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¿Atrapados por el Brexit?

Valencianos residentes en Reino Unido reclaman a Ximo Puig una interlocución con la Generalitat ante el proceso de desconexión. El jefe del Consell recoge el guante y plantea crear un centro Cevex en Londres

Un momento del encuentro de Puig con los valencianos residentes en Londres

«No sabemos lo que va a pasar; cuáles van a ser las garantías como residentes si nos quedamos aquí y qué tipo de derechos vamos a tener». La misma preocupación y sensación de incertidumbre sobre los efectos del Brexit que expresaban las jóvenes valencianas Neus Salvador y Zahia Guidoum, que trabajan en Londres, es la que podrían manifestar los más de 10.500 ciudadanos de la Comunidad residentes en Reino Unido y que representan un 8% del total de españoles que vive en Gran Bretaña, según datos de la Generalitat. Un grupo de valencianos afincados en Londres se reunió esta semana con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante el viaje que este realizó a la capital inglesa para entrevistarse con el embajador español en Reino Unido, Carlos Bastarreche, para analizar la compleja situación en que ha derivado el proceso de desconexión.

Durante el encuentro con el jefe del Consell, tanto Neus Salvador como Zahia Guidoum, que no llegan a la treintena, o Jordi Miquel Llàcer, que ya ha cumplido los 38 años, insistieron a Puig en «la falta de información» que sufren sobre el impacto real que el Brexit tendrá en su vida cotidiana en el Reino Unido, y, además, le trasladaron la necesidad de tener una mayor comunicación con la Generalitat ante la actual coyuntura sobre el Brexit.

Garantías para los residentes

Les preocupan las garantías de residencia, pero también si tendrán libertad de movimientos, después del periodo transitorio. «¿Podré viajar a València como hasta ahora, y con mi novio, que es inglés? ¿Me pondrán trabas? ¿Tendré que realizar más tramitaciones?», se preguntaba Zahia. Pese a que hablan de falta de datos, en realidad, están al tanto de todas las noticias que se publican sobre la negociación y el acuerdo de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. De ahí su inquietud.

Pero también echan en falta referencias más concretas sobre los efectos del proceso. «En la Embajada no encontramos información más detallada», aseguraban.

Por eso, una de las primeras peticiones que realizaron al presidente Puig fue:«Necesitamos un interlocutor del Gobierno valenciano aquí (en Londres)», coincidían Neus y Zahia. Porque, según aseguraron, en la actual situación, se encuentran «un poco desamparadas» y con una sensación de inseguridad sobre su futuro. Incluso, desde que en el referéndum de hace dos años triunfó el «sí» al Brexit, «en algún momento nos hemos planteado marcharnos de aquí», asegura Salvador. Jordi Miquel, también. Pero, además, cree que, al final, no le quedará más remedio que irse, «porque me resultará imposible vivir como profesor». Es docente de cine, aunque antes ha desarrollado otros trabajos relacionados con la comunicación y el periodismo, que fueron las disciplinas que estudió. Lleva 21 años en Londres, ya que se trasladó a la capital británica para cursar los equivalentes a tercero de BUP y COU, en España. Pero, ahora, teme que, «ante los bajos salarios que cobra el profesorado aquí (también vive en Londres), las condiciones para este colectivo empeoren con el Brexit. Por ejemplo, el salario no creo que me llegue para comprarme una casa», añadía este profesor del Alzira.

¿Habrá distinciones?

