Con los tipos de interés, literalmente, por los suelos y la reiterada amenaza de una subida de los mismos por parte del Banco Central Europeo (BCE) hacia finales del año que viene, las entidades financieras españolas se han puesto muy activas en la venta a sus clientes de créditos hipotecarios a tipo fijo, más caros que los variables y, en consecuencia, más rentables para su negocio.

El «leit motiv» es que la clientela se garantiza un tipo estable y relativamente bajo para cuando el precio del dinero se encarezca, sobre todo si el contrato es a largo plazo. La consecuencia de todo ello es que la firma de préstamos hipotecarios a tipo fijo se está disparando trimestre a trimestre.

Buena prueba de ello son los últimos datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), donde están los principales bancos del país, que ponen de relieve cómo en el tercer trimestre de este año este tipo de contratos se ha disparado un 23,4%.

Si en su informe de julio las hipotecas a plazo fijo representaban el 9,4% del total, tres meses más tarde ese porcentaje había subido al 11,6%. La conclusión es obvia, y no es otra que «la fuerte proliferación que vienen manifestando los tipos fijos en la nueva contratación». Es decir, todavía son inmensamente mayoritarios los contratos a tipo variable por la inercia de etapas anteriores y la larga vida de los mismos, pero la parte del león de los que se firman ahora se referencia ya a tipos fijos. Hay diferencias en la cartera. Así, en los créditos para vivienda se ha pasado de un 8,5% del total a un 10,9% o, lo que es lo mismo, un incremento del 28%, mientras que en los comerciales han subido de un 12,7% a un 14,5%, es decir, un 14,1 % más.

Autonomías

La distribución geográfica de la cartera hipotecaria apenas ha sufrido cambios en el tercer trimestre de este año. Cataluña ocupa la primera posición del ránking, con un 20,3% del total, seguida muy de cerca por el 19,6% de Madrid. Ya más lejos aparece Andalucía, con un 15,7% y, a más distancia, la Comunidad Valenciana, con el 10,1%.

El número de préstamos hipotecarios en España asciende a 5,6 millones, con un importe medio de 87.696 euros y un plazo medio de amortización de 15 años. Un 79% corresponde a residencial. El 37,4% del total son créditos de hasta 100.000 euros y un 12,8% están por encima del millón de euros.