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Entrevista

José Manuel Casado: "En el peor escenario del Brexit, Reino Unido y la UE pactarían"

El profesor de Economía Mundial incide en que, si Reino Unido rechaza el acuerdo de salida que ha alcanzado con la UE y, al final, se produce una ruptura brusca, «se generaría una gran incertidumbre, una situación que no suele ser buena para la economía».

José Manuel Casado: "En el peor escenario del Brexit, Reino Unido y la UE pactarían" pilar cortés

¿Cuál sería el escenario más inmediato, tras el acuerdo de salida del Reino Unido de la UE?

Tenemos que esperar dos semanas para saber si el Parlamento británico respalda el acuerdo. Son dos semanas de incertidumbre. Si el documento es aceptado, probablemente, no habrá grandes cambios en el periodo transitorio, que podría ser largo, como poco, hasta diciembre de 2020, ya que existe la posibilidad de una prórroga, cuyo plazo no se ha fijado todavía.

¿Cuál será la situación durante el periodo transitorio?

Lo normal, es que en ese tiempo, se pacte un tipo de relación parecida a la que tenemos con países como Noruega, Canadá o Japón. Y ese no es un contexto de cambios sustanciales. El periodo transitorio es el que se han dado ambas partes para negociar nuestra relación futura.

¿Y la relación tras el Brexit?

Con toda probabilidad, será, al menos, tan intensa como la que acabamos de acordar con Canadá y Japón, si no más. Podría llegar a ser tan estrecha como la que tenemos con Noruega. Prácticamente, con estos tres países hay libre movilidad de bienes y servicios y de capitales. Y, en el caso de Noruega, además, hay libre movilidad de personas.

¿El acuerdo de salida incluye la libre movilidad de personas?

En principio, hasta que acabe el periodo transitorio, se respetan los derechos de residencia, de trabajo, de estudios, de reunificación familiar y de asistencia sanitaria. Y, con posterioridad, después de haber tenido una relación tan estrecha, posiblemente, tengamos un trato privilegiado. No es probable un escenario en el que se retiren los derechos de los españoles que ya residen en el Reino Unido o que se trasladen durante el periodo transitorio o los de los británicos que viven aquí. Es verdad que ese fue uno de los argumentos que utilizaron los partidarios del Brexit. Pero el propio Gobierno británico está emitiendo informes en los que plantea dos escenarios distintos, permitiendo o no la inmigración. Y, en todos los contextos, seguir permitiéndola moderaría el freno en el PIB. Por puro pragmatismo, lo normal es que se mantengan esos escenarios. Quizá, con más trámites o trabas administrativas, pero sin grandes cambios sustanciales.

¿Qué pasaría si el Parlamento británico rechaza el acuerdo?

El peor escenario es que Reino Unido rechace el acuerdo al que se ha llegado, y que haya una ruptura brusca. Se generaría una situación de incertidumbre muy grande, lo que no suele ser bueno para la economía. Pero creo que, incluso, en ese escenario más adverso (Brexit duro), lo normal es que la Unión Europea y Reino Unido lleguen a miniacuerdos en aspectos concretos.

¿A qué aspectos se refiere?

Se tendría que llegar pactos sobre aviación (transporte aéreo) o derechos de los ciudadanos, por ejemplo. En nuestro caso, afectaría tanto a los españoles que residen en Reino Unido, como a los británicos que viven aquí y que tienen que seguir percibiendo sus pensiones y teniendo un conjunto de derechos. También tendría que haber miniacuerdos sobre los contratos de seguros. En este contexto del que hablamos, se produciría un retroceso del PIB en Reino Unido, que ya lleva varios años creciendo por debajo de la zona euro. Una ruptura haría que el incremento del PIB fuera todavía más pequeño. Eso afectaría a la capacidad de compra de los británicos y terminaría repercutiendo en nuestras exportaciones de bienes, tanto de manufacturas como agrícolas, y en las de servicios turísticos, como la llegada de visitantes o la compra de viviendas. Se abriría un escenario de efecto indirecto.

Pero el descenso de las exportaciones y del turismo británico ya se está produciendo desde el referéndum del Brexit...