Neus Salvador lleva cuatro años en Londres y trabaja como investigadora freelance para diversas consultorías de organizaciones internacionales y Zahia Guidoum es manager de investigación y producción en el Centro Internacional de Estudios Parlamentarios. A ambas, que estudiaron Ciencias Políticas y Sociología, les preocupa si habrá distinciones entre europeos y británicos y el acceso a la tarjeta de residencia, «que cuesta 75 libras esterlinas (83,40 euros). Si tuviera hijos y tuviera que pagar esa cantidad por cada miembro de la familia, me saldría muy caro», subrayaba Zahia. Pero, con todo, lo peor es que «en la coyuntura actual, no puedes hacer planes de futuro», apostillaba Neus. A Jordi Miquel, sin embargo, le preocupa más cómo quedará la situación tras la desconexión en áreas tan fundamentales como la educación y la sanidad, «que son las primeras que sufren aquí cuando hay una desaceleración económica». Además, el profesor de Alzira destacaba que muchos de los docentes y sanitarios que trabajan en Reino Unido «no somos ingleses, sino de otras zonas de Europa o de otros continentes».

Estos tres valencianos, junto a otros que estuvieron en la cena con Ximo Puig, forman parte de un grupo que alcanza la cincuentena, entre alicantinos, castellonenses y valencianos, que mantienen un contacto muy asiduo por las redes sociales.

El guante que le lanzaron al jefe del Consell para tener una interlocución más próxima con el Gobierno valenciano fue recogida en la misma reunión de Londres. «A partir de ahora, la idea es contar con ellos. Apoyarles y mantenerles informados», según aseguró, posteriormente, Puig. El vehículo para canalizar esa comunicación sería la constitución «de un Centro de Valencianos en el Exterior (Cevex), como ya hay en otros países», confirmó el presidente. La prioridad en este momento «es mantenerles al tanto de cómo avanza el proceso del Brexit y de cómo les afectaría», añadió.

«Pasarela para volver»

Los miembros del colectivo que se reunieron con el presidente responden a un perfil de gente joven, que trabaja en el Reino Unido en profesiones liberales. Pero el objetivo «es llegar a otros perfiles y conocer sus necesidades, porque son muchos los ciudadanos que viven en la Comunidad», reiteraba el jefe del Consell, que, incluso, aludió a la posibilidad de crear en un futuro «una pasarela para volver» a la Comunidad, en el caso de que así lo decidieran. De hecho, facilitar la opción de retornar es una de las alternativas que encajaría en la propia idiosincrasia de los Cevex, de los que ya se han constituido más de una cincuentena, desde su lanzamiento en 2016. Están operativos en distintas ciudades en España, así como en Asia, Estados Unidos o Latinoamérica. Estas entidades pueden acceder a medidas de apoyo para distintas actividades, que se convocan anualmente.

Belén Cardona, secretaria autonómica de Transparencia, Conselleria de la que dependen estos centros, también estuvo presente en la reunión de Londres y señaló a este periódico que la creación del Cevex de Londres «puede formalizarse en breve tiempo, ya que este grupo está muy organizado en realidad. Ya habían mantenido algún contacto previo con la Conselleria de Transparencia y la tramitación es muy sencilla». Básicamente, tienen que acreditar que están constituidos como entidades con personalidad jurídica propia; que no tienen una finalidad lucrativa; que han aprobado los estatutos y que tienen una organización y estructura compatibles con criterios democráticos, entre los principales requisitos. Además, el centro debe estar integrado, como mínimo, por diez personas.

En un primer momento, incluso, no se necesitaría sede física, aunque sí un domicilio legal y bancario, así como una persona responsable del mismo, informaba Cardona.

Reducir el nivel de incertidumbre

Tras la reunión en la ciudad del Támesis, el Consell no quiere «que se vuelva a reproducir la sensación de desamparo que trasladaron», explicaba la secretaria autonómica, quién insistía en que, «ahora, lo primero es mantenerlos informados para reducir su nivel de incertidumbre y que sepan que hay alguien al otro lado que les atiende». En estos momentos, el pacto de retirada acordado entre la primera ministra, Theresa May, y la UE aún está pendiente de la resolución del Parlamento británico y, además, ha desencadenado una tormenta política en Reino Unido. El preacuerdo de salida prevé un periodo transitorio, desde el 31 de marzo de 2019 hasta finales de 2020, con la posibilidad de ser ampliado.

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