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¿Todos a fichar?

Los sindicatos alicantinos aplauden la intención del Gobierno de obligar a todas las empresas a controlar la jornada de los trabajadores

Los trabajadores de la fábrica de aluminio de Aludium fichan a su entrada al trabajo. rafa arjones

Son las 8.20 de la mañana y los trabajadores de administración de Aludium empiezan a llegar a la oficina. En cuanto entran por la puerta, sacan una tarjeta magnética y la pasan por un lector para que la empresa tenga constancia de su presencia y lo mismo harán cuando, alrededor de las 16.30, se marchen a sus casas. Para ellos es lo normal, llevan décadas haciéndolo y, de hecho, no conciben que sea de otra forma y que, por ejemplo, no quedara registro de si hacen alguna prolongación de jornada. Y lo mismo ocurre con la empresa. «Es la mejor manera de que todo el mundo esté contento y a nosotros, además, nos sirve para planificarnos, para saber, por ejemplo, dónde se están haciendo horas extra estructurales y tenemos que contratar a alguien. Porque contratar a un nuevo trabajador sale más barato que suplirlo a base de horas extra», asegura la responsable corporativa de Desarrollo y Comunicación de la multinacional del aluminio, Sara López.

Lo que debería ser la norma en cualquier empresa es, cada vez más, una excepción y, por eso, el Gobierno negocia con los agentes sociales un acuerdo para que el control del horario de los trabajadores -fichar- sea obligatorio en todas las empresas. Una medida con la que se quiere acabar con la cultura del «presentismo» y atajar los abusos que ahora se cometen en muchas compañías, donde el trabajo extra no tiene ninguna compensación. En concreto, según la última Encuesta de Población Activa, hasta el 40,8% de todas las horas extra que se hacen en las empresas españolas no se remuneran, un porcentaje que en el caso de la Comunidad Valenciana es del 30,8%, según un informe del gabinete de estudios de CC OO.

Contra las medias jornadas falsas

«La obligación de fichar va a aportar mucha transparencia al mercado laboral y también dará nuevas armas a la Inspección de Trabajo para combatir fraudes como el de las falsas medias jornadas, que ahora son difíciles de probar porque el empresario siempre asegura que el empleado está dentro de su horario y no hay forma de comprobarlo», asegura el responsable de Empleo de este sindicato en l'Alacantí y las Marinas, José María Ruiz Olmos.

En la misma línea, la secretaria comarcal de UGT en l'Alacantí-La Marina, Yaissel Sánchez, destaca que, además de imponer un control, es importante que las empresas estén obligadas a compartir esa información con los representantes de los trabajadores y con la Seguridad Social para que exista una supervisión. «Ahora hay casos de empresas donde se ficha, pero solo la dirección conoce los datos, con lo que puede manipularlos a su gusto en perjuicio del trabajador», se lamenta Sánchez.

La representante de UGT señala que, en términos generales, son los grandes centros industriales en los que se trabaja por turnos o en la Administración Pública donde más extendida está la costumbre de fichar, mientras que las empresas de servicios suelen ser las más reacias. Nada bueno para una provincia en la que cerca de tres cuartas partes de todo el empleo se concentra en este último sector.

Los datos de la EPA por actividades corroboran esta afirmación. Así, mientras que en sanidad y servicios sociales apenas se quedan sin pagar un 15% de las horas extra, en el caso de caso de la hostelería la cifra asciende al 42,9% y en el comercio alcanza el 48,8%. Los porcentajes son aún mayores entre el personal doméstico (56,5%), las inmobiliarias (61,5%), las actividades profesionales (65,5%), las empresas de información y comunicaciones (67,5%) o la educación (73,5%), aunque en este último caso el número total de prolongaciones de jornada es muy reducido. Mención aparte merece la banca, donde las horas extra que no se remuneran alcanzan un 82%. De hecho, han sido los sindicatos del sector financiero los que han forzado de alguna forma la reacción del Ejecutivo, al llevar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea su reclamación de que se instale un control horario en las sucursales, como recuerda el responsable de banca de UGT en la provincia, Eloy Gonzalo. Eso sí, después de que el Supremo fallara en contra de esta obligación en varias sentencias.

Rechazo empresarial

Como era de esperar, los empresarios no han acogido la medida con tanta alegría. Así, el presidente de Uepal, Juan José Sellés, se mostró favorable «a cualquier medida que facilite el cumplimiento de la legislación», pero pidió que no se utilice la obligación de fichar para «acosar» a las empresas que intentan «hacer las cosas correctamente», y que se destinen más medios a luchar contra la economía sumergida. También pidió que se tenga en cuenta la situación especial de las micropymes.

Mucho más duro se mostró el presidente de CEV Alicante, Perfecto Palacio, que consideró la medida «obsoleta y anacrónica» porque «se basa en un modelo de relaciones laborales del siglo pasado y no tiene nada que ver con las nuevas tendencias y las nuevas formas de gestión del tiempo de trabajo», como el teletrabajo. Es más, a su juicio, irá incluso en contra de la conciliación laboral y familiar, ya que limitará la flexibilidad horaria.

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