Aunque la situación económica aún no sea la misma que entonces, la recaudación de impuestos en la provincia ya está muy cerca de la que se registraba antes de la crisis económica. En concreto, a nivel nacional ya la supera y en Alicante se sitúa apenas un 8% por debajo, según el último informe de la Agencia Tributaria, que incluye los datos de enero a noviembre del año pasado.

Durante ese periodo, los contribuyentes de la provincia abonaron 3.136,9 millones por los principales tributos que gestiona este organismo, lo que supone un 4,4% más que en el año anterior y apenas 266 menos que en el mismo periodo de 2007, hasta la fecha el año en que mayores ingresos obtuvieron las arcas públicas.

Eso sí, la composición de estos ingresos ha variado sensiblemente, fruto de los cambios normativos que se han registrado en este tiempo, precisamente, con el objetivo de aumentar la recaudación durante la crisis. De este forma, ahora es el IVA el impuesto que más aporta a los presupuestos públicos, con 1.281,6 millones frente a los 898 millones de 2007. Una diferencia que no se justifica por el mayor consumo actual -al contrario, las cifras de gasto siguen por debajo de las que se daban antes del estallido de la burbuja-, sino por el incremento de los tipos que se aplican, que han pasado del 16% del tipo general que se pagaba hace once años, al 21% que rige en la actualidad.

Las empresas pagan menos

Por el contrario, la recaudación del Impuesto de Sociedades -que grava los beneficios empresariales- sólo supone 449,4 millones frente a los 1.077 que generó en 2007 y se mantiene como el gran agujero en las cuentas de Hacienda. En este caso, el problema es que muchas empresas aún se siguen descontando las pérdidas que acumularon en la crisis para evitarse el pago de este impuesto y también influye que gran parte de la recaudación por este tributo en Alicante procedía del sector del ladrillo, que ahora no tiene las mismas dimensiones.

Por su parte, el Impuesto sobre la Renta aportó a la Agencia Tributaria 1.193,7 millones hasta noviembre, bastante cerca de los 1.288 millones de hace once años, impulsado por la recuperación del empleo, por un lado, y también por los cambios que se introdujeron en la fiscalidad del ahorro durante la etapa de la crisis.