El Sabadell recibió ayer el visto bueno definitivo del Fondo de Garantía de Depósitos para cerrar las operaciones de venta de activos inmobiliarios que anunció el pasado verano y que le permitirán desprenderse de una sola vez de la inmensa mayoría de «ladrillo tóxico» que aún le quedaba de la CAM. En concreto, la entidad tenía pendientes de ejecutar las transacciones de las carteras Galerna, Makalu y Coliseum, que sumaban activos por valor de 6.800 millones y que se adjudicaron, respectivamente al fondo noruego Axactor, al Deutsche Bank y al fondo estadounidense Cerberus.
Todas ellas contenían activos -créditos e inmuebles- que formaban parte de la cartera bajo el paraguas del Esquema de Protección de Activos (EPA) que el Banco de España concedió al Sabadell para ayudarle a digerir el ladrillo de la CAM y que absorbe el 80% de las pérdidas que generan estas operaciones. Por eso necesitaban de la aprobación del Fondo de Garantía de Depósitos, que es quien sufraga el EPA en el caso de la entidad de origen catalán y también en el de Unimm, que adquirió el BBVA.
En este sentido, el principal temor era que la factura de esta venta masiva de activos pudiera afectar al déficit público ya que, aunque el fondo se financia con las aportaciones de las entidades -no son fondos públicos propiamente dichos-, su resultado sí se registra en la contabilidad nacional. Por este motivo se había especulado con varias posibles soluciones e, incluso, con modificar el funcionamiento de los EPA, algo que finalmente no se ha producido, según las fuentes consultadas, que señalan que los pagos se harán de forma progresiva, a medida que se vayan generando las facturas, sin que afecte al déficit.
Solo un 15% de EPA
Tras estas ventas, el Sabadell ya solo conservará unos 3.700 millones de activos relacionados con el ladrillo procedentes de la CAM de los 24.600 millones con que inicialmente contaba el EPA. Es decir, apenas un 15%. Además, se trata en su mayoría de créditos que están al corriente de pago, por lo que la entidad considera que se ha desprendido de toda la herencia problemática de la extinta caja alicantina.
La aprobación se produce cuando el banco presidido por Josep Oliu también negocia la venta de Solvia, su filial inmobiliaria responsable de gestionar estos activos. En este sentido, entre los mayores interesados en quedarse con la firma estaría Cerberus ya que, además de la cartera Coliseum, de 3.400 millones, también se adjudicó la cartera Challenger, con 5.700 millones de activos procedentes del Sabadell, que también administra esta filial, cuyo domicilio social está en Alicante.
Por otra parte, la comisión gestora del Fondo de Garantía decidió nombrar a Mariano Herrera García-Canturri, exdirector de Supervisión del Banco de España, nuevo director general del fondo en sustitución de Luis Lorenzo Olmeda, que se jubila.
