en Arteixo, en A Coruña, el domicilio comercial se quedó en Elche. Incluso pocos dudan de que si Tempe está en Elche y aún no ha tirado la toalla con la macroampliación, pese a que pretendientes nunca le faltan a iniciativas como las que plantea, es única y exclusivamente por Vicente García. Y todo pese a las resistencias del propio Amancio Ortega, y aunque, a cambio, haya que hacer alguna que otra cesión. Lo que parece, confiesan algunos en el parque de Torrellano, es que la presencia de gallegos se refuerza en el enclave cuando en las instalaciones de Tempe hay algún tipo de obra. Hasta algún bar de allí ha optado por servir sólo Estrella Galicia.

Cierto es que su nombre se ha venido asociando en los últimos años a Tempe, pero su trayectoria no se agota ahí, ni mucho menos en la industria zapatera. Más allá del calzado, y al margen de Garvalín y de Tempe, Vicente García y su familia se han sumergido en otros sectores a través del Grupo Azarbe, cuya sede está en plena Explanada de Alicante, lejos de Elche, pero con vistas al Puerto. No en vano, una de sus grandes apuestas fue la rehabilitación de la antigua sede del BBVA en esa céntrica vía alicantina. El Grupo Azarbe les ha permitido probar suerte en diferentes sectores, en lo que parece una oda a la diversificación que les han llevado del ladrillo a las gasolineras, pasando por explotaciones agrícolas y ganaderas, y por incursiones en la producción de vino y aceite, y hasta en la industria audiovisual.

Ahora el desembarco de Tempe en Parc Sagunt vuelve a poner el foco en Vicente García, por más que eso no acabe de casar con la discreción que caracteriza al empresario. Es lo que tiene estar en el universo Inditex. Sin embargo, hay otro dicho marinero que dice que «a piloto diestro no hay mar siniestro». Puede que, como buen hombre de mar, según destacan quienes lo conocen, esa sea la filosofía de un industrial zapatero que desde Elche puede tratar de tú a tú al hombre que tiene en su haber la mayor fortuna de España.

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