La incertidumbre es lo más grave. El miércoles se publicó un informe del Banco de Inglaterra en el que se decía que una ruptura total provocaría una depreciación del 25% de la libra, por lo que se produciría un efecto por la moderación del PIB y otro a través del tipo de cambio. Con la depreciación de la libra, perdemos competitividad en nuestras exportaciones a Reino Unido, tanto en mercancías como en servicios turísticos. Pero esos análisis de ruptura total no tienen en cuenta el hecho de que, si Reino Unido abandona la UE, tiene las manos libres en materia fiscal y monetaria para compensar. El Gobierno puede impulsar una política de aumento del gasto público para estimular la actividad económica. Y eso podría compensar el retroceso del PIB. La política monetaria ya está en sus manos, porque Reino Unido no forma parte de la moneda única, por lo que tiene margen para bajar los tipos de interés, que ahora son mayores que los de la zona euro.

Se le ve muy optimista...

Yo no pensaba que fuera a llegar el Brexit.Al margen de ello, además de estos factores, en el contexto más adverso,Reino Unido, igual que la UE, forma parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC), por lo que, en caso de ruptura total, no cabría esperar una subida muy grande de los aranceles.Subirían poco en manufacturas y algo más en agricultura,que suelen ser más altos. En este caso, más que los aranceles, el problema sería el aumento de los trámites de controles de productos fitosanitarios o de requisitos administrativos. Sí podría haber un problema como el que estamos teniendo con Estados Unidos. Fuera de la UE, Reino Unido podría llegar a argumentar que las subvenciones agrarias que forman parte de la Política Agraria Común (PAC), son una forma de proteccionismo y aplicar medidas antidumping, como las que ha acordado EE UU con las exportaciones de aceitunas negras españolas. De todas formas, por nuestra especialización en exportaciones de frutas y hortalizas allí, no creo que pusieran demasiados obstáculos. Además, el tipo de productos que les vedemos no compiten con los de los agricultores locales.

¿Qué peso tienen nuestras exportaciones a Reino Unido?

Reino Unido es muy importante para nosotros en términos turísticos y de demanda de vivienda, pero en términos comerciales, su peso no es extraordinariamente grande, aunque sí es un socio relevante. El año pasado, de todas las exportaciones de Alicante, sólo un 5,4% tuvo como destino Reino Unido. Del total de frutas y hortalizas, que es el sector más expuesto a aquel mercado, se vendieron un 7,9%. Y del total de exportaciones de calzado, el 7,1% fueron a Reino Unido, al igual que en el caso de los textiles. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las empresas se han ido adaptando en este tiempo. Desde 2016, vivimos en una situación de incertidumbre. Recientemente, se ha publicado que el 60% de las empresas ya habían adoptado medidas. Si se aprueba el acuerdo de salida, van a tener otros dos años para seguir adaptándose. Lo razonable es que vayan preparándose a ese escenario para mitigar el efecto. El grueso del impacto en término de exportaciones sospecho que podría venir más de lo que pueda pasar con la libra que por el propio Brexit. En el largo plazo, lo normal es que vayamos a un acuerdo de libre comercio con Reino Unido, en el que no se preverían aranceles.

¿Una depreciación de la libra sería lo que más afectaría a los sectores provinciales del turismo y de la promoción de viviendas?

En el caso de depreciación de la libra esterlina, estamos en niveles que ya hemos vivido antes, como el momento de contagio de la crisis a Reino Unido. Pero en el largo plazo, la libra es bastante estable frente al euro. También hubo una depreciación fuerte de la libra cuando el referéndum del Brexit, pero no tuvo un efecto importante en nuestro turismo. No obstante, también tuvimos el viento a favor porque nuestros competidores directos en sol y playa no lo estaban pasando bien. Pero era un flujo de turismo prestado, extraordinario, y lo sabíamos. También hay que tener en cuenta que los principales destinos turísticos de los británicos están dentro de la UE. Y el primero es España.

¿Y los efectos para el sector inmobiliario? ¿Cómo ve la situación sobre el acceso a los servicios y a la asistencia sanitaria para los británicos residentes aquí?

No lo sabemos porque no conocemos lo que se pactará. Yo apostaría por que también se llegará a algún tipo de acuerdo. Un escenario de ruptura total es pésimo, pero no tenemos suficiente información. Se hace difícil pensar que en ese contexto se vaya a producir una ruptura. Probablemente, haya un plan o planes que no han trascendido. Como poco, estarían los miniacuerdos, la garantía de los derechos de los ciudadanos entre ambos lados, sobre todo, en términos de aviación (transporte aéreo), que a nosotros nos interesa mucho por el turismo.

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