Poco a poco, el Banco Sabadell ha logrado desprenderse de la pesada herencia que recibió como consecuencia de las estrechas relaciones que mantenían la CAM y la promotora Hansa Urbana, una de las firmas que más pufos dejó a la extinta caja de ahorros. Primero fueron los más de 35 millones de metros cuadrados que la desaparecida entidad y la promotora habían adquirido en México para construir una megaurbanización y que el banco tuvo que vender a precio de saldo cuando el Gobierno del país azteca se negó a autorizar el proyecto. Luego colocó el campo de golf de la Playa de San Juan en una de las carteras que vendió al fondo de inversión Cerberus este verano, y ahora se ha liberado de los lazos que le continuaban uniendo al Hotel Alicante Golf, que también construyó la firma de la familia Galea. Eso sí, en esta ocasión el final ha sido mucho más feliz para el banco presidido por Josep Oliu.
Según ha podido saber este diario, la compañía que se hizo cargo del establecimiento en junio de 2015, la sociedad Aquila Inversiones, ha cancelado la deuda de 11 millones que mantenía con el Sabadell, tras refinanciar una parte de la misma con el BBVA y el resto mediante una aportación de capital. Una operación que supone un «divorcio de mutuo acuerdo» con la entidad catalana pero también una apuesta clara de los dueños por el futuro del establecimiento, según recalca Jorge González Lapuente, administrador de la sociedad.
Especialista en reflotar empresas
González Lapuente, un empresario madrileño especializado en reflotar compañías en apuros, constituyó Aquila Inversiones y su matriz, Altair Partners, en 2015 junto a Juan Rafael Galea -hijo del fundador y director general de Hansa- con el objetivo de quedarse con el hotel, en un momento en que la promotora necesitaba reestructurarse y corría el riesgo de que el establecimiento acabara en manos del Sabadell si se impagaba la hipoteca.
De esta forma, Aquila Inversiones se quedó con la titularidad del edificio por 12 millones de euros, a cambio de subrogarse al préstamo de casi 11 millones del banco catalán y la amortización anticipada de otro millón.
Desde entonces, el nuevo administrador ha logrado darle la vuelta a la situación del hotel, que se mantiene independiente sin integrarse en ninguna cadena desde que acabó su contrato con Husa en 2014, antes del traspaso de la propiedad. Así, según las últimas cuentas depositadas en el registro por la gestora del establecimiento, en 2017 logró una facturación de casi 4,3 millones de euros, un 6,96% más que el año anterior, con unos beneficios de 216.143 euros. Su objetivo es llegar a los seis millones de ingresos.
En la misma línea, el hotel ha logrado incrementar su ocupación en seis puntos frente a la caída registrada por el conjunto del sector en el municipio. Sus clientes se dividen en tres segmentos: los jugadores de golf que utilizan el campo anexo al hotel; los turistas vacacionales que llegan, sobre todo, en verano y los clientes de eventos. En este sentido, la sociedad ha invertido para aumentar su oferta y cuenta con un nuevo SPA y un nuevo restaurante con los que quiere reforzar sus líneas de negocio.
