Aunque parezca una paradoja, a medida que avanza la recuperación económica también aumenta el número de trabajadores en activo dispuestos a hacer la maleta en busca de mejores oportunidades laborales. Y no es para menos si se tiene en cuenta que este sacrificio, al menos en el caso de los alicantinos que se marchan a otras provincias, suele salir a cuenta, aunque solo sea desde el punto de vista económico.
En concreto, según el informe Movilidad del Mercado de Trabajo en las Fuentes Tributarias que elabora la Agencia Tributaria, los asalariados que emigraron desde Alicante a otras zonas del país ganaron el año pasado una media de 21.895 euros anuales frente a los 18.057 de aquellos que permanecieron en la zona sin moverse, o los 18.340 euros que ganaron los que llegaron desde otras demarcaciones para instalarse en la provincia. Una diferencia de 3.842 euros que, sin duda, justifica que Alicante sea una de las provincias que presenta un saldo negativo en el balance entre entradas y salidas y, además, por cuarto año consecutivo.
De esta forma, en total se marcharon a otras provincias 6.682 profesionales frente a los 5.733 que llegaron. Hay que tener en cuenta, eso sí, que esta estadística únicamente refleja los movimientos de trabajadores por cuenta ajena -su principal fuente de información son las retenciones que aplica Hacienda a las nóminas- y que, además, solo contabiliza los asalariados que durante el año anterior cobraron algún suelo, aunque solo fuera temporalmente. Es decir, que no computa el caso, por ejemplo, de una persona que no lograra trabajo en todo el año y decidiera emigrar.
En cualquier caso, para los sindicatos esta diferencia es la prueba de la baja calidad del empleo que se genera en Alicante y de la falta de oportunidades «para aquellos que tienen aspiraciones y que quieren desarrollar una carrera», según apunta el responsable de Empleo de CC OO en l'Alacantí-les Marines, José María Ruiz Olmos, que llama a cambiar el modelo productivo de la zona para taponar «esta fuga de talento» ya que, a su juicio, el mayor rango salarial de los que se van indica que se trata mayoritariamente de profesionales cualificados.
«Es lo que venimos denunciando desde hace años: que tenemos una economía basada en sectores con bajos salarios con los que es difícil competir por el talento con las grandes capitales, como Madrid o Barcelona. Vamos a ver si el Distrito Digital que impulsa la Generalitat consigue revertir algo esta situación y atraer otro tipo de empleo», apunta, por su parte, la secretaria comarcal de UGT en l'Alacantí-La Marina, Yaissel Sánchez.
Rumbo a Madrid y Barcelona
Los datos de la Agencia Tributaria vienen a confirmar estas afirmaciones. Aunque Alicante presenta un saldo migratorio negativo con la mayoría de provincias -con alguna excepción, como Albacete- son Madrid y Barcelona los que suponen la mayor parte del desequilibrio que se da en la provincia entre entradas y salidas de trabajadores en activo.
Así, la capital del estado recibió el año pasado a 1.476 profesionales alicantinos frente a los 983 madrileños que hicieron el camino inverso. Por su parte, hasta 798 alicantinos se instalaron en la Ciudad Condal mientras que solo 365 barceloneses decidieron emigrar a Alicante.
En cuanto a las relaciones con las provincias limítrofes, el saldo migratorio también resulta negativo con Murcia -donde el año pasado se fueron 924 profesionales de la zona frente a los 796 que llegaron desde allí-, y también con València, donde fueron a parar 1.043 alicantinos frente a los 906 valencianos que se instalaron en alguna población de las comarcas del sur de la Comunidad.
En el conjunto de España, durante el pasado ejercicio hubo 139.566 asalariados que cambiaron su domicilio por motivos laborales, lo que supone un 11,2% más que el año anterior. En el caso de Alicante, el incremento acumulado en la movilidad geográfica ya alcanza el 46,6% desde el inicio de la recuperación en 2014.